A dos días del inicio de la justa mundialista, Rusia afina detalles para recibir a miles de aficionados de todo el mundo. Aunque todo parece estar listo, los anfitriones tienen asuntos pendientes por resolver y una de las cuestiones que les quita el sueño es el tema de la seguridad dentro y fuera de los estadios.
Los hinchas rusos han protagonizado en la última temporada de la liga local diversos incidentes entre los que destacan enfrentamientos con la policía y cánticos racistas en contra de varios jugadores. A pesar de que los organizadores han vetado de los estadios a casi medio millar del llamado grupo de los "ultras", temen que este tipo de situaciones pueda repetirse durante la Copa del Mundo.
Aunado a esto, el Estado Islámico ha lanzado una serie de amenazas y en redes sociales difundiendo carteles propagandísticos en los que con ayuda de fotomontajes aparecen diversas figuras del futbol mundial torturadas y diversas sedes en llamas.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo/AP/EFE).– El Gobierno ruso ha tomado una serie de medidas sin precedentes para garantizar la seguridad durante la Copa del Mundo ante las amenazas del Estado Islámico realizadas desde el año pasado, los ataques homofóbicos y la violencia de los "ultras".
Alexéi Lavrichev, director de operaciones de seguridad de los Servicios de seguridad rusos (FSB), indicó que Rusia “está lista para combatir todas las amenazas”.
"Las medidas son realmente sin precedentes y han sido planificadas desde hace bastante tiempo. Se basan en nuestra experiencia de ese tipo de acontecimientos, aunque también hemos estudiado las experiencias internacionales”, dijo.
Lavrichev señaló a menos de una semana del inicio de la justa mundialista, que no tienen detectadas amenazas contra los participantes.
“A lo largo de los años de preparación hemos ido estableciendo un plan de seguridad claro y estamos dispuestos a combatir todas las amenazas contra la seguridad, sea cual sea su origen”, agregó.
Uno de los temas que más preocupa a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y a los organizadores es sin duda un posible atentado por parte del grupo yihadista Estado Islámico.
El pasado 17 de octubre ISIS lanzó su primer amenaza contra la Copa del Mundo en donde pedía a los yihadistas lanzar ataques durante el evento deportivo.
A través de redes sociales, el grupo difundió una imagen en la que se observaba a un terrorista armado con un AK-47 junto a una bomba que llevaba la bandera del ISIS, con el logo oficial del Mundial a un costado. Al frente se leía en ruso y en árabe “esperen por nosotros”.
Días después, el Estado Islámico lanzó una nueva amenaza al Mundial de Futbol. Esta vez el protagonista del cártel difundido en redes sociales era Lionel Messi, futbolista del Barcelona y una de las grandes figuras que participará en la competencia.
En la imagen se veía al jugador argentino vistiendo un traje de prisionero que portaba su nombre impreso y sangraba del ojo izquierdo.
“Oh, enemigos de Alá en Rusia, juro que el fuego de los mujahideen [soldados en la guerra santa] los quemarán, tan sólo esperen”, decía el póster divulgado en redes sociales y recolectado por el sitio de monitoreo extremista SITE.
Luego de utilizar la imagen de Messi, el grupo terrorista continuó compartiendo fotografías con diversos futbolistas como protagonistas. Hasta que el 30 de octubre publicaron una nueva imagen en donde emplearon la cara de Cristiano Ronaldo.
En el cartel se podía ver al jugador de rodillas y maniatado, con un ojo morado y con un miembro del grupo terrorista detrás.
Con el paso de los meses las amenazas del Estado Islámico cesaron por un tiempo, pero a menos de 30 días del inicio de la justa veraniega, el grupo terrorista hizo pública una nueva imagen con un mensaje certero y crudo: Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, protagonistas de dos anuncios previos, siendo decapitados a mitad de un encuentro con miles de espectadores como testigos.
La imagen difundida a través del servicio de mensajería Telegram venía acompañada del mensaje: “El suelo estará cubierto con tu sangre”, y al margen inferior izquierdo se vislumbraba el logo de la Copa del Mundo quebrado.
En el montaje se podía leer un texto con intención de sembrar el pánico: “Nuestras palabras son lo que ves, no lo que oyes. Así que tan sólo espera. Nosotros también estamos esperando”.
Las amenazas toman vital relevancia luego de que el 3 de abril de 2017 una bomba detonara la estación Sennaya Ploschad del metro San Petersburgo, en Rusia.
El atentado causó 16 muertos y más de 50 heridos.
Según la investigación, el artefacto casero fue detonado por un terrorista suicida de origen kirguís Akbarzhon Dzhalílovan.
LA VIOLENCIA DE LOS "ULTRAS"
Los "ultras" rusos, en especifico los del Spartak de Moscú, se han ganado la fama de ser los más peligrosos de toda Europa. Uno de los grupos que más destacan por sus actos violentos es el de los Gladiators Firm 96, un agrupamiento que defiende ideales nazis.
Los Gladiators Firm 96 son conocidos por dominar artes marciales y técnicas paramilitares, habilidades que utilizan para enfrentarse a hinchas de equipos rivales y contra las mismas autoridades.
