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Joselo Rangel habla de su nueva novela, Los desesperados, y dice: los rockeros somos muy ñoños

16/01/2019 - 12:02 am

Joselo Rangel, integrante de Café Tacvba, dice que es un habitante de otro planeta, como un ovni que mirara con distancia las cosas que hacemos los seres humanos. Lo cuenta un poco en su nueva novela, donde hay un vocalista, El Roto, que todo lo ve para adelante hasta que llega una banda amateur y tiene más éxito.

Ciudad de México, 16 de enero (SinEmbargo).- Joselo Rangel está contento con su novela Los desesperados (Seix Barral), aunque no sabe decir si es juvenil o no. Algunos escritores le han dicho que las novelas juveniles tienen algunos puntos que cumplir y él no ha cumplido ninguno. Lo que sí sabe es que los chicos que se le acercan le hablan maravillas de esa banda de rock que “entre fiestas, conciertos, decepciones amorosas, cultos apocalípticos y avistamientos de ovnis, descubrirá que lo más difícil no es alcanzar la fama, sino mantenerse unida”.

Rangel tiene ritmo potente en la narrativa y un humor que ya le conocíamos en los cuentos editados por Almadía, donde empezó su carrera autoral. Tiene además una cierta distancia de todo lo que ve y en ese sentido podríamos catalogarlo –con muchas risas en el medio- como un habitante de otro planeta.

–¿Es una novela juvenil?

­–No lo sé. No fue intencional escribir una novela juvenil, pero sí veo que muchos jóvenes se acercan a ella y les gusta y no se les hace tan pesada o tan laboriosa de leer. Tengo amigos que escribe novelas juveniles y entiendo que hay ciertos códigos que no se pueden tocar o se tienen que desarrollar de cierta manera para que sea juvenil, pero yo escribo lo que se me antoja, me valen esos códigos. A lo mejor esa es la forma de llegar a los jóvenes, si se quisiera; no clasificarlos pensando en que no se le puede hablar de ciertos temas. Al final no estoy escribiendo un libro ni de superación personal, ni de nada que sea como educativo. Lo que quiero es que la gente así como yo me divierto leyendo ciertos autores, conecte y se divierta conmigo.

­–Me pareció como una novela divertida. ¿Cómo se te ocurrió?

–Al principio la novela fue un cuento y la historia que se me ocurrió es la de una banda de rock que va a un taibol dance, donde una de las bailarinas se parece a la novia del vocalista. No es algo que le haya pasado a nadie, sino que fue una ocurrencia mía. Para mí eso es la literatura, una situación que detona un montón de otras situaciones. Para contar esta historia necesito una banda de rock, un trío donde el guitarrista es el que canta, el bajista y el baterista. Vi que había muchas líneas de historias que podía desarrollar, cuando terminé el cuento, de repente me quedaba pensando en esta banda. Me puse a escribir lo que se me iba ocurriendo, en forma de cuentos, escribí tres o cuatro cuentos y en cierto momento me di cuenta de que era una novela. Primero pensé que iba a ser un libro de cuentos sobre la banda de rock, pero entonces comencé a revisar esos textos, tenía el final y de repente fue llenar esos huecos que había para poder contar una historia que fuera integral.

–Llenando esos huecos, es un mundo bastante estrecho el de los varones, ¿verdad?

–Uno en otro momento no lo hubiera notado, pero hay muchas situaciones que antes sentíamos como normales. ¿Qué es lo normal y qué es lo anormal?, no lo digo en esos términos. Lo que sí traté de evitar es no contar esas cosas porque ahora son políticamente incorrectas. Lo que quería era contar una historia y contarla tal cual. Hay dos personajes femeninos y había cierto temor porque a lo mejor no era como estas dos mujeres hubieran actuado, pero se lo di a leer a dos o tres amigas y me dijeron: "¡Sí! Así hubieran actuado". Me encantan los personajes femeninos y a lo mejor mi próxima novela los tendrá a ellos como protagonistas. Va a tener más que ver con esos personajes femeninos, claro que en el mundo del rock, donde viven Los desesperados, está rodeado de puros hombres.

–Yo soy ex rockera. He empezado a ver ese mundo limitado de los rockeros, que antes para mí era maravilloso.

–Es que además que ni siquiera supieran cómo ir a un taibol era hasta ñoño. Percibo a muchas bandas así. Nosotros, los de Café Tacvba éramos así: muy ñoños. La gente ve como cierto glamour alrededor de los rockeros, que son de cierta manera, pero la verdad es que somos ñoños. Somos muy nerds. Para sentarte a aprender a tocar un instrumento, tienes que ser una persona que se tiene que encerrar mucho en sí mismo y dejar de socializar, porque no aprendes a tocar una guitarra si eres el más popular. Tienes que encerrarte y ese encerrarte no te permite vivir otras cosas que a lo mejor otros jóvenes sí viven.

Una historia que cuenta lo ñoñas que son las bandas de rock. Foto: Seix Barral

­–En este mundo igual casi todos somos nerds.

–Exacto. En alguna entrevista empecé a hablar de las series y me preguntaban en qué momento escribiste estos cuentos, yo les decía: ¿Has visto Games of Thrones? ¿Has visto Breaking Bad? Mi respuesta era: Yo no las he visto. Lo que me puse a hacer fue escribir. Si me ponto a ver todo Black Mirror nunca escribiré una novela como Los desesperados.

