"La comunidad científica ha realizado importantes investigaciones para determinar las necesidades específicas de diferentes especies animales, así como los problemas de bienestar asociados al confinamiento intensivo en jaulas, como es el caso de las gallinas ponedoras de huevo y las cerdas reproductoras. Hoy en día existen diversas alternativas a las prácticas de confinamiento intensivo que consideran el bienestar de los animales utilizados en la industria pecuaria, y la labor para mejorar los sistemas continúa", escribe Vivian Argüelles González, Especialista en Comportamiento y Bienestar Animal de Humane Society International México.
Por MVZ MC Vivian Argüelles González
Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).- En la actualidad, el bienestar animal es un tema que genera gran preocupación entre empresas de la industria alimentaria, consumidores y recientemente, incluso entre productores, instituciones financieras y gobiernos.
Gracias a las exigencias de una clientela más consciente, los corporativos, que incluyen supermercados, empresas procesadoras de alimentos, cadenas restauranteras y hoteleras, están adoptando políticas de suministro que priorizan el bienestar de los animales de granja. Y los productores, a su vez, están cambiando sus modelos de producción para satisfacer esta creciente demanda.
La comunidad científica ha realizado importantes investigaciones para determinar las necesidades específicas de diferentes especies animales, así como los problemas de bienestar asociados al confinamiento intensivo en jaulas, como es el caso de las gallinas ponedoras de huevo y las cerdas reproductoras. Hoy en día existen diversas alternativas a las prácticas de confinamiento intensivo que consideran el bienestar de los animales utilizados en la industria pecuaria, y la labor para mejorar los sistemas continúa.
La Ciencia del Bienestar Animal ha sido un factor clave para este progreso. Se trata de un campo multidisciplinario que abarca el estudio del comportamiento animal, la fisiología, la veterinaria, la ganadería, la sociología, la psicología y la ética, entre otras áreas, para proponer soluciones viables a los problemas de bienestar de los animales que se encuentran bajo responsabilidad humana. En Humane Society International, colaboramos de manera cercana con académicos en estas áreas para reforzar y promover su trabajo con productores, instituciones gubernamentales y el público en general.
Los etólogos, estudiosos del comportamiento animal, se han dedicado a observar a distintos animales en vida libre para entender su comportamiento natural y cómo ofrecer opciones que propicien, lo mejor posible, el desarrollo de sus conductas naturales en los sistemas productivos.
Por ejemplo, en el caso de las gallinas de postura, se ha observado que, en libertad, pasan gran parte de su tiempo rascando y picoteando el suelo en busca de alimento, exploran hasta 25 nidos diferentes para elegir dónde poner su huevo, al anochecer suben a altas ramas en los árboles para descansar y sentirse protegidas de los depredadores y se dan baños de polvo para mantener su piel y plumaje limpios y sanos. Sin embargo, en un sistema de producción de huevo convencional, las gallinas se mantienen en pequeñas jaulas de metal en las que no pueden expresar ninguno de estos comportamientos; ni siquiera caminar o estirar sus alas por completo. En estas jaulas tienen acceso a agua y alimento, pero no la oportunidad de expresar un comportamiento natural, ni de obtener estimulación cognitiva de su ambiente.
Ante esta situación, para buscar alternativas viables que ofrecieran un compromiso entre el bienestar de los animales y la economía de los productores, los científicos han diseñado estudios de lo más creativos para responder qué características debe considerar un sistema de alojamiento ideal para estos animales. Entre estos estudios se encuentran algunos de motivación y de elasticidad de la demanda, estos últimos muy similares a los utilizados en Economía. El principio básico es hacer a los animales trabajar para acceder a un recurso y, dependiendo del esfuerzo que estén dispuestos a realizar, se puede calificar la importancia del recurso para determinada especie.
Un ejercicio muy utilizado en gallinas consiste en ofrecerles acceso a elementos que utilizarían en libertad, como nidos y perchas (que simulan ramas) y, para obtener acceso a cada uno, se les hace trabajar por ello. El trabajo puede consistir en empujar una puerta cada vez más pesada para así medir la importancia que las gallinas le dan a cada recurso: mientras más peso estén dispuestas a empujar, más vital es el recurso para ellas. Otros estudios pueden requerir que presionen una secuencia de botones, o que empujen una palanca. Invariablemente, lo que se ha encontrado es que el acceso a un nido y a perchas son importantes para las gallinas. Incluso se ha observado que el acceso a un nido dónde poner su huevo es más importante para las gallinas que tener acceso a alimento tras numerosas horas de ayuno.
Así, gracias a los resultados de un creciente cuerpo de literatura científica que, además de comportamiento, también evalúa salud y parámetros fisiológicos y productivos de las gallinas, se han diseñado diferentes alternativas a los sistemas convencionales con jaulas que ya están disponibles en el mercado. Éstas incluyen sistemas de piso (de un solo nivel) y aviarios (con múltiples niveles), con instalaciones tecnificadas que permiten los altos niveles de producción que los sistemas industrializados requieren, pero a la vez permiten a las gallinas expresar una mayor parte de su repertorio de comportamientos naturales, gracias a la provisión de mayor espacio, nidos, perchas y un sustrato donde picotear y darse baños de polvo.
Mediante nuestra colaboración con académicos, empresas y productores, en HSI buscamos ayudar a las empresas alimentarias a adoptar políticas de compra de mayor bienestar animal, a la vez que ayudamos a los productores con asesoramiento científico y técnico para la implementación exitosa de los nuevos modelos de producción. De esta forma, la industria podrá responder a las demandas de los consumidores por mejores condiciones de bienestar para los animales de granja.