El conjunto francés se impuso 3-1 ante el Barcelona y le arrebató el título de la Champions League en el Juventus Stadium de Turín.
Por Tomás Frutos
Turín, 21 de mayo (EFE).- El Barcelona cedió su corona de campeón de Europa a su bestia negra, a un Olympique de Lyon al que todavía no han conseguido ganar y que se impuso por un contundente 1-3 en el Juventus Stadium de Turín (Italia) para levantar su octava Liga de Campeones y alargar así su hegemonía en el futbol femenino.
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— Delphine Cascarino (@delphsix) May 21, 2022
La sed de revancha tras aquella final de Budapest en 2019 y de conseguir dos trofeos consecutivos no fueron suficientes para el Barcelona. Las jugadoras de Jonatan Giráldez llegaron a Turín con el cartel de favoritas para agenciarse su segunda 'Champions', pero sucumbieron tras una primera parte en la que el Lyon fue mejor y en la que aprovechó sus ocasiones -y las dudas defensivas del Barcelona- para recuperar el trono del fútbol femenino, ese que ha ostentado en la última década.
No pudo comenzar peor el partido para el Barcelona. Las locales se vieron muy superadas por un torbellino en forma de escuadra francesa que atosigó durante los primeros cinco minutos a sus rivales con una muy organizada presión alta y salidas rápidas tras robo. Ya avisaron con un disparo de falta en la primera ocasión de peligro, y el altísimo ritmo que impusieron las francesas no tardó nada más que cinco minutos en dar resultados.
Mientras la grada local apretaba llegó el primer golpe de la tarde. Henry acalló rápidamente a la hinchada 'culer' con un disparo potente que se coló por la escuadra derecha de Paños, que nada pudo hacer para evitar el golazo de la noche. Fue un momento tenso en el estadio, pero enseguida se rehízo la zona blaugrana. Tocaba remar.
Desde ese primer golpe asestado, el Lyon, que se vio obligado a gastar un cambio tras la temprana lesión de Carpenter en el lateral derecho, se cerró atrás, cedió la pelota a las locales y buscó las contras. Rolfo tuvo varias internadas con éxito por el carril izquierdo, pero en la única en la que consiguió sacar un centro peligroso, Hermoso lo desaprovechó en boca de gol.
Dominó el balón el equipo azulgrana mientras el Olympique buscaba su momento, pero se le veía atascado, con problemas para encontrar un hueco o un error en la bien plantada defensa francesa.
Y en esas apareció la primera Balón de Oro de la historia del futbol femenino y la máxima goleadora histórica de este torneo con 57 dianas. En una de las pocas ocasiones que tuvo el Lyon hasta ese momento, Ada Hegerber, que estuvo fuera durante casi dos años por lesión, se reivindicó a lo grande con un gol en la final de la 'Champions', el 2-0 en el minuto 23, un testarazo al segundo palo libre de marca y casi a portería vacía tras una salida dubitativa de Paños.
Las mismas dudas que sembró Paredes con una complicada cesión sobre su portera pocos segundos después que a punto estuvo de convertirse en el 3-0. El Lyon creció, fue abandonando esa idea de ceder la pelota y empezó a desplegar buen fútbol. Eso sí, sin olvidar la solidez defensiva. Cada posible acción de peligro blaugrana levantaba a su afición, rápidamente acallada por una Renard imperial, que impidió cualquier atisbo de gol.
Se desplegó el Lyon, que dejó al Barcelona como una sombra de lo que fue esta temporada, y culminó la primera mitad con el gol de Macario, que empujó el balón sobre la línea sin marca, tras un mal despeje de una desacertada Paredes. Y tuvo que exigirse Paños sobre el tiro de Hegerberg para no ceder el cuarto en la siguiente acción.
Era un huracán el Lyon. Desplegó un futbol total ante un empequeñecido Barcelona. Pero en el ocaso del primer acto hizo acto de presencia Alexia, quién si no, el faro de este barco, para dar un poco de luz a la oscura tarde en Turín. La barcelonesa remató con su pierna mala el centro de una muy activa Hansen por banda derecha para dar alas a las suyas justo antes del descanso.
El partido siguió un guion parecido en la segunda mitad, aunque con el Barcelona buscando más la profundidad tras la entrada de Osohala en el descanso por Hermoso. Pero la ocasión más clara, la que pudo devolver al conjunto de Jonatan Giráldez al partido, salió de un exquisito golpeo de Patri Guijarro desde el centro del campo que se estrelló con el larguero.
Lo intentó de todas las maneras el conjunto azulgrana, que acabó encerrando al Lyon, pero no pudo dar ese primer paso hacia la gesta. Giráldez se desgañitó desde el banquillo dando órdenes, pero el conjunto francés aguantó las embestidas y supo achicar agua cuando tocaba para certificar su octava Liga de Campeones.