Según la prensa occidental, los "ultras" rusos se han convertido en la nueva "peste" del futbol europeo.
Los altercados protagonizados en febrero por aficionados del Spartak Moscú y del Athletic de Bilbao en el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga Europa, en los que murió un policía vasco de un infarto, hicieron temer lo peor.
El pasado 31 de mayo casi medio millar de "ultras" rusos fueron incluidos en la lista negra del Mundial de fútbol, según informó este jueves Vladímir Chernikov, jefe del Departamento de Seguridad Regional de Moscú.
"Son 467 personas, de ellas 157 moscovitas, que no han recibido FAN ID (pasaporte de aficionado), el principal salvoconducto para poder acceder a los partidos mundialistas", afirmó.
El funcionario explicó además que otros países ya han entregado a las autoridades rusas sus propias relaciones de aficionados radicales, lo que permitirá "ampliar esa lista".
Destacó que con el fin de prevenir incidentes, los estadios estarán equipados con numerosas cámaras de vigilancia y sistemas de identificación, lo que facilitará la detección de "ultras".
"El deporte debe unir a la gente y en ningún caso instigar pasiones ajenas al futbol. Somos conscientes del problema y por eso a día de hoy trabajamos con las peñas del Manchester United, Liverpool y Chelsea en nuestro país", subrayó.
En el caso de la Copa Confederaciones disputada hace un año en cuatro ciudades rusas, las autoridades también elaboraron una lista negra en la que incluyeron a casi 200 hinchas.
Algunas voces incluso pidieron que los clubes rusos fueran expulsados de las competiciones europeas, como ocurrió con los ingleses (1985-90).
Cuando labraron su fama de sucesores de los "hooligans" ingleses fue mucho antes, en la Eurocopa de Francia de 2016, en la que protagonizaron varias batallas campales que han quedado grabadas a sangre y fuego en las calles de Marsella y Lille.
Entonces, demostraron que ya han superado a los ingleses, especialmente en lo que se refiere a organización y preparación física -la policía les define como paramilitares-, como se puede ver en los entrenamientos que organizan en bosques en las afueras de la capital rusa.
En su momento, el Presidente ruso, Vladímir Putin, endureció los castigos contra los aficionados violentos, tanto rusos como extranjeros.
Según la ley, aquellos hinchas que violen de manera flagrante las normas durante las competiciones deportivas recibirán multas de hasta 20 mil rublos (más de 300 euros), serán arrestados durante 15 días o se verán privados de acceder a un estadio por espacio de uno a siete años.
En el caso de que el infractor sea un seguidor extranjero, éste recibirá una multa similar y, además, será deportado, como ocurrió en junio de 2016 con los "ultras" rusos durante la Eurocopa.
ATAQUES CONTRA COMUNIDAD LGTB
La sociedad rusa es conocida por tener tendencias represivas contra la comunidad gay. Para muestra, durante el mes de junio, en plena celebración de la Copa del Mundo, se cumplirá el quinto aniversario de la aprobación la ley rusa contra la propaganda universal.
La legislación fue adoptada meses antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014 en Sochi y castiga la defensa de la comunidad LGBT y crea un clima peligroso de estigmatización y violencia hacia la gente de esta comunidad. Además, la violencia hacia esta comunidad ha aumentado de manera alarmante, situación que ha provocado que distintas organizaciones adviertan a los aficionados que asistirán al Mundial con sus parejas del mismo sexo que no se tomen de las manos en público.
La comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales será incluida en Rusia durante la Copa del Mundo. Pero a mediados de julio, una vez que el torneo concluya y que la atención deje de concentrarse en el país, la discriminación generalizada seguirá siendo la norma.
Como jefe de la Federación Deportiva LGBT, Alexander Agapov, dice que no puede promover competiciones sin contratar personal de seguridad. Afirma que él mismo ha sufrido agresiones en el transporte público, pero pronostica que los extranjeros que lleguen durante el Mundial no percibirán un solo problema de discriminación.
“En el estadio y sus alrededores, creo que será bastante seguro” desplegar símbolos del activismo gay, como la bandera del arcoíris, comentó Agapov en declaraciones a The Associated Press.
Esa tolerancia hará eco a la postura sugerida por el comité organizador de la Copa del Mundo, operado por el gobierno.
“Todos los visitantes a Rusia 2018, sin importar su raza, género, religión, capacidades u orientación sexual, pueden esperar una cálida bienvenida”, comentó Agapov en un comunicado. “Las personas no serán sancionadas por expresar sus sentimientos. Se permitirá la exhibición de banderas del arcoíris en el graderío o en las celebraciones públicas”.
Generalmente, las autoridades rusas prohíben dichas banderas, al considerarlas “propaganda gay”. Bajo las leyes de Rusia, cualquiera que muestre la bandera del arcoíris en un lugar público donde haya niños –incluido un estadio– puede ser multado.
Jonny Dzhibladze, de la organización “Coming Out” en San Petersburgo, sugirió que los fanáticos extranjeros de la comunidad LGBT recibirán mejor trato que los nacionales.
