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La COVID no paró al narco

Las drogas no faltaron al mundo durante la pandemia, dice Informe especial de la ONU

06/07/2022 - 6:04 pm

A pesar de la pandemia, Latinoamérica sigue dominando el tráfico global de cocaína, mientras que Estados Unidos y Europa mueven el consumo. Las rutas de tránsito de la cocaína suramericana también se están expandiendo más allá, desde Sudáfrica hasta el Medio Oriente.

Por Alessandro Ford

Ciudad de México, 6 de julio (InsightCrime).–Un reciente informe sobre producción, tráfico y consumo mundial de narcóticos en el contexto de la pandemia de COVID-19 destaca la resiliencia del tráfico de cocaína en Latinoamérica, y la creciente participación de la región en la producción de otros tipos de sustancias sicoactivas.

A finales de junio, la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) publicó el Informe mundial de drogas 2022, una serie en cinco entregas que ofrece un panorama muy completo de las tendencias globales en materia de narcóticos entre 2019 y 2021, incluido cómo el tráfico de drogas en Latinoamérica se sobrepuso a los confinamientos internacionales para alcanzar picos aún mayores que antes.

Los grupos criminales suelen utilizar las rutas terrestres que conectan a México con Estados Unidos para pasar drogas a través de la frontera. Foto: Sedena.

A pesar de la pandemia, Latinoamérica sigue dominando el tráfico global de cocaína, mientras que Estados Unidos y Europa mueven el consumo. Las rutas de tránsito de la cocaína suramericana también se están expandiendo más allá, desde Sudáfrica hasta el Medio Oriente.

Entretanto, las metanfetaminas mexicanas han pasado de abastecer el mercado norteamericano para llegar a consumidores en Europa, el Este asiático y Oceanía. Y con la evolución paralela del sector de opioides en la región y la difusión de potentes variedades de marihuana por toda Suramérica, todo indica que la pandemia del coronavirus hizo poco para quitar fuerza a la maquinaria de los narcóticos en Latinoamérica.

A continuación, InSight Crime esboza cuatro conclusiones del Informe Mundial de Drogas 2022.

COCAÍNA: EMERGEN MERCADOS EN ASIA Y ÁFRICA 

Eludiendo las restricciones de viaje y los cierres de fronteras en todo el mundo, los primeros años de la pandemia de coronavirus vieron los mercados mundiales de cocaína inundados con el polvo suramericano, e incluso en ciertos casos llegaron a nuevos destinos para responder a la creciente demanda global del alcaloide.

Algunas regiones siguieron siendo importantes focos de consumo, como Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Australia.

Pero varios antiguos puntos de tránsito han pasado a ser también mercados emergentes, como señala la ONUDD. Esto es especialmente cierto para la ruta de África occidental hacia Europa, donde múltiples países han hecho enormes decomisos de cocaína desde mediados de 2021, como Cabo Verde, Senegal, Costa de Marfil, Burkina Faso y Níger.

«Se proyecta un aumento del número de consumidores de drogas en África en la próxima década hasta en 40 por ciento, simplemente por los cambios demográficos”, alerta el informe. Ciertos países africanos se han convertido incluso en puntos de tránsito marítimos o aéreos para la cocaína en rutas de droga que conducen a Asia, especialmente Sudáfrica, Nigeria y Etiopía, según la ONUDD.

Algunas regiones siguieron siendo importantes focos de consumo, como Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Australia. Foto: Sedena.

Además, en los cargamentos de cocaína en Asia que antes pasaban con destino a Oceanía ahora se quedan en países como Malasia y Hong Kong, donde en 2019 se hizo el 90 por ciento de los decomisos de cocaína en la región asiática, indica el informe.

El área global cultivada con coca se mantuvo prácticamente en 2020, mientras que la producción global creció en 11 por ciento, según la ONUDD, impulsada por la producción de cocaína récord en los Andes.

Brasil se ha convertido en el principal punto de despacho para la cocaína destinada a los mercados asiáticos y africanos, señala la ONUDD, lo que hace parte de la continua transformación del país en un centro mundial de negocios de drogas.

METANFETAMINAS: DE MÉXICO PARA EL MUNDO

Durante la pandemia, el Cártel de Sinaloa de México ha mantenido su posición indisputable como líder de la producción y tráfico de metanfetaminas, produciendo tonelada tras tonelada de la droga para satisfacer la demanda insaciable de Norteamérica.

Estados Unidos ocupa el centro del tráfico internacional de metanfetaminas, como se observa en las cifras de 2020, que representaron casi la mitad de las interdicciones en todo el mundo y el decomiso de cerca de 140 toneladas de productos de metanfetaminas, más que los siguientes cuatro países juntos, como hace notar la ONUDD.

Esos cuatro países: Tailandia, Birmania, China e Irán, se cuentan entre los mayores productores de metanfetaminas en Asia, y ahora posiblemente enfrentan la competencia de los traficantes mexicanos, por el interés creciente de estos últimos en el lucrativo mercado asiático para potenciar sus ganancias.

La metanfetamina, conocida como fenil-2-propanona, o P2P, que se produce mayormente en México, se ha tomado el mercado australiano, pasando de 14 a 70 por ciento de decomisos entre 2011 y 2020, según el informe de la ONUDD.

