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Ricardo Ravelo

26/02/2021 - 12:05 am

Dámaso López: El testigo traidor

La lucha de poder y las ambiciones desenfrenadas pusieron fin a la lealtad que "El Chapo" y Dámaso López se tenían.

Dámaso López, conocido como "El Licenciado" o "El Lic", testificó contra "El Chapo" en 2019. Foto: EFE.

Amigos y compadres durante un buen tiempo, cómplices y socios en otra etapa, entre Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo” Guzmán, y Dámaso López, “El Licenciado”, hay una historia de traiciones y muerte.

Ambos se conocieron en el penal de Puente Grande, Jalisco. Ahí estaba recluido quien más tarde sería el poderoso jefe del cártel de Sinaloa y en esa misma prisión de máxima seguridad López trabajaba como subdirector de seguridad y custodia. Se asegura que el llamado “Licenciado” ayudó a Guzmán Loera a fugarse de la cárcel. Dos meses antes de la evasión, Dámaso López renunció a su puesto y, tras la huida de “El Chapo”, se convirtió en el jefe de la organización criminal en el sur de Jalisco y el estado de Nayarit. Sus favores le fueron recompensados y bastante bien.

Entre Guzmán Loera como Dámaso López la relación escaló los peldaños de la amistad, y se fusionaron en un compadrazgo donde la traición no parecía tener cabida. “El Chapo” fue padrino de primera comunión de Dámaso López Serrano, “El mini Lic”, hijo de Dámaso López. Pero más tarde los vínculos entre ambos se rompieron. La lucha de poder y las ambiciones desenfrenadas pusieron fin a la lealtad que ambos se tenían.

Tras la segunda fuga de Guzmán Loera, ésta vez del penal del Altiplano, Estado de México, “El Licenciado” enderezó una campaña en contra de “El Chapo”, la cual arreció tras su recaptura, en 2016.

Este hecho fue aprovechado por Dámaso López para buscar el liderazgo absoluto del cártel de Sinaloa: le declaró la guerra a los hijos de Guzmán y comenzó a moverse en todo el norte del país –y la Ciudad de México– como si fuera el jefe máximo de esa organización criminal.

Incluso, contrató los servicios de una persona para arreciar la campaña de señalamientos y así denostar públicamente a los hijos de “El Chapo”, pues pretendía quitarles el liderazgo del cártel. No sólo eso: intentó asesinarlos. Se afirma que para ello se unió con Nemesio Oseguera Cervantes para urdir un plan criminal que derivó en el secuestro de los hijos de Guzmán, ocurrido en el restaurante “La Leche” de puerto Vallarta. Pero días después fueron liberados. Se ignora bajo qué condiciones.

La persona que había contratado Dámaso López para operar la campaña en contra de los hijos de “El Chapo” resultó ser un hacker que trabajaba para la policía. Por esa razón,  Dámaso López fue ubicado en su escondite de la Ciudad de México y capturado en mayo de 2017 en un departamento de la colonia Anzures.

Dos meses después de su captura, el narcotraficante fue extraditado a Estados Unidos, donde lo esperaba un voluminoso expediente criminal por narcotráfico y lavado de dinero. Se declaró culpable de los delitos que le imputaron, pero no pudo evitar ser sentenciado a una cadena perpetua, igual que ocurrió con “El Chapo” Guzmán.

Pero Dámaso López jugó las cartas de su caso bastante bien. Se convirtió en testigo protegido y declaró en el juicio que enfrentó Guzmán Loera en Nueva York tras ser extraditado y no sólo eso: también incriminó a Emma Coronel, la esposa de Guzmán Loera, recientemente detenida en el estado de Virginia.

Dámaso López declaró ante la justicia norteamericana que Emma Coronel y los hijos de “El Chapo” –Iván Archivaldo y Alfredo– operaron la fuga del entonces jefe del cártel de Sinaloa del penal del Altiplano.

Expuso que Coronel le pagó a un alto funcionario mexicano, a cargo de los penales federales, dos millones de dólares para que facilitara la fuga de “El Chapo”. Dijo también que Emma Coronel era la mensajera de su esposo, quien le informaba sobre el avance de la construcción del túnel por donde se evadió. Fue responsable de comprar una parcela cerca del penal, donde construyeron una suerte de choza por donde estaba la salida de la vía de escape.

