La rivalidad entre Miami Heat y Chicago Bulls levanta el telón de una nueva temporada de la NBA

31/10/2013 - 12:30 am

 

Foto: nba.com
Foto: nba.com

Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).– Llegó el primer día de una nueva temporada de la NBA con un partido representativo de los Playoffs. Lebron James, bicampeón con el Miami Heat y el jugador más dominante de la liga, se puso frente a uno de los regresos más esperados de las últimas décadas. Derrick Rose provocó un revuelo en los diarios deportivos conforme se acercaba el inició de la campaña tras ir jugando varios amistosos. Chicago visitó a Miami, para que beneplácito de millones de aficionados. Un equipo que recibía de vuelta a su estrella y otro que aspira a convertirse en dinastía.

El Presidente Barack Obama, fiel amante de la NBA, le dio la bienvenida al “1” de los Bulls vía Twitter. Rose llegó a la liga en 2008, y de inmediato se convirtió en el mejor base de la competencia. Su destreza ambidiestra, puso a Chicago como serio aspirante. La pieza que le faltaba a la organización que vivió su máxima gloria durante los 90, la encontró en un atleta hábil oriundo de la ciudad de los vientos. Derrick llegó con paquete completo. Capaz de cambiar un partido por su cuenta, tenía en sus orígenes un simbolismo único. El chico de casa, se convertía en el estandarte de una nueva época.

En Miami, han sabido sortear la infinita enemistad que provoca el ser dominante. Un equipo construido solo para ganar anillos de campeonato, tiene encontra a toda una liga ansiosa por derrocar una dictadura de dos años. Al frente, un chido de Akron, Ohio, juega aspirando a codearse con los más grandes en la historia. Un basquetbolista capaz de jugar en cualquier posición de la duela, no plantea escatimar esfuerzos para refrendar lo que por derecho propio se ha ganado. La NBA, para muchos la competencia más espectacular de todas, puso a dos aspirantes frente a frente.

Foto: nba.com
Foto: nba.com

Previo al inicio, el Heat recibió los anillos de campeonato que ganaron la temporada pasada. Después, fu un espectáculo de quienes mostraron el mismo ritmo con el que terminaron las finales frente a San Antonio. Miami aspira a su tercer título consecutivo, y lo dejó bien claro desde el primer día de clases. Ni el aluvión emocional que representó el regreso de Rose, opacó el deseo de Lebron y compañía. La figura de los Bulls, anotó solo 4 de 15. En la duela, su velocidad y movimientos fueron los mismos que realizaba antes de la lesión. “Es fácil mejorar, solo tengo que tirar mejor”, declaró al final D-Rose, siempre con confianza en sí mismo.

La batalla deportiva que todos anticipaban, falleció rápido cuando la diferencia entre los dos equipos se alargó a 25 puntos de ventaja en el segundo cuarto. A partir de ahí, la enjundia de siempre por parte de los Bulls, se topó con el talento de una franquicia inspirada. Al final, el marcador apuntó 107-95 a favor de los locales. Rose se fue tranquilo, con el gesto de siempre teniendo enfrente una temporada larga. Lebron, quien no tuvo una actuación individual como las de costumbre, aceptó ser parte del espectáculo grupal que armó Miami.

Desde hace dos temporadas, la rivalidad entre Miami y Chicago se ha ido acrecentando, siempre con los Bulls yendo por detrás. En 2011 y 2013, el Heat eliminó las aspiraciones del equipo que conoció la gloria gracias a Michael Jordan. El año pasado, en el United Center, Chicago rompió una racha de 27 victorias consecutivas del equipo de la Florida, dejando heridas abiertas que supieron vengar en Postemporada. Rose ha vuelto por el MVP que obtuvo en 2011, sin importarle mucho Lebron. El telón se abrió con un duelo de grandes alturas, con el campeón dando un mensaje de vigencia.

Foto: nba.com
Foto: nba.com

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video