El éxito de la primera entrega de la saga apuntaló la carrera de Harrison Ford, que consiguió así dos personajes que han pasado a la historia del cine.
Por Alicia García de Francisco
Redacción cultura, 11 jun (EFE).-Raiders of the Lost Ark fue la película más taquillera de 1981, confirmó a Harrison Ford como una gran estrella, y supuso un punto de inflexión en el cine de aventuras. Cuarenta años después, la saga de Indiana Jones sigue en nuestras vidas y ya se está rodando la quinta entrega.
Inspirado en las películas de acción que marcaron su infancia, George Lucas comenzó a pensar a comienzos de los setenta en una historia titulada The Adventures of Indiana Smith, a la vez que planeaba la saga de Star Wars, según las notas de producción que conserva la Biblioteca de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.
Lucas trabajó en el desarrollo de la historia del arqueólogo con Philip Kaufman, que fue quien introdujo la idea del arca perdida que contenía las tablas de los mandamientos de Jesús. Pero después dejó de lado este proyecto para concentrarse en Star Wars.
Justamente ante la posibilidad de que el estreno de Star Wars (1977) fuera un fracaso, Lucas decidió viajar a Hawai junto a algunos amigos, entre ellos Steven Spielberg, que en aquella época quería dirigir un film de James Bond.
"Tengo algo mejor que eso. Se llama Raiders of the Lost Ark. Me contó la historia y me comprometí a hacerla en la playa", ha contado en varias ocasiones Spielberg.
La idea original era una película más de serie B, que mezclaba aventuras, fascismo y misticismo, pero durante el proceso de producción se convirtió en algo de mayor envergadura.
Por eso, y ante la clara posibilidad de éxito que veían casi seguro, los dos cineastas llegaron a un acuerdo con Paramount que era muy novedoso por entonces: se quedaban con los derechos de merchandising, con gran parte de las ganancias por alquiler de vídeos y además incluían la realización de un total de cinco películas.
En cuanto al protagonista y tras varios intentos de contar con Tom Selleck -que no pudo por estar comprometido con la serie Magnum P.I.- el elegido fue Harrison Ford, que ya se había hecho muy popular por su papel de Han Solo en las dos primeras entregas de Star Wars, otra de las sagas de George Lucas.
Para acompañarle, y tras barajar nombres como Debra Winger, Amy Irving o Sean Young, se seleccionó a Karen Allen, una actriz poco conocida pero que daba el perfil de heroína clásica al estilo que buscaba Spielberg para interpretar a Marion Ravenwood.
"Siempre pensé que Harrison era una especie de Humphrey Bogart contemporáneo" y que su relación en la pantalla con Karen Allen "era un poco como la de Elsa y Rick en Casablanca", afirmó Spielberg en una entrevista con el American Film Institute (AFI).
El rodaje comenzó el 23 de junio de 1980 en La Rochelle (Francia) y pasó por varias localidades de Túnez, Inglaterra y California (EU), para finalizar en octubre, con un presupuesto de algo más de 22 millones de dólares.
El estreno llegó el 12 de junio de 1981 y fue el más taquillero en la historia de Paramount hasta ese momento. Llegó a los 212 millones a nivel mundial, lo que le convirtió en el mayor éxito del año, según los datos de la web especializada Box Office Mojo. Y fue nominada a nueve Óscar, de los que se llevó cuatro en apartados técnicos.
Y su éxito provocó la realización de tres secuelas: Indiana Jones and the Temple of Doom (1984), Indiana Jones and the Last Crusade (1989 e Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (2008), que estuvieron entre las más taquilleras de aquellos años.
El éxito de la primera entrega de la saga apuntaló la carrera de Harrison Ford, que consiguió así dos personajes que han pasado a la historia del cine. Y elevó a la categoría de iconos elementos como el sombrero y el látigo de Indy, además de hacer enormemente popular la música de John Williams, que se convirtió en una de las señas de identidad de la saga arqueológica.
"Fue simplemente una de las mejores experiencias de toda mi vida", resumía Spielberg para la AFI.
También fue una gran experiencia para todos los cinéfilos, que siguieron con muchas ganas la evolución del personaje de Indiana Jones, la aparición de su padre (Sean Connery) o del joven Indy, que interpretó en The Last Crusade River Phoenix, cuyo fallecimiento truncó el relevo natural del héroe.
No funcionó como se esperaba la entrada de Shia LaBeouf en The Kingdom of the Crystal Skull y de alguna manera Harrison Ford se ha visto obligado a seguir al frente de la saga. A sus 78 está en pleno rodaje de la quinta película, pero como dijo Spielberg en una entrevista con EFE hace unos años, puede encarnarlo hasta los 90.
Mientras llega este filme, podremos disfrutar de una versión remasterizada de los cuatro Indiana Jones en Ultra Alta Definición, supervisada por Spielberg o ver el inicio de la saga en plataformas como Google o Apple.