El encierro en esta pandemia me llevó a ver la película Megalodon, me la tope en una de estas plataformas de streaming, la verdad que solo quería descansar, ver una de esas películas que no te invitan a pensar demasiado sino que sólo están hechas para entretener. Y así era, estaba pasando un buen rato estresada viendo cómo el tiburón gigante traba de comerse a todos, hasta ahí todo iba bien, nada de pensamientos complicados solo diversión hasta que en una escena matan a uno de estos tiburones y uno de los protagonistas dijo algo más o menos como esto "y allá vamos otra vez como siempre que descubrimos algo nuevo... lo destruimos".

En la película científicos encuentran en el fondo del océano una región inexplorada por el hombre donde habitaba un tiburón prehistórico y claro después de eso todo sale mal, para el tiburón, que antes de la llegada del hombre vivía su vida tranquilo sin molestar a nadie, y termino muerto cuando se topó con los humanos, es extraño que en una película “dominguera” encuentre algo para reflexionar pero así fue, ahí estaba yo pensando en cuán cierta era esa frase y cuántas veces se ha repetido en la historia de nuestro mundo, sí, la especie humana, gran pensadora, gran transformadora de mundos, el gran Sapiens es en realidad el gran Devastador.

No es un secreto que nuestro planeta está sufriendo los estragos del consumo desmedido de recursos por nuestra parte, somos una especie que no ha sabido coexistir equilibradamente con su entorno, por favor, apreciable lector, no se ofenda, yo también soy uno de esos Sapiens como usted, esto que digo de nuestra curiosa especie es una verdad y esto no es más que una crítica constructiva a nosotros mismos, entonces decía, somos una especie devastadora y se nota en nuestros entornos inmediatos, las grandes ciudades pueden presumir de tener aires que apenas son respirables, los bosques que las rodean se están terminando por la tala desmedida, los animales que usamos para nuestro provecho viven vidas miserables y no nos importa, los mares están llenos de nuestra basura, podría seguir en una lista interminable de situaciones en las que el humano no está haciendo bien las cosas, pero creo que la pandemia ya nos lo está diciendo.

Bueno, el punto es que tenemos este planeta tan maltrecho y descuidado que poco a poco está colapsando, ¿a dónde voy con esto y qué tiene que ver con un tiburón muerto en una película? Pues allá voy, creó, recientemente el mundo o una parte del mundo está muy interesada en los avances tecnológicos que se han hecho en el ámbito espacial, hace muy poco la primera nave que no pertenece a un esfuerzo gubernamental viajó con éxito a la estación espacial que orbita la Tierra y llevó a varios astronautas a ella, siendo esto el arranque de los esfuerzos de los Sapiens de alcanzar Marte, que ha sido el sueño de los amantes del espacio por décadas, uno de los primeros pasos para llegar a él establecer una base en la Luna, y usarla como catapulta para poder llegar al planeta rojo. Tal vez sea algo que no veamos los que estamos vivos hoy, ni siquiera los que están naciendo mientras escribo esto, pero a como van encaminadas las cosas y a como somos de necios no dudo ni un momento que esto que es hoy un sueño se torne en una realidad en un futuro no tan lejano, pero, ¿por qué queremos llegar a Marte? Al parecer somos como langostas que están acabando con el sembradío y necesitamos otro lugar para establecernos para poder seguir viviendo nosotros y nuestra prole.

Necesitamos un planeta nuevo como Marte para poder sobrevivir como especie porque nuestro planeta es probable que no aguante nuestro ritmo de vida, seremos los aliens en platillos voladores que llegarán a nuevos mundos para conquistarlos, llegaremos a donde todo es apacible hoy, sin los Sapiens pensantes y evolucionados que lo saben todo, romperemos ese equilibrio seguramente para poner minas, para cambiar el terreno, para “aprovechar” los recursos que nos hemos acabado en este planeta, pero, ¿acaso no es algo tonto toda esta aventura? No lo sé, tal vez soy muy inocente al pensarlo, pero ya estamos en un planeta con refrescante agua lista para beber, revitalizador aire para respirar, deliciosas plantas para comer, hermosos animales para coexistir y admirar, creo que deberíamos primero aprender a darle valor a todo eso, enseñar a las nuevas generaciones a cuidarlo, respetar a este plantea como el dador que es de toda esta vida y cuando hayamos aprendido a no destruir sino a proteger, realmente ser dignos de aventurarnos a descubrir, claro que me encantaría ver un Sapiens en Marte, pero por las razones correctas, por curiosidad científica, por evolucionar y desarrollarnos, pero no me gustaría que fuera para perpetuar las líneas de ese actor en esa película y que alguien allá en el espacio las repita diciendo: “Siempre que descubrimos algo nuevo, lo destruimos”.

Blanka Alfaro

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Especialista en diseño y mercadeo. Cuenta con una amplia trayectoria en el trabajo con organizaciones nacionales e internacionales de protección a los animales. Ha gestionado el rescate y el traslado de grandes felinos a santuarios en los Estados Unidos. Se desempeñó como Vicepresidenta en México y Vicepresidenta Senior del área Internacional en Mercy For Animals. Desde el año 2010 ha concentrado su trabajando en la creación y la gestión política de propuestas legislativas para mejorar la protección de todos los animales en México. Co-fundadora del primer santuario para animales de granja en México “Santuario Libres al Fin!”, Co-fundadora y Directora Ejecutiva de Liberum.

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