La nueva Comisionada para la Reconstrucción de la Ciudad de México, Jabnely Maldonado, ve en la Alcaldía Iztapalapa el mayor desafío. A cuatro años del terremoto del 2017, en el segundo censo detectaron más casas dañadas que no estaban contempladas. No obstante, estima que todos los damnificados regresen a casa en 2023.
Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).– Es la cuarta Comisionada para la Reconstrucción de la Ciudad de México a cuatro años del terremoto del 19 de septiembre de 2017. Pese a los obstáculos en los avances por la pandemia, la falta de una ruta de trabajo del Gobierno pasado, casas dañadas en Iztapalapa no detectadas hasta ahora y el retiro del apoyo de la Fundación Slim, la abogada Jabnely Maldonado Meza se compromete a entregar las viviendas unifamiliares en 2022, y los edificios y unidades habitacionales en 2023.
Al corte del 14 de septiembre del censo, van a poco más de la mitad de la meta. La Comisión ha terminado de reconstruir o rehabilitar 164 de 370 edificios multifamiliares (54 por ciento), 4 mil 961 de 6 mil 670 casas unifamiliares del primer censo (74 por ciento) y, recién iniciado este mes, 297 de 7 mil 148 hogares unifamiliares del segundo censo (cuatro por ciento). Aunque no se ha entregado ninguna de las 12 Unidades Habitacionales por implicar acciones más especializadas en el suelo.
«Entramos a esta administración y no había ninguna ruta de trabajo ni lineamiento para atender a vivienda unifamiliar, lo que generó mucha presión y fue un desafío», dijo en entrevista con SinEmbargo la Comisionada Jabnely Maldonado, quien formó parte del equipo de transición y fue Directora de Atención a Personas Damnificadas de la Comisión (diciembre 2018-julio 2021).
En 2018, Ricardo Becerra tomó la batuta de la reconstrucción a meses del sismo que impactó en el centro y sur del país, pero renunció por irregularidades en la asignación de presupuesto por parte de la entonces Asamblea Legislativa de la Ciudad de México. Luego, aún en el Gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa (2012-2018), el encargado fue Edgar Tungüí Rodríguez. En mayo pasado fue detenido y extraditado desde España. La Fiscalía General capitalina lo señala de otorgar apoyos económicos millonarios en septiembre de 2018 a inmuebles que no cumplían los requisitos establecidos.
Por su parte, César Cravioto Romero renunció al cargo en julio de este año para sustituir en el Senado al Secretario de Gobernación, Martí Batres Guadarrama. Ahora, Maldonado arrancó el segundo censo de viviendas unifamiliares, por lo que ve en la Alcaldía Iztapalapa uno de los principales desafíos por la cantidad de casas que resultaron dañadas por el sismo y que no habían sido detectadas en el primer censo ni mucho menos demolidas.
«A través de nuestras asambleas informativas acudieron muchas familias y nos dijeron que no estaban en el censo y también tenían daño, fuimos recogiendo los datos y justamente es producto de nuestro segundo censo que ya comenzamos a atender», afirmó la Comisionada. «Primero estamos atendiendo lo que se encontraba en demolición […] Después siguen las que tenemos que demoler».
La Comisionada detalló que aunque la Fundación Slim les notificó que no puede continuar con la reconstrucción de San Antonio Abad 39 en la Colonia Obrera ni en Atlixco 24 en la Condesa, ellos se harán cargo. Aunque, hasta que acuerden una alternativa con los vecinos, las obras están detenidas. También notificó que no hubo daños estructurales en los edificios en rehabilitación o reconstrucción tras el reciente sismo del 7 de septiembre.
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–Van a la mitad del proceso. ¿Cuáles son los principales factores u obstáculos que determinan el avance de esta reconstrucción a cuatro años del terremoto?
