No son horas de olvidar, ópera primera de David Castañón Medina, se estrenó dentro del circuito de cine independientes de la Ciudad de México como la Cineteca Nacional. En el interior de la República está disponible en salas de Nuevo León, Morelos, Estado de México entre otros.
Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).- En un vaivén entre símbolos del presente y recuerdos de toda una vida, un documental busca reflexionar sobre el olvido y la complejidad de vivir con una condición como el Alzheimer.
No son horas de olvidar, ópera prima de David Castañón Medina, nos presenta a Juanita y a Jorge, una pareja chilena exiliada en México que ahora enfrenta un nuevo reto, la pérdida de memoria de Juana a causa de este trastorno.
“Algo que se me hizo interesarme más por Juanita, además de su personalidad que era muy atrayente y muy amable, fue también este rasgo del exilio que vi que podía ser como un paracaidismo con el tema del olvido y la memoria, y eso me pareció interesante”, cuenta David Castañón en entrevista con SinEmbargo.
El director, que conoció a Juanita cuando realizaba una investigación sobre el tema del “olvido” y visitaba instituciones relacionadas con la demencia, explica que identificó una similitud entre el Alzheimer y el exilio, que es esa pérdida de identidad a la que es sometido un ser humano.
Pero para poder navegar en la complejidad de esta condición, Castañón decidió valerse de recursos narrativos para acercarse a la intimidad de los personajes y sensibilizar al mismo tiempo al espectador.
“Juanita también tenía otras características que a mí también me interesaban mucho, como compartir estos recuerdos, todas estas memorias más líricas como el baile, la poesía, la música que también eso parece mucho en la película”.
El acercarse a Juanita llevó al director a también hacerlo con Jorge, su esposo, que en su amor infinito por ella buscaba formas de regresarla a la lucidez aunque fuera por instantes.
A través de ellos dos se desenvuelve No son horas de olvidar que través de su cámara los acompaña para ser testigo de su relación y al mismo tiempos ser parte de la historia de una familia por medio mostrarde viejas grabaciones caseras.
“Me interesaba construir a personajes multidimensionales con distintas capas. Lo digo en términos de personaje porque una vez que ya están inscritos en un documental, una vez que ya están inscritos en los tiempos cinematográficos o en la narrativa cinematográfica que es una película, que tiene un principio y un final, adquiere esa dimensión de personaje y hay que pensar en cómo los representamos”.
“Buscaba observar sus comportamientos y reflexiones, de lo complejo de lo humano”, destaca. “Aunque el documental de pronto sólo te muestra un aspecto de la personalidad de esas personas y que a partir de ahí sólo se constituye a ese personaje”.
Sin embargo, David Castañón recalca que cada uno se mostró tal cual son:
“Juanita quizá tiene menos matices porque ella al estar con este deterioro cognitivo, su personalidad no abarca tantos matices, pero se termina mostrando de una manera muy honesta y muy íntima porque ignoraba la cámara y se olvidaba de ella”.
“Con todos matices, estos claroscuros, lo que yo intenté fue ser fiel a esa complejidad humana en la manera de retratar a ambos”.
Este documental comparte como esta familia aborda el trastorno de uno de sus integrantes, pero sin terminar por ser un episodio oscuro en sus vidas, pues aunque aborda su complejidad, también muestra esos destellos de luz en el camino.
“El tema de adultos mayores de pronto también a veces suena muy trágico, pero al contrario creo que es bueno darle un voto de confianza a la película que tiene valor en muchos temas con los que se pueden identificar”.
“Es el seguimiento y retrato de la vida de esta pareja, pero justo a través de este caso uno se puede proyectar muy fácilmente en los temas, como puede ser el amor, como puede ser la distancia, esos grandes temas conectan, independientemente de nuestros contextos y nuestra edad, y eso hace a la película fácil de consumir, fácil de mirarla”.
No son horas de olvidar se estrenó dentro del circuito de cine independientes de la Ciudad de México como la Cineteca Nacional. En el interior de la República está disponible en salas de Nuevo León, Morelos, Estado de México entre otros.
“Pediría a los espectadores que pierdan ese miedo al documental y al tema de personajes de la tercera edad, creo que de pronto hay mucha preponderancia sobre temas sobre la juventud, pero también hay que darle entrada a estos cuestionamientos que inevitablemente ahora están lejos, sin embrago, de alguna manera siempre también están cerca por nuestros abuelos, parientes o por el camino al que nos dirigimos”.
“Vale la pena reflexionar sobre nuestra identidad y cómo vamos generando memoria y cómo vamos generando recuerdo, y como vamos dejando una evidencia de nuestros paso, eso es memoria, eso quizá me gustaría que se llevaran como reflexión”.