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Gustavo De la Rosa

18/08/2020 - 12:01 am

El pin parental y el voto por la ignorancia

Se pretende adicionar la Fracción XVII al artículo 130 de la Ley Estatal de Educación para quedar así: Los padres o tutores tendrán el derecho, de prestar su consentimiento previo, conjunto, o por escrito el cual se denomina pin parental, sobre el contenido de las clases y actividades que se imparten en los centros educativos que sean contrarios a sus convicciones éticas, morales o religiosas. Asimismo, tendrán derecho a manifestar su oposición o negativa a que sus hijos participen en actividades, talleres, prácticas o charlas que contravengan a sus principios morales, éticos o religiosos.

Los términos de la propuesta obligarían a los profesores a esperar la autorización de los padres de familia para impartir cualquier tema controvertido. Foto: Isabel Mateos, Cuartoscuro.

Actualmente se discute en comisiones del Congreso del Estado de Chihuahua una iniciativa presentada por una diputada del PRI, que propone modificaciones a la ley para establecer el llamado pin parental.

Se pretende adicionar la Fracción XVII al artículo 130 de la Ley Estatal de Educación para quedar así: Los padres o tutores tendrán el derecho, de prestar su consentimiento previo, conjunto, o por escrito el cual se denomina pin parental, sobre el contenido de las clases y actividades que se imparten en los centros educativos que sean contrarios a sus convicciones éticas, morales o religiosas. Asimismo, tendrán derecho a manifestar su oposición o negativa a que sus hijos participen en actividades, talleres, prácticas o charlas que contravengan a sus principios morales, éticos o religiosos.

Las autoridades educativas estarían obligadas a recabar por escrito la autorización expresa o el consentimiento informado de los tutores o quien ejerza la patria potestad vía pin parental con 30 días mínimo de anticipación previa a la impartición de talleres o pláticas realizadas por organizaciones ajenas al centro escolar.

Los centros educativos deberán entregar un informe de los talleres, actividades extracurriculares, pláticas o programas educativos del grado que cursan sus hijos al inicio del ciclo escolar, a fin de que los padres de familia puedan informarse y tener la más amplia libertad de elegir la educación de sus hijos sobre temas que no son propios de la educación científica.

Los educandos, hijos de padres de familia o tutores que manifiestan su oposición vía pin parental no podrán ser objeto de coerción, amenazas, intimidación, detrimento de su evaluación o discriminación arbitraria por parte de las autoridades educativas.

En términos prácticos, los profesores de escuelas públicas deben informar a los padres de familia, a inicio del curso, el contenido y actividades pedagógicas que aplicarán en su trabajo y estos darán su consentimiento o su negativa a que se impartan aquellas clases o contenidos en caso de ser contrarios a sus convicciones éticas, morales o religiosas; por ejemplo, si la teoría de la evolución de las especies de Darwin es contraria a la religión de algunos padres, estos podrán exigir que se imparta la teoría creacionista, basada en Adán y Eva, o que en Historia se imparta la versión de la aparición de la virgen de Guadalupe como verdadera. Sólo se respetarán las matemáticas, ciencias naturales y ciencias sociales.

También los padres tendrán la libertad de elegir la educación de sus hijos sobre temas que no son propios de la educación científica, por lo tanto, el Estado deberá ofrecer alternativas para educar a los jóvenes según las convicciones religiosas o morales de sus padres o tutores. Pero el pin parental también va en contra de la educación con perspectiva de género, sexual y reproductiva, que tacha de fracasos, pues culpa de los embarazos adolescentes a la propaganda para el uso del condón y anticonceptivos, según la exposición de motivos.

Además, los términos de la propuesta obligarían a los profesores a esperar la autorización de los padres de familia para impartir cualquier tema controvertido, por ejemplo, sobre las medidas de protección frente a la epidemia de la COVID-19, y si un grupo grande de padres pide que se abran las escuelas, entonces se tendrían que abrir.

El pin parental plantea los métodos educativos más atrasados, métodos que establecieron la educación a domicilio y en casa, que obligaba a los maestros a acudir a educar a los hijos de quienes podían pagar sus servicios y en ese sentido los padres de familia, como educaban a sus hijos en casa, podían seleccionar los contenidos que impartirían sus maestros particulares; la época de la educación doméstica ha sido la época de mayor ignorancia en la sociedad porque sólo podían educarse los que tenían dinero, lo que permitió que un grupo de élite se convirtiera en la aristocracia, y como sólo ellos sabían leer el analfabetismo era superior al 90 %, sobre todo en las mujeres.

En el Siglo XVII, el gran pedagogo checo Juan Amos Comenio mencionó que era necesario “un dispositivo de alianza escuela-familia por el cual el ‘hijo’ pasa a ser ‘alumno’” y que otro principio de la educación era la “simultaneidad sistemática y áulica” por la cual se garantiza una enseñanza homogénea y uniforme. Considerando como elemento fundamental el tiempo, ya que éste hace que “lo sucesivo y lo simultáneo sean ligados ordenadamente” y garantizada por un currículo, un método y un libro unificados, estableció que la educación era responsabilidad del Estado, y planteó la posibilidad de abrir la educación a todos los miembros de la sociedad, haciéndola más pública y menos privilegio de los padres con posibilidad de pagar la educación privada para sus hijos.

Negarles a los habitantes de la ciudad el derecho de aprender a leer y escribir generó una gran ignorancia en los niños y los ciudadanos, fue la época más oscura de la historia, y a partir de que el Estado se hizo cargo de la educación y hasta la fecha los niños han tenido derecho a liberarse de la ignorancia a través de la educación (así igual deben liberarse de la ignorancia sexual como lo hacen de la ignorancia matemática e histórica).

Cuando los padres de familia quieren evitar que sus hijos aprendan sobre la biología completa, que incluye la sexualidad de los seres humanos y de cualquier ser vivo, están negándole el derecho a la educación y eso es violatorio de los derechos humanos, ninguno tiene el derecho a mantener en la ignorancia a sus hijos y no pueden mantenerlos en el oscurantismo. Cuando un padre impide que sus hijos aprendan, comete un delito en su contra, por eso los contenidos educativos deben ser responsabilidad del Estado.

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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