–Lo principal fue cruzarnos en el camino con esta pandemia que ha sido muy complicada para todas y todos. También ha desafiado a los equipos de la Comisión y a las propias empresas constructoras que son nuestro instrumento para atender a las personas damnificadas. Muchas veces cuando estamos listos para iniciar una obra tenemos que esperar un mejor momento en caso de que haya habido un contagio para que la familia se recupere. En caso de que eso pase, se hace la sustitución de trabajadores para que puedan entrar a hacer una intervención. El tema de la pandemia sí ha sido un desafío considerable. Muy al inicio [2019] hubo muchísimos porque había una presión por parte de las familias damnificadas de tener una respuesta de este que, en aquel entonces, era un nuevo Gobierno. Entramos a esta administración y no había ninguna ruta de trabajo ni lineamiento para atender a vivienda unifamiliar, lo que generó mucha presión y fue un desafío. Aunque ya era una parte en la que nosotros ya veníamos trabajando en el equipo de transición. A la hora del recorrido detectamos un número significativo de familias con patrimonio dañado por el sismo del 19 de septiembre que tenía que ver con casas y no había ninguna regla escrita sobre esta modalidad.
–¿Qué dificulta la reconstrucción o rehabilitación de las unidades habitacionales?, ¿por qué no han logrado entregar ninguna?
–En el caso de las unidades habitacionales estamos trabajando en 13 [12]. Es un camino largo. En algunos casos la intervención es de más de 12 meses. Por ejemplo, hace dos semanas estuvimos en la Unidad Habitacional La Concordia con mil 400 departamentos. Esa intervención va a llevar más de 18 meses porque tiene que ver con un trabajo muy especializado, con verticalidad de edificios, hacer excavaciones, reforzamiento y rehabilitación por el daño que sufrió. En el caso de las unidades habitacionales cruza otro factor que no tiene que ver con el sismo, sino con el tema del suelo agrietado. Tenemos dos muy próximas a entregar entre diciembre y enero: Molino 25 y Molino 35 que están por cumplir esos 12 meses de trabajos. El sábado pasado acudí a una asamblea informativa para anunciar el arranque de los trabajos el próximo 1 de octubre en la Unidad Habitacional Ana Bolena que también tiene una particularidad muy específica en el suelo, en la que también va haber verticalización y reforzamiento en los edificios. Para llegar a eso pasamos por un estudio de suelo muy especializado con un número determinado de perforaciones para ver exactamente dónde cruzaban las grietas y que se hiciera una atención muy específica para que garanticemos esto que está plasmado en la Ley que es regresar a las familias damnificadas vivienda segura.
¡Arranca la obra de renivelación y reforzamiento en la Unidad Habitacional Ana Bolena, en Tláhuac, que beneficiará a 448 familias! 🥳
En Asamblea Informativa, la Comisionada @jabnelym, acompañada del Área Técnica y Social, brindó información a las y los vecinos. pic.twitter.com/7j4SOQvT9w
— Comisión CDMX (@Comision_CDMX) September 11, 2021
–¿Qué pasa y pasará con esas viviendas pendientes por definir su tipo de intervención?
–En muchos casos nosotros tenemos una calificación de la vivienda que se tiene que rehabilitar. Una empresa constructora o el Director Responsable de Obra verifica que el daño es tal que posiblemente tiene que reconstruirse. Pero muchas veces, cuando ya se tiene la definición de la reconstrucción, los técnicos nos solicitan una visita de algún especialista de suelo porque a lo mejor sí puede reconstruirse, pero requiere un mejoramiento de suelo. Estos mejoramientos de suelo se hacen sobre todo en zonas de agrietamiento, es decir, antes de empezar a construir, necesitamos hacer una atención específica del suelo para que lo que construyamos sea totalmente seguro apegado a la norma y al reglamento. Se deben tener observaciones o medidas muy puntuales del mejoramiento de suelo, del tratamiento de grietas, de cómo tenemos que hacer la cimentación en compañía de todo este equipo técnico que tenemos y la asesoría permanente del Instituto de Ingeniería de la UNAM que ha estudiado el suelo en particular de Tláhuac e Iztapalapa durante muchos años.
–Hay alguna zona en particular donde haya retrasos concentrados, por ejemplo, en Xochimilco, Tláhuac o Iztapalapa.