Durante el torneo, “si hay algún tipo de ataque o abuso, entonces quizá las autoridades comiencen incluso a investigarlo o a condenarlo públicamente, como una situación ejemplar”, indicó.
“Pero conociendo los medios rusos y la retórica homofóbica que emplean, esto probablemente tomará la siguiente argumentación: ‘estas personas locas del arcoíris han llegado de Europa. Olvidémonos de ellas y soportémoslas mientras estén aquí, son nuestros huéspedes. Pero en cuanto se vayan, volvamos a nuestros valores tradicionales rusos’”, opinó.
Una ley de 2013 prohíbe la “propaganda” homosexual dirigida a menores de 18 años. En la práctica, la medida se ha utilizado para acallar el debate en cualquier contexto público o para impedir protestas en las que algún menor de edad pudiera ver u oír algo.
Los grupos rusos antigays han recurrido a las redes sociales para denunciar a profesores LGBT, en busca de que sean destituidos. Algunos delincuentes, según Dzhibladze, emplean aplicaciones informáticas de citas para gays a fin de encontrar personas a las cuales robarles sus pertenencias, suponiendo que las víctimas no denunciarán, ante la desconfianza que tienen por la policía.
La ley representa una carga financiera para la federación deportiva de Agapov. Una competición de futbol suele requerir sólo de un par de canchas en un complejo deportivo, explica. Sin embargo, la organización debe contratar un tercer campo, sólo para impedir que éste sea alquilado para algún partido infantil.
Si ese partido ocurriera y lo niños miraran el cotejo de la organización LGBT, se infringiría la ley.
Vitaly Milonov, legislador clave en la aprobación de la iniciativa contra la “propaganda gay”, ha exigido una postura más severa contra los aficionados que concurran al Mundial.
Ha comparado a los gays con chimpancés, y ha recalcado que el Mundial no es lugar para “sodomitas” que agiten la bandera del arcoíris.
“Quiero recordarles que, sin importar cuánto traten de cabildear, su repugnante forma de vida es condenada en todo el mundo”, dijo Milonov en declaraciones a la AP. “Ellos no tienen el derecho de hacer propaganda con sus asquerosidades”.
El año pasado, surgieron reportes desde la región meridional de Chechenia, predominantemente musulmana, acerca de que algunos hombres fueron torturados y ejecutados, por la sospecha de que eran gays. La selección de Egipto se concentrará en Chechenia durante la Copa del Mundo.
Decenas de personas relataron casos de tortura en prisiones secretas supervisadas por los aliados del líder checheno Ramzan Kadyrov, quien ha negado que haya gays en Chechenia.
Una investigación del gobierno ruso concluyó que no había evidencias de torturas ni muertes.
El Mundial de Rusia constituye una prueba para la imagen de la FIFA, de cara al certamen de 2022 en Catar y a uno posible en Marruecos cuatro años después. En estos últimos dos países están penalizadas las relaciones homosexuales.
La FIFA afirma que tiene una postura de “tolerancia cero hacia la discriminación”, y ha discutido con Rusia el tema de los derechos de los gays.
“Estamos absolutamente al tanto de las preocupaciones sobre discriminación, y siempre los hemos abordado en estrecha colaboración con (el comité organizador), la Unión Rusa de Fútbol y las autoridades rusas”, indicó Federico Addiechi, jefe de la FIFA para sustentabilidad y diversidad, en un correo electrónico enviado a la AP.
DAN RECOMENDACIONES A PERIODISTAS
El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, en inglés) difundió una serie de recomendaciones de seguridad para evitar el ciberpirateo de los equipos o accesos de quienes cubran el Mundial de Rusia.
El documento advierte que los periodistas que cubran la Copa Mundial pueden ser objeto de vigilancia y o ser acosados en caso de que informen de otra cosa que no sea el campeonato mundial.
"La principal preocupación de cualquier periodista que cubra la Copa del Mundo es una violación de su seguridad digital y el posible robo de datos", dice el aviso de la organización gremial.
El CPJ, con sede en Nueva York, recomienda, entre otras medidas, que los periodistas revisen antes de viajar si han escrito notas que hayan molestado a Rusia y también verifiquen sus aportes en redes sociales.
También recomienda revisar las contraseñas de sus accesos al correo electrónico o redes sociales, considerar la posibilidad de una doble verificación o encriptar los datos o equipos.
Asimismo, la CPJ avisa sobre los riesgos que se corren si se usan enlaces de internet públicos, en hoteles o salas de prensa, y también sobre los riesgos de utilizar un cargador de teléfono que ofrezcan personas desconocidas.
Si es posible, el CPJ recomienda a los periodistas viajar a Rusia con equipos nuevos, comprados sólo para el campeonato y sólo con los documentos relacionados con la cobertura deportiva, y al regresar a sus países de origen pedir una revisión de ese equipo y eventualmente cambiar contraseñas.
Las recomendaciones están incluidas en detalle en el sitio de la institución (cpj.org), donde también hay enlaces a otras medidas de seguridad adicionales.