Contar con una definición clara sobre este problema permitirá a los investigadores comparar y evaluar de forma fiable los estudios sobre la prevalencia, evolución de la enfermedad y sus resultados.
Madrid, 8 de febrero (Europa Press).- Un equipo de 120 expertos internacionales ha acordado formalmente la primera definición de investigación de lo que se entiende por COVID-19 post aguda, llamada «COVID persistente» en niños y jóvenes, revela un estudio histórico aceptado para su publicación en la revista Archives of Disease in Childhood.
La definición complementa estrechamente la propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la COVID de larga duración en adultos y, si se adopta de forma generalizada, contribuirá a reforzar sustancialmente la base de datos sobre esta enfermedad debilitante, afirman los investigadores.
La gran cantidad de definiciones utilizadas en la actualidad, que difieren en el número, el tipo y la duración de los síntomas, ha contribuido a las grandes variaciones registradas en la prevalencia estimada de la COVID larga en los niños, que oscila entre el uno por ciento y el 51 por ciento. Esto ha dificultado los esfuerzos de investigación hasta la fecha.
Una definición de COVID larga aplicada de forma coherente permitirá a los investigadores comparar y evaluar de forma fiable los estudios sobre la prevalencia, la evolución de la enfermedad y los resultados, lo que proporcionará una imagen más precisa del verdadero impacto de la afección, explican los investigadores.
Un grupo representativo de 120 expertos internacionales con experiencia en la prestación de servicios (47), la investigación (50) y la experiencia vivida (23) llegó a un consenso tras un cuidadoso examen de 49 afirmaciones, cada una de las cuales se puntuó del uno al nueve, en función de su importancia percibida.
Estas afirmaciones se redujeron secuencialmente en tres fases (proceso Delphi), y la selección final de cinco se debatió en una reunión de consenso virtual. A continuación, estas afirmaciones fueron revisadas por un panel de ocho jóvenes de 11 a 17 años afectados por la COVID larga para llegar a un acuerdo final.
Los enunciados incluidos para una definición de investigación de COVID larga en niños y jóvenes fueron los siguientes: una condición donde un niño o joven tiene síntomas (al menos uno de los cuales es un síntoma físico) que han continuado o se han desarrollado después de un diagnóstico de COVID-19 (confirmado con una o más pruebas de COVID positivas), que afectan a su bienestar físico, mental o social y que interfieren en algún aspecto de la vida diaria (por ejemplo, en la escuela, el trabajo, el hogar o las relaciones).
También es preciso que persistan durante un mínimo de 12 semanas después de la prueba inicial de COVID-19, incluso si los síntomas han aumentado y disminuido durante ese periodo.
Esto se traduce en: «La afección posterior a COVID-19 se produce en jóvenes con antecedentes de infección confirmada por sars-CoV-2, con al menos un síntoma físico persistente durante una duración mínima de 12 semanas después de la prueba inicial que no puede explicarse por un diagnóstico alternativo –señalan–. Los síntomas tienen un impacto en el funcionamiento diario, pueden continuar o desarrollarse después de la infección por COVID-19, y pueden fluctuar o recaer con el tiempo».
Los investigadores subrayan la necesidad de diferenciar entre una definición de caso clínico y una definición de investigación de COVID larga.
«Es comprensible que los grupos de pacientes que representan a las personas con COVID largo estén preocupados por una definición que podría restringir el acceso a los servicios que se necesitan –añaden–. En nuestra opinión, la decisión de si un niño o joven puede ver a un profesional sanitario, acceder a cualquier apoyo necesario o ser derivado, investigado o tratado por COVID larga debe ser una decisión compartida en la que participen el joven, sus cuidadores y los médicos».