–Más allá de los propios retrasos, el desafío de Iztapalapa es importante por la cantidad de viviendas que resultaron dañadas por el sismo. Las que detectamos en el primer censo y las que detectamos en el segundo censo. A través de nuestras asambleas informativas acudieron muchas familias y nos dijeron que no estaban en el censo y también tenían daño, fuimos recogiendo los datos y justamente es producto de nuestro segundo censo que ya comenzamos a atender. Es muy importante decirle a todas las familias que hemos entregado en Iztapalapa más de 2 mil 600 casas rehabilitadas y reconstruidas, que en el segundo censo tenemos aproximadamente 700 y ya comenzamos este proceso de atención a esas familias. Lo hacemos por prioridades. Primero estamos atendiendo lo que se encontraba en demolición, ya sea por el Gobierno anterior o por los recursos de las propias familias, y que el segundo censo no lo detectó hasta que levantaron la mano en las asambleas informativas y dijeron que tenían el daño, ya demolieron o ya les demolieron. Después siguen las que tenemos que demoler. En otro segundo momento vamos a iniciar con las rehabilitaciones que son daños menores en las casas, salvo aquellas que han provocado algún desplazamiento o incomodidad mayor a las familias. Comenzamos ya en este septiembre toda la atención del segundo censo que hemos denominado Código Bis y nuestra gran prioridad es la Alcaldía Iztapalapa por la cantidad de familias con patrimonio dañado.
–Ya sabiendo los obstáculos y particularidades, recordar que la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum dijo el 27 de agosto que invertirán más de 15 mil millones de pesos para la reconstrucción en los próximos dos años. Es decir, ¿estiman que el proceso de reconstrucción terminaría en el 2023?
–Es correcto. Todas las casas concluyen en el 2022 rehabilitadas o a reconstruir. Todas las casas las entregaremos en el próximo año. Y en el 2023 quedarán las obras de Unidades Habitacionales como Concordia y edificios que por su proceso constructivo llevan más meses. El proceso constructivo de un edificio lleva desde 12 meses incluso hasta 20 meses. Es muy importante hacer saber que sí tenemos un número de edificios programados al 2023 y en ese año cierra nuestro programa.
–Pasando al tema de justicia. Aunque es propiamente materia de la Fiscalía de Justicia de la CDMX y de la Secretaría de Contraloría, ¿qué empresas constructoras están siendo investigadas?, ¿ya hay sancionadas?
–Hay una parte de las sanciones que está llevando la Secretaría General de la Contraloría y otros casos que lleva a cabo la Fiscalía de la Ciudad de México. Nosotros hemos colaborado con ambas instancias cuando nos han requerido la información, en el sentido de si nosotros lo estamos atendiendo y cuántos recursos públicos lleva esa inversión. No solamente en el tema de la obra, sino en la elaboración del proyecto, la ejecución, la supervisión, los apoyos a renta. Nos han pedido que notifiquemos los montos, entiendo por el asunto de las reclamaciones que seguramente estarán en curso. Eso lo hemos atendido de manera puntual. Esa es nuestra comunicación, cuando nos hacen un requerimiento de parte del avance de la obra o el gasto social invertido en esas obras.
–La relación del colectivo Damnificados Unidos de la Ciudad de México con el excomisionado César Cravioto era muy tensa. ¿Cómo es su relación con ellos y qué responde a sus señalamientos?
–A los primeros días de mi llegada tuve la oportunidad de reunirme con ellos. He establecido, y lo comento ahora, que la organización de las familias damnificadas siempre nos hacen ver a la Comisión para la Reconstrucción la causa. Qué hacen que se organicen. Para nosotros es muy importante atender esa causa porque estamos atendiendo a personas damnificadas con o sin organización. Siempre la organización y comunicación en muchos momentos nos puede ayudar. Nosotros desde que llegamos a la Comisión tenemos diálogo, mesa de trabajo con todos los colectivos de familias damnificadas que hay en la Ciudad. Hay diálogo abierto, vamos a trabajar de manera conjunta. Hay soluciones a las que podemos llegar de manera conjunta. Solamente reiterar que, organizadas o no, estamos atendiendo a las familias damnificadas. Ese es el punto más importante para este equipo de trabajo, que se cree una ruta de manera conjunta y que hay salidas a los problemas que van surgiendo en el camino de la reconstrucción o rehabilitación de inmuebles. Siempre van a encontrar diálogo. A lo mejor no podemos tener las respuestas inmediatas y todas al mismo tiempo, pero siempre con diálogo y trabajo conjunto podemos brindar la atención que es restituir a las personas damnificadas en su patrimonio, ya sea rehabilitando o reconstruyendo.
