Ernesto Hernández Norzagaray
24/08/2018 - 12:00 am
No es de oquis
Hay una curiosa coincidencia entre Peña Nieto y López Obrador, la percepción de una franja de la sociedad de que ambos acordaron la liberación de Elba Esther Gordillo y ahora los dos presidentes, uno en funciones y el otro electo, parecieran querer librarse de ella.
Hay una curiosa coincidencia entre Peña Nieto y López Obrador, la percepción de una franja de la sociedad de que ambos acordaron la liberación de Elba Esther Gordillo y ahora los dos presidentes, uno en funciones y el otro electo, parecieran querer librarse de ella.
En esa lógica querrían qué la “maestra” no hiciera olas mediáticas que guardara silencio, pero eso es imposible, ella es una protagónica natural y más cuando durante mucho tiempo estuvo en silencio y sabe la máxima de que la mejor defensa es el ataque.
Peña Nieto dice que el asunto de la “maestra” está en manos de la PGR y López Obrador afirma que será respetuoso de las decisiones que tomen las autoridades encargadas de impartir justicia en este y otros casos.
Sin embargo, en ese vértice incomodo para ambos presidentes, la exdirigente magisterial rompe con el protocolo sucesorio y en otro escenario, frente a periodistas y sus más fieles, afirma que durante cinco años fue presa política y levantando el acta de liberación asegura contundentemente que la reforma educativa será derrumbada.
Visto, por partes, qué la PGR no haya hecho bien su trabajo no significa que su fortuna sea bien habida, existe suficientes evidencias de que aun habiendo ahorrado todos sus ingresos y con una tasa de interés del cien por ciento, las cuentas no saldrían, residencias lujosas dentro y fuera del país, joyas de alta gama, obras de arte de los grandes de la plástica, cirugías plásticas eficaces y sobre todo mucho, mucho, dinero en sus cuentas bancarias (ahora, dice la “maestra”, que los cientos de millones de pesos se los heredó su madre, una profesora rural de esa que gana una miseria. ¿Le creemos?).
Claro, se podrá argumentar, que en el error de la PGR esta lleva la penitencia o peor todos los contribuyentes que tendrían que pagar en caso de alegar reparación del daño. Pero, mientras son peras o son manzanas, la PGR queda absolutamente desacreditada y, pregunto, ella es inocente, seguramente no.
Ahora, mediante la conversión de PGR en Fiscalía General esperemos recupere el brillo que siempre debió tener y nunca haberlo perdido, si es que alguna vez lo tuvo. Eso lo veremos, con el tiempo, sobre todo si tanto la Fiscalía General, como la Fiscalía Anticorrupción, realizan su trabajo escrupuloso, cómo se ha ofrecido, con absoluta independencia. Y eso debiera obligar a revisar los casos de Elba Esther. Algo huele mal en todo esto.
La otra cuestión es el señalamiento de que la “reforma educativa va a derrumbarse”, lo dice como un acto triunfal, cómo si su encarcelamiento haya sido producto de su negativa a apoyar esta reforma estructural, vamos como si esto fuera parte del acuerdo para su liberación, cómo un pagó por el trabajo hecho a través de sus huestes electorales.
Quizá, por eso AMLO, fue muy cuidadoso y toma distancia de ella cuando dice: “seré muy respetuoso de las decisiones del Poder Judicial” y afirma que su gobierno promoverá la “democracia sindical” en todos los ámbitos.
Pero, la señora salió en plan de guerra, dispuesta a levantarse sola el brazo, como si fuera Mike Tyson en su mejor momento, y si eso lo hace en un momento ceremonial en que los presidentes iniciaban formalmente el acto de entrega y recepción de la administración pública federal, es de esperar entonces un mayor protagonismo en los siguientes meses para cobrársela a quienes se la hicieron y eso hará crecer la percepción de que si está en la calle es porque tiene un apoyo político.
Elba Esther resulta un estorbo en el inicio del sexenio lopezobradorista. Hay medios para que la señora proceda contra Peña Nieto y algunos miembros de su gabinete, los que operaron para mantenerla en cautiverio, en su jaula de otro, lo que significó pérdida de salud, como se dijo y ello justificó dejar la cárcel de Tepepan para trasladarse a su departamento de lujo en Polanco.
A Elba Esther se le vio física y mentalmente muy bien, fluida en el hablar con buena ropa sastre y mejor maquillaje, y por alguna razón nos recuerda aquella imagen de Augusto Pinochet descendiendo del avión que lo trajo desde Londres a Santiago de Chile, sus años y una salud quebrantada fueron argumentos suficientes para que fuera liberado al matón, pero al llegar al aeropuerto Santiago-Pudahuel se levantó con los brazos en alto y una gran sonrisa en sus labios. Así aparecía la “maestra”, con su gesto agrío, triunfal, y vengativo.
Actuó así porque como diría el populo a “algo se atiene” y ya demostró que pudo ensombrecer mediáticamente el acto solemne de entrega y recepción de la administración pública federal. Y con ello tendrán que lidiar los presidentes de aquí al 1 de diciembre, salvo, que se le imponga un correctivo pues como lo dijo Peña Nieto: “el darle curso, eventualmente a las impugnaciones que ya ha realizado al proceso que se sigue a la maestra”.
Más, AMLO, ha ofrecido una reforma educativa que consulte a “los maestros y los padres de familia”, y claro, los poderes fácticos de la educación pública. Es decir, el brazo elbista SNTE y la CNTE, enemigos durante de décadas y hoy por azares del destino se encuentran con un mismo aliado. Y serán sus líderes, los que al final intenten poner su sello definitivo.
Ya veremos cómo Esteban Moctezuma, el futuro Secretario de Educación Pública que estuvo unos años en la Fundación de TV Azteca, como resuelve este entuerto que nos lleva a recordar una de las máximas de Jesús Reyes Heroles qué decía: “Lo que los niños aprenden en la mañana, lo pierden por las tardes frente al televisor”, o peor ahora simultáneamente en el proceso educativo, con el celular en mano.
En definitiva, Elba Esther está aquí y no es de oquis. Muy pronto hizo sentir su poder y ahora va por la recuperación del SNTE, que preside hoy Juan Díaz de la Torre y a quien acusa de traición a los maestros. AMLO necesita al SNTE para darle viabilidad a la nueva reforma educativa. Y ella lo sabe y conoce la importancia de ganar el espacio mediático, en un momento de ocaso del peñismo y cuándo AMLO todavía no accede al poder. Está siendo desleal con quien la hayan sacado de la reclusión. Elba Esther juega con fuego, a algo se atiene.
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