Los conservadores del PP volvieron ganar en una comunidad autónoma donde gobiernan desde hace 35 años, pero con 31 escaños en el Parlamento regional, lejos de los 41 necesarios para la mayoría absoluta. Vox, ascendió de uno a 13, lo que lo convierte en clave para un posible pacto que permita mantener el poder al PP.
Por Luis Ángel Reglero
Madrid, 14 feb (EFE).- Las elecciones en la región de Castilla y León han abierto la posibilidad de que por primera vez en España la extrema derecha entre en un Gobierno regional, en unos comicios vistos como un adelanto de lo puede suceder en el conjunto del país en próximas citas electorales.
Los ultraderechistas de Vox, que son la tercera fuerza en el Congreso o Cámara baja del Parlamento español, han triplicado los votos obtenidos respecto a las anteriores elecciones en esta región, la más extensa de España aunque una de las menos pobladas.
El conservador Partido Popular (PP), principal fuerza de oposición en el país, ganó los comicios regionales este pasado domingo, pero sin la mayoría necesaria para gobernar en solitario, mientras que el Partido Socialista Obrero de España (PSOE) y Unidas Podemos, que gobiernan en coalición en España, obtuvieron un mal resultado en una cita con las urnas vista como un aviso de hacia dónde puede ir la política española.
LOS RESULTADOS
El interés hacia unas elecciones en esta región nunca había sido tan alto para el conjunto de la política española, pues hasta ahora no se habían celebrado en solitario, sin coincidir con comicios municipales y en otras comunidades autónomas, debido a que el PP, que gobernaba desde 2019 en coalición con los liberales de Ciudadanos (Cs), decidió adelantarlas sin esperar a cumplir la legislatura en 2023.
Los conservadores han vuelto a ganar en esta comunidad donde gobiernan desde hace 35 años, pero con 31 escaños en el Parlamento regional, lejos de los 41 necesarios para la mayoría absoluta.
El ascenso de Vox, que pasa de uno a 13, le convierte en clave para un posible pacto que permita mantener el poder al PP, pues el resto juntos sumarían menos.
El hundimiento de Cs, que pasa de doce a solo uno -en sintonía con su tendencia en caída que amenaza incluso su continuidad en la política española- muestra que futuras coaliciones de derechas en el país pueden depender más de pactos con la ultraderecha que con opciones más moderadas como los liberales.
FRENAR A LA ULTRADERECHA
Los líderes de los principales partidos políticos españoles se volcaron en la campaña electoral, desplazándose desde Madrid para insistir en mensajes como el lanzado desde la izquierda gobernante en España, del riesgo de que esta votación constatara que el binomio entre conservadores y ultraderecha puede convertirse en alternativa de gobierno.
Algunas voces tanto de los socialistas como de la formación de izquierda Unidas Podemos plantean cualquier escenario, incluso que el PSOE no vote en contra para que el conservador Alfonso Fernández sea investido de nuevo Presidente del Gobierno regional, esta vez en solitario, con tal de que esta comunidad no se convierta en la primera con Vox en su Ejecutivo, pues la extrema derecha ya ha planteado entre sus exigencias para una coalición el derogar leyes "de izquierdas".
Recortes en derechos sociales, una preocupante normalización de mensajes de ultraderecha que han calado en otras partes de Europa o un avance en una "espiral antisistema" de quienes no quieren democracia ni libertades han sido algunas de las advertencias por parte de miembros del Gobierno de coalición y de los socios que lo integran, a la espera de un pronunciamiento del Presidente del Ejecutivo y líder de los socialistas españoles, Pedro Sánchez.
LA ESPAÑA VACIADA
Esta cita electoral ha servido además para que dé el salto a la política la "España Vaciada", como se conoce en el país a un movimiento que clama medidas para frenar décadas de emigración del campo y de pequeñas ciudades a grandes urbes mientras muchas zonas rurales cada vez están más despobladas y envejecidas.
Estos han sido los primeros comicios en que este movimiento, hasta ahora canalizado por distintos colectivos en cada provincia, se presentaba a las urnas, con éxito en el caso de Soria, una de las más despobladas del país, donde con las siglas de Soria, ya ha obtenido representantes y superado en votos a los partidos tradicionales.
Su reto ahora es concurrir a las municipales de mayo de 2023 e incluso a las nacionales de noviembre de ese año, si no hay adelantos electorales, aprovechando las secuelas que deja la votación en Castilla y León para la política española.