–Hay tres señalamientos del colectivo muy puntuales, Comisionada. El primero es que ellos hablan de que el padrón «está rasurado» porque antes el portal mostraba 19 mil viviendas dañadas y ahora sólo más de 7 mil [actualización al 1 de septiembre].
–Ya he contestado esa pregunta en alguna de nuestras mesas de trabajo y tiene que ver por cómo se plantea el número. Las 25 mil 581 viviendas [actualización al 14 de septiembre] habla de viviendas, ya sean casas o departamentos. Entonces hay una contabilización global de vivienda dañada, insisto, ya sea por unidad privativa o por casas. En ese sentido es muy importante que se comprenda esta diferenciación. Estamos en breve de subir el segundo censo [se subió el 14 de septiembre] al Portal para la Reconstrucción que justamente son de 5 mil 469 viviendas y están contenidas dentro de esta contabilización que viene desde antes del pasado Comisionado. No está rasurado, más bien es un asunto de cómo se concibe el número y cómo están sumadas las casas. De hecho, de casas siempre se ha hablado de 12 mil casas o vivienda unifamiliar, y el resto son los componentes ya sea multifamiliares, edificios o unidades habitacionales.
–Ellos también señalan predios que han sacado de este padrón, como Apatlaco 10 en Xochimilco que fue catalogado como local comercial por no tener estufa.
–No, ahí prevalece una visita social y técnica a petición de ellos. Nos solicitaron hacer esa visita y voy a buscar la nota técnica para que se verifique la constancia del daño. Nosotros no sacamos a ninguna vivienda del padrón. La movilidad que puede tener el padrón es cuando las personas renuncian a sus propios derechos porque ya hicieron su rehabilitación, porque no se ponen de acuerdo entre ellos o no hay disponibilidad. Hay muchas circunstancias por las cuales hay movilidad en el listado de beneficiarios, pero no es un asunto de la Comisión. Y cuando viene de acá es porque no se acredita el daño de sismo. Somos claros en eso. Un técnico es el que tiene la capacidad de visitar una vivienda y decir si es daño de sismo, de mantenimiento u otra situación como una fuga. Pero no hay ningún tipo de acción arbitraria de sacar del padrón. En cada caso tenemos documentado con un acta circunstanciada la situación. Tenemos un avance significativo en la agenda de este colectivo y hemos entregado ya un buen número de viviendas que están organizadas con ellos, y tenemos otro tanto que seguimos atendiendo con la misma disposición de diálogo, trabajo conjunto y, donde no haya respuesta, construirla de manera conjunta.
–También señalan que en el caso de San Antonio Abad 39 y Atlixco 24 la Fundación Slim ya no les dará recursos para continuar la reconstrucción.
–Sí, en efecto. El primer miércoles que estuve en el cargo había tenido una reunión de trabajo con la Fundación Slim y nos notificó esta situación. No obstante, de inmediato se ofreció la intervención del propio Gobierno. Es decir, si la Fundación Slim no se hace cargo de la reconstrucción de estos inmuebles lo haremos nosotros. Esta certeza la hemos dado desde ese día y estamos trabajando para construir las alternativas de reconstrucción de San Antonio Abad y estamos trabajando con los vecinos para el tema de Atlixco para llegar a buen puerto con la intervención de ese inmueble.
–Nos volvió a temblar el 7 de septiembre. ¿Los inmuebles en proceso de reconstrucción o rehabilitación sufrieron algún daño importante?
–De manera coordinada con el Instituto para la Seguridad de las Construcciones y con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos de la Ciudad se hizo la revisión. Nosotros tenemos un protocolo. Revisamos todo lo que está en obra, las que están por iniciar y ahorita estamos revisando lo que ya entregamos. Hasta ahora no tenemos un reporte de daño estructural, es decir, todos los edificios han pasado la prueba de este último sismo. En algunos casos tenemos reportes menores de acabados, pero ningún daño estructural.