Por otro lado, Europa se ha posicionado como punto de tránsito y destino para las metanfetaminas procedentes de México, y también hay estudios que afirman que químicos mexicanos expertos en metanfetaminas han trabajado con productores neerlandeses de MDMA. Volviendo a México, las metanfetaminas han penetrado los mercados domésticos de drogas, lo que ha propulsado el consumo interno.

OPIOIDES: EL FENTANILO SIGUE SIENDO EL REY 

Al igual que las metanfetaminas, el fentanilo de producción mexicana se desborda por la frontera con Estados Unidos, y conquistó el mercado estadounidense de opioides, donde cada vez más se corta con metanfetaminas y cocaína, lo cual a su vez eleva el riesgo de sobredosis, según el informe de la ONUDD.

Los expendedores pequeños en toda la región están reduciendo dramáticamente la pureza de las dosis de droga que venden antes de añadir unos pocos granos del potente fentanilo para potenciar el efecto físico y potenciar sus ganancias, observa la ONUDD.

«Los opioides sintéticos [por ende] contribuyen de manera importante al creciente número de muertes por sobredosis atribuidas a la cocaína y a otros psicoactivos, como las metanfetaminas», señaló la ONUDD.

El fentanilo también está apareciendo al sur de la frontera. En febrero de 2022, un distribuidor de drogas en un barrio marginal de Argentina decidió cortar la cocaína con carfentanilo, un anestésico usado para sedar elefantes. El resultado fue que docenas de consumidores terminaron en el hospital y 24 murieron.

Más de tonelada y media de mariguana, metanfetaminas, cocaína y otras drogas fueron incineradas en 2019 al interior de las instalaciones de la 22 Zona Militar del Estado de México.
Más de tonelada y media de mariguana, metanfetaminas, cocaína y otras drogas fueron incineradas en 2019 al interior de las instalaciones de la 22 Zona Militar del Estado de México. Foto: Crisanta Espinosa Aguilar, Cuartoscuro

En julio de 2021, las autoridades colombianas evitaron por poco un episodio similar, cuando atraparon a una banda de expendedores que estaba añadiendo fentanilo a una droga sintética similar a la MDMA, conocida como 2CB. Otros hechos recientes de contaminación con fentanilo se han encontrado en muestras de LSD uruguayo y heroína mexicana.

En contraste, el tráfico regional de heroína avanza con dificultad, en su mayoría acaparado por el precipitado aumento del fentanilo. La ONUDD no pudo recabar datos sobre la heroína desde 2018, lo que puede poner de relieve su declive. El informe estima, sin embargo, que México sigue elaborando el 6 por ciento de la heroína ilegal a nivel mundial, mientras que Colombia y Guatemala ambos contribuyen cada uno con menos de 1 por ciento.

MARIHUANA: MAYORES NIVELES DE THC, DESTINOS INTERNOS

La producción de marihuana en Latinoamérica también sobrevivió a la pandemia, manteniendo altos niveles de producción y en algunas zonas incluso aumentando la potencia de las cepas de cannabis.

Latinoamérica y el Caribe representaron el 37 por ciento de los decomisos globales de la hierba en 2020, según el informe de la ONUDD, un leve incremento en relación con el año anterior. Pero estas cifras no incluían a México, importante productor de cannabis, que la ONUDD agrupa con Norteamérica, lo que significa que la participación de Latinoamérica en los decomisos globales de marihuana bien puede ser mucho mayor.

En ese sentido, casi la mitad de los primeros 20 países con decomisos de marihuana se situaron en esta región. En 2020, Brasil incautó cerca de 550 toneladas de marihuana, la tercera mayor cantidad mundial después de India y Estados Unidos. Colombia quedó en cuarto lugar, Paraguay en el sexto, Argentina en el octavo, y México en el noveno; Ecuador, Chile y Jamaica se situaron en los puestos 16, 19 y 20, respectivamente.

Una evolución clave a lo largo de ambos años ha sido el aumento de la potencia de la marihuana latinoamericana, en línea con las tendencias globales, gracias al incremento de los niveles del principal componente sicoactivo de la droga: el tetrahidrocanabinol (THC).

En julio de 2021, las autoridades colombianas evitaron por poco un episodio similar, cuando atraparon a una banda de expendedores que estaba añadiendo fentanilo a una droga sintética similar a la MDMA. Foto: DEA vía Cuartoscuro.

Esto se observa con más claridad en la llegada a la región de productos más potentes de THC, como la resina de marihuana, también conocida como hachís, y concentrados más fuertes, como la “cera” y el aceite de THC. El hachís ahora se lleva a Brasil desde el vecino Paraguay y la distante África occidental, mientras que el aceite de THC mexicano atraviesa el desierto hasta llegar a Estados Unidos.

Los datos de la ONUDD muestran que, por volumen, Colombia ahora compite con Paraguay como superpotencia latinoamericana del tráfico de marihuana. Plantaciones modificadas mediante técnicas agronómicas cubren las pendientes verdes del departamento de Cauca, en Colombia, donde los grupos criminales cultivan una potente cepa de marihuana, conocida como “cripa”. Este producto de alto octanaje abastece tanto la creciente demanda interna, como importantes mercados regionales de Brasil y Chile, y la región Caribe.

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