A sus aún 20 años, Andrea Chaparro disfruta del éxito que le ha traído ser parte de la nueva generación de Rebelde, un proyecto que le ha dado la vuelta al mundo con Netflix después del fenómeno televiso de 2004.
Ciudad de México, 18 de enero (SinEmbargo).– A poco más de 15 días del estreno de una generación de estudiantes dentro del EWS, la ahora serie original de Netflix, Rebelde, se sigue manteniendo en el Top 10 de lo más visto por los usuarios de la plataforma desencadenando hasta la confirmación de una segunda temporada tras el final de la primera que dejó intrigas por doquier.
Uno de los personajes que dará de qué hablar en la nueva entrega, y que los fans esperan con ansias, es MJ, interpretada por Andrea Chaparro, que tras actuar de forma precipitada para evitar su salida del colegio, podría pagar su decisión de forma muy cara.
"Estoy emocionadísima. Quiero ver qué paso con MJ en este plot twist. La gente lo está recibiendo muy bien, la gente preguntaba por la segunda temporada, y ya se la hemos anunciado y estamos muy felices", señala la actriz que con 20 años de edad ya dio su primer hitazo en su carrera.
MJ es una de los personajes que más evolucionó dentro de la serie. El conservadurismo de sus padres —que tanto peso tiene en contra de sus deseos por convertirse en una estrella— sigue teniendo impacto en su futuro, aunque ha logrado avanzar venciendo muchos de sus miedos.
En entrevista con SinEmbargo, Andrea Chaparro reflexiona sobre su relación con este papel que dista más allá del compartir una doble nacional, como en la vida real.
"MJ y yo sí nos parecemos un poco. Puse algo de Andrea en ella. Yo recibí este personaje estando en Estados Unidos; yo vivía allá con mi familia y me llegó un casting donde envías un video cantando, ni recuerdo si me habían dicho para qué era. Mandé una grabación de mí tocando el piano y luego me dijeron que tenía llamado en la Ciudad de México y fue lindo regresar a mi casa. Fue cambiar otra vez toda mí vida, regresarme para acá, y empujarme yo sola porque es primer gran proyecto".
La actriz destaca de su personaje la manera en que establece sus vínculos de amistad que van más allá de algo que sólo pueda ser unido con el gusto afín entre dos personas.
"Le presté mi voz a MJ y algunos sonidos raros como ‘¡uh!’, eso es muy Andrea. Es una niña muy conservadora, es muy diferente a mí, tendríamos playlists muy diferentes, pero me ha enseñado a no tener miedo a compartir lo que me gusta. Soy acuario y por naturaleza me da miedo compartir mis cosas, MJ sería piscis, no teme en compartirlo".
Andrea tenía tres años cuando el fenómeno RBD desprendió, las historias de sus personajes evidentemente no impactaron en ella, pero sí lo hizo la música, y los videos de las giras mundiales del grupo de 2000, los cuales fueron su inspiración.
"Para prepararme sí te puedo decir que Azul Guaita (Jana) y yo veníamos a mi casa y en las pijamadas poníamos videos musicales de RBD de sus shows en Tokio, en Brasil, España y era como ‘¡wow!’, eso nos inspiraba a echarle esas ganas".
Sin siquiera intentar ser una copia o seguir alguna guía de los personajes que brotaron de la telenovela de 2004 de Televisa. La nueva etapa en este colegio presenta más diversidad, algo que sin duda Andrea celebra por lo alto.
"Ya no tenemos el mismo humor que hace 15 años. Mi generación ‘la generación de cristal’, la 'generación sensible', es más sensible porque nos importa y ponemos más atención a estas cosas, y de alguna manera nosotros queremos enseñar cómo es que nosotros vivimos nuestro humor, nuestra vida, sin necesidad de hacer un comentario machista, sexista, clasista, racista, porque no da risa. Me puedo ver tal vez un poco ‘sangrona’, pero la verdad es que eso no aporta".
La actriz resalta cómo es que el cuestionar lo establecido por parte de los más jóvenes ha sido lo que ha impulsado el cambio para nuevas formas de pensar.
"Queremos tener una conciencia colectiva donde nos queremos todos, donde podamos pensar diferente, pero sin poner a las personas abajo, que es como lo que es ésta nueva generación, todos están rarísimos, todos están locos, todos prefieren algo más que otra cosa, pero todos apreciamos esas diferencias".
Desde niña Andrea Chaparro se vio traída por el canto y la actuación. En un abrir y cerrar de ojos, las pequeñas demostraciones que compartía frente a su familia se convirtieron en presentaciones en teatros como el que hizo como Mary Poppins para OCESA, donde mostró sus habilidades para la interpretaciones.
Pronto los llamados transcendieron a las pantalla haciendo algunas participaciones en series como No fue mi culpa para Star+ o en La casa de las flores, con la que hizo su primer acercamiento con Netflix.
Sin embargo, Andrea ha tenido que defender su trabajo en su carrera que apenas despunta debido a los señalamientos que han apuntado a una supuesta ventaja por ser la hija de actor y comediante Omar Chaparro.
Sin tapujos, la joven habla del tema:
"Amó a mi papá, amo mi apellido y lo uso con mucho honor. Amo tener un apellido chistoso (ríe). De alguna manera sí ha sido pesado porque es el apellido que es. Sí me ha llegado afectar la verdad, hasta yo también pienso que '¡Ay!, ¿qué tal que si sólo es por el nepotismo?' O sea imagínate. Es una opinión que cualquier persona puede tener y es algo que pasa mucho aquí en México de poner a las personas abajo para dudar en vez de decir '¡Hey, lo hiciste bien!’".
"Después de muchas dudas, y después ir grabar y presentarme, yo voy por mí. O sea él (Omar Chaparro) me apoya, me manda mensajes, pero yo soy la que va, entonces puedo escuchar todas esas opiniones, entenderlas, pero nunca dejar que me afecte porque yo lo disfruto demasiado. Me pueden decir muchas cosas, pero en el momento en que yo estoy ahí con MJ, cuando le presto mi voz, me siento 'chinita' y mi corazón palpita cada vez que canto, eso pasa porque lo disfruto", añade.
Por ahora, Andrea enfoca su atención en MJ y la segunda temporada de rebelde que aún no tiene fecha llegada, y también pone sus energías para una nueva película de la que pronto tendremos más noticias.