–¿Quién es El Roto? Por su cabeza pasan un millón de cosas.

–Hay ciertos arquetipos del guitarrista, del baterista, del bajista, del vocalista y El Roto tiene mucho de vocalista, esta fuerza de alguien que está en todas las bandas y que siempre está empujando, viendo todo para adelante. Este Roto es más maquiavélico que el resto de los integrantes. Por eso se le ocurren ciertas cosas, poner por ejemplo una banda más mala antes que nosotros para que se note y él lo que está buscando porque no es tanto la fama de su banda, sino porque él quiere llevar su música más adelante. Hace lo que sea por eso. No lo veo como alguien malo, sino como una fuerza creadora, escribe las canciones y tiene ese talento en un momento en el rock no está de moda. Lo que se escucha es el reggaetón. Eso es básico para la novela. Las disqueras quieren firmar reggaetón. Imagínate ese mundo tan árido donde él trata de destacar. Luego resulta que llega una banda amateur, que no tiene tanta ambición y es esa banda la que tiene el éxito. Son situaciones que se han repetido en la historia del rock durante mucho tiempo, pero siempre creo que más allá de éxito o no éxito, hay un momento que todas las bandas tienen su público. Yo no me di cuenta mientras lo estaba escribiendo, pero el final de la novela trata de eso: con estos seres de otro planeta que son los que entienden y gustan de los desesperados.

–¿Los seres de otros planetas creen que van a gustar de muchas cosas que hoy no tienen cabida?

–Seguramente, creo que sí. A lo mejor nosotros no nos damos cuenta de lo que somos o de lo interesantes que podemos ser, nuestras contradicciones como seres humanos, nuestras pasiones. Debemos ser muy interesantes para alguien que está afuera observando todo esto. Se están matando, van todos a la gasolinera al mismo tiempo, debe de ser muy divertido. Los dioses en el Olimpo o seres de otro planeta observando todas las miserias humanas. O hasta nosotros mismos. Yo cuando consigo salirme de este cuerpo y ver todo desde afuera lo que me digo que es todo ridículo. Ver lo que hizo un amigo o una ex novia y te preguntas: ¿En serio está haciendo esto? Es fascinante. Seguramente debemos ser muy interesantes para los otros seres que nos ven desde allá.

–¿Cómo te sientes como escritor?

–Me siento bien en esta profesión. No es que me sienta realizado del todo, porque estoy escribiendo una novela ahora, pero me siento cómodo escribiendo y hablando sobre esto. He encontrado eco en la gente. Veo que les gusta lo que escribo. Lo que quiero es eso, conectar con un público y a lo mejor me toma tiempo. Mucha gente me dice que ya tengo un público cautivo porque soy de Café Tacvba y yo digo que no tanto. Muchos me van a leer por esa situación y muchos no me van a leer por lo mismo. Yo voy a seguir escribiendo y por ahí en un momento dado conecto con algunas personas con las que tengo que conectar.

–Con respecto a Café Tacvba, siento que han hecho un disco genial, Jei Beibi.

–Muchas gracias. Un amigo músico nos dijo hace poco que nos debemos sentir muy solos haciendo esto, en un momento donde no se escucha mucho rock. No hay otros grupos que hagan este tipo de experimentación o de buscar cosas. No es que nos sintamos solos, pero siento que hay otros grupos que no están en ninguna búsqueda y nosotros estamos en una búsqueda de sonidos, de canciones y nos sentimos muy contentos. El público le toma cierto tiempo comprender lo que hacemos. Entender es una palabra muy paternalista.

–Bueno, también es cierto que a todos nos cuesta mucho escuchar.

–Una vez lo oí de Bob Dylan. Escuchar música no es un acto de divertimento, sino que tienes que poner parte de ti, de tu intelecto, ponerle ganas…lo pensé y tiene razón. Todo implica un compromiso y entrarle.

–¿El sentido de búsqueda, tanto en la literatura como en Café Tacvba, es lo que te despierta las ganas de hacer cosas?

–Sí. Me sucede algo que termino de escuchar un disco y quiero hacer pronto canciones. Con los libros es igual. Termino una nueva novela y quiero escribir. Envidio a la gente que termina un libro y ya, te sientes satisfecho, a mí me surgen unas ganas de escribir tremendas. Tengo que buscar esa satisfacción, hacerlo ya, sentarme a escribir lo que tengo ganas.

–¿Cómo ves México?

–Lo que creo es que somos muy injustos con nuestro país. Hace mi esposa, Lumi Cavazos, bajó una APP de radios de todo el mundo. De pronto me dijo que había descubierto algo impresionante, en todos los países hablan de la violencia de los jóvenes, era una preocupación constante, de los migrantes, en todos los países hablaban de lo mismo. Seguramente en muchos otros países están mejores que nosotros, pero tenemos muchas cosas en común. Creo que es una cosa inherente al ser humano. Entonces de repente oigo que México está mal, pero de repente digo que está igual en todo el mundo. Lo que digo es que tenemos que tratar de hacer nuestras cosas bien, pues un Presidente no puede venir y cambiar todo así nomás, si nosotros no ponemos algo de nuestra parte.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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