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Alejandro Calvillo

31/08/2024 - 12:05 am

El gigante Nestlé va desnudo

Los adultos que fueron amamantados cuando niños tienen 3.4 puntos más en los indicadores de desarrollo cognitivo. Un aumento en el desarrollo cognitivo resulta en más años de escolaridad.

Los recién nacidos que perdían a su madre por el alto índice de mortalidad materna durante el parto y el postparto podían sobrevivir si se encontraba una nodriza, una mujer que pudiera amamantarlos. En muy pocos casos se recurría a las nodrizas por alguna imposibilidad de la madre de amamantar al bebé, justo porque esa imposibilidad no es común.

Como en todos los ámbitos de nuestra vida en la sociedad de consumo e hiperconsumo, se vio una gran oportunidad de negocio en desarrollar un producto que sustituyera a la leche materna para, en principio, ofrecerse en estas situaciones donde la madre moría o donde, por alguna razón extraordinaria, no podía amamantar, un producto que pudiera adquirirse en el mercado y que sustituyera a las nodrizas.

Y como en todos los casos de la lógica corporativa, se desarrolló una estrategia comercial para que este producto desplazara la lactancia materna, pasando de ser un producto para ocasiones extraordinarias a ser un producto común, convirtiendo a la lactancia materna, en muchos casos, en algo extraordinario. Sustituir la leche materna, con sus enormes propiedades nutricionales y su adaptación durante el desarrollo del bebé, por un producto ultraprocesado ha tenido serias consecuencias en la salud, la economía y el medio ambiente.

El grado al que ha llegado esta estrategia es tal que ha convertido la venta de este producto, de los sucedáneos de la leche materna y la leche para infantes, que serían únicamente necesarios para casos extraordinarios, en el mayor negocio de la mayor corporación de ultraprocesados en el mundo: Nestlé.

En la Serie The Lancet: Lactancia Materna 2023, se documentó que la industria de fórmulas infantiles comerciales genera ingresos de alrededor de 55 mil millones de dólares anuales, con alrededor de 3 mil millones de dólares gastados en actividades de marketing cada año. Comparemos: lo invertido por Nestlé y compañías que fabrican estos productos en publicidad fue de 3 mil millones de dólares, frente al presupuesto de todo el programa general de trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020-2021, que fue de poco más de 4 mil millones. La inversión en publicidad de Nestlé para todos sus productos a escala global es de más de 19 mil millones de dólares, 3 veces más que el presupuesto de la OMS.

La propia OMS, con sus escasos recursos frente a los de Nestlé, ha tratado, a través del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, de detener las prácticas de comercialización de estos productos, considerando los graves impactos en la salud que genera la sustitución de la lactancia materna por las fórmulas lácteas. Sin embargo, vemos que la inversión de Nestlé y empresas afines en la publicidad de estos productos representa alrededor del 70 por ciento del presupuesto de la OMS. Es decir, la OMS busca prohibir la publicidad de estos productos, pero la inversión que siguen haciendo en esa publicidad las empresas representa gran parte del presupuesto que tiene la OMS para todos sus programas.

Las diferencias entre la lactancia materna y los sucedáneos son profundas. Se resumen en la declaración de la OMS:

“Si hubiera una nueva vacuna que previniera 1 millón o más de muertes infantiles por año, y que además fuera barata, segura, administrada por vía oral, y que no necesitara una cadena de frío, sería una política imperativa de la salud pública. La lactancia materna puede hacer esto y más”.

De acuerdo con la OMS, la lactancia materna prolongada reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 13 por ciento, lo que contribuye a combatir las enfermedades no transmisibles causadas por la obesidad. También disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 en 35 por ciento. Amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19 por ciento en el riesgo de leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar.

Los bebés que son amamantados tienen un 60 por ciento menos riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados. El efecto es aún mayor para infantes que reciben lactancia materna exclusiva.

Por otro lado, el apego entre madre e hijo aumenta cuando las madres interactúan con sus hijos mientras amamantan. Períodos más prolongados de lactancia materna se asocian con respuestas más sensibles de las madres y con la seguridad que se genera con el apego.

Las políticas de apoyo a la lactancia materna en el lugar de trabajo aumentan la retención de empleados, el rendimiento, la lealtad, la productividad y el espíritu de grupo.

Los adultos que fueron amamantados cuando niños tienen 3.4 puntos más en los indicadores de desarrollo cognitivo. Un aumento en el desarrollo cognitivo resulta en más años de escolaridad.

La lactancia materna no deja huella de carbono. La leche materna es un recurso renovable y es producida por las madres y consumida por los bebés sin polución, empaque o desechos.

Además de brindar la nutrición perfecta y protección contra infecciones y muerte, los componentes de la leche materna probablemente afectan la programación epigenética en un momento crítico cuando la expresión de los genes se está desarrollando para el resto de la vida.

La publicidad y las recomendaciones de los propios profesionales de la salud, que han sido formados desgraciadamente bajo la influencia de estas corporaciones, han sido la razón principal de que un alto porcentaje de madres que podrían amamantar, muchas de ellas en zonas rurales, dejen de hacerlo, pensando que la fórmula es mejor que su leche para su bebé, con las implicaciones en salud que esto tiene y también en su economía.

La mujer tiene el derecho pleno a decidir si amamanta o no, y esta decisión debe darse bajo dos condiciones fundamentales: tener las condiciones laborales para hacerlo y contar con la información adecuada.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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