Lo extraordinario de las delaciones de Dámaso López es que las autoridades norteamericanas le anularon la cadena perpetua a la que había sido sentenciado y lo condenaron sólo a 11 años de prisión, de tal suerte que el compadre de Guzmán Loera saldría de la cárcel en el año 2032. Así, de ser el compadre de “El Chapo”, socio y amigo, Dámaso López se convirtió en el testigo traidor.

Dámaso López es identificado en los expedientes criminales norteamericanos como “El testigo 1”, una pieza clave para la DEA y el FBI para conocer todo el entramado de complicidades de “El Chapo” Guzmán y sus socios.

Según dio a conocer la Fiscalía General de la República, en México existe un expediente abierto en contra de Emma Coronel por lavado de dinero, pero nunca la citaron a declarar ni fue molestada por ninguna autoridad federal. Durante todo el juicio que enfrentó “El Chapo” tras su extradición ella entraba y salía de Estados Unidos sin ningún problema. La FGR tampoco la molestó.

El cártel de Sinaloa mantuvo sus operaciones tras la captura y extradición de “El Chapo”, incluso, los abogados del cártel expresaron un profundo agradecimiento hacia el Presidente Andrés Manuel López Obrador, a nombre de la familia Guzmán, por la liberación de Ovidio Guzmán –hijo de “El Chapo”– en octubre de 2019.

Tras ser cuestionado sobre la captura de Emma Coronel, López Obrador dijo que ese tema era asunto de Estados Unidos. Ya no quiso opinar, pues al Presidente le han llovido los cuestionamientos luego que intervino ante el Gobierno norteamericano para liberar al General Salvador Cienfuegos, detenido en Estados Unidos en 2020 bajo las acusaciones de estar ligado al cártel H-2, al tráfico de drogas y al lavado de dinero.

Al militar le retiraron los cargos, lo regresaron a México bajo el acuerdo de que sería investigado, pero la FGR desechó el expediente de la DEA y determinó el no ejercicio de la acción penal en su contra. El Fiscal Alejandro Gertz Manero dijo que el expediente de la DEA estaba muy débil y que no tenía pruebas para probar los delitos. El Presidente López Obrador fue más allá y declaró que el expediente contra Cienfuegos fue fabricado por la DEA.

Lo que vino después fue la reforma a la Ley de Seguridad Nacional, con la que redujeron el número de agentes de la DEA en México; ahora deben informar al Gobierno de México qué investigaciones realizan y solicitar permiso ante la Secretaría de la Defensa Nacional para poder portar armas.

Tras la captura de Emma Coronel, las redes sociales estuvieron muy activas. El expresidente Vicente Fox escribió en su cuenta de Twitter: "No te preocupes, Emma. El presidente saldrá al rescate".

Con base en las declaraciones incriminatorias de Dámaso López, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) integró un expediente en contra de Emma Coronel y la comenzó a investigar. Durante las pesquisas se detectaron algunas cartas que Guzmán Loera escribió a su esposa en la que le decía, entre otras cosas, que se pusiera en contacto con una persona en Estados Unidos para venderle drogas.

Según el FBI, Coronel traficó con algunos kilos de cocaína, heroína, metanfetaminas y mariguana con el fin de obtener dinero y así poder pagar la defensa de Guzmán Loera, quien ya había sido extraditado a Estados Unidos.

Otra versión asegura que Emma Coronel se entregó a la justicia norteamericana para volverse testigo protegido y así declarar lo que sabe sobre el narcotráfico y los políticos ligados al cártel de Sinaloa.

Emma Coronel se casó con “El Chapo” en 2007. Entonces ella tenía 17 años. Se conocieron en Canelas, Durango, donde vivió buena parte de su niñez y adolescencia, pues nació en el estado de California, en Estados Unidos.

Ambos se conocieron precisamente cuando Emma Coronel fue reina de la feria de la Guayaba y el Café. Se asegura que a la boda acudieron políticos, empresarios y narcotraficantes, aunque ella declaró después que la fiesta fue muy sencilla y que nunca acudieron figuras de la política ni del crimen organizado. “Sólo estuvieron presentes mis familiares”, dijo.

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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