Autor: Daniel Luna
Karl Marx es uno de los pensadores más importantes del siglo XIX. Unido a Friederich Engels concibieron el materialismo histórico, corriente de pensamiento que describe el proceso económico, social y político de acuerdo a leyes universales y a un desarrollo coherente del devenir humano. A su labor intelectual, Marx y Engels añadieron también una militancia política en favor del socialismo. Por ello, escribieron textos propagandísticos como El manifiesto comunista, ensayos periodísticos como El 18 brumario de Luis Bonaparte o Las luchas de clases en Francia. En estos escritos, Karl Marx describió a grandes rasgos algunos elementos que conformaron su pensamiento, como la lucha de clases, el desarrollo de las fuerzas productivas en la historia y el avance imbatible del progreso.
Para financiar sus investigaciones económicas y su actividad revolucionaria, Karl Marx recurrió al periodismo como fuente de ingresos. En estos artículos también son perceptibles las ideas en torno a la historia universal, el progreso histórico de las distintas naciones del orbe, las relaciones de comercio entre las mismas y el desarrollo de un sistema capitalista global.
Para Marx y Engels, el capitalismo estableció nuevas formas de relación entre los países metropolitanos y sus colonias. En la misma forma en que este vínculo propició el surgimiento de ferrocarriles, puertos y carreteras, el establecimiento de estas redes de comunicación facilitó la expoliación de los recursos naturales de las colonias. Interesados en la transformación radical del sistema social capitalista, esto es del continente europeo, en un primer momento Marx y Engels aplaudieron la expansión capitalista, en su madurez censuraron el esclavismo, las guerras de conquista y el intervencionismo político de las potencias en países como la India, Cuba o México.
Aunque su campo de trabajo fue la Europa decimonónica, capitalista, imperialista, bélica, Marx y Engels prestaron atención a América, sobre todo al desarrollo económico e industrial de los Estados Unidos y las consecuencias que el desarrollo capitalista acarreó a las naciones de la América hispana. Por ejemplo, sobre la guerra entre México y los Estados Unidos de 1846-1847, Engels señaló que “la conquista de México nos ha complacido”, esto porque señaló que el ímpetu de los Estados Unidos traería consigo la apertura de puertos en el Océano Pacífico, la expansión del ferrocarril desde Nueva York a San Francisco y el desarrollo urbano y social donde la norma era el paisaje desértico. También señaló que los mexicanos eran perezosos y que importaba muy poco cosas como los principios morales y la justicia en torno a la conquista de California, cuando se avizoraba un desarrollo del capital, gracias a las minas de oro recién descubiertas; comercial, debido a las rutas navieras abiertas y comercial al abrir mercados entre la costa occidental de América y Asia.
La guerra de Estados Unidos contra México fue vista por los padres del materialismo histórico como una guerra entre el progreso del norte contra la anarquía política de los mexicanos. Aunque criticó los “logros militares” del general Winfield Scott, Marx fue aún más duro con los soldados mexicanos a quienes calificó de “aglomeraciones indisciplinadas”. Ni Marx ni Engels se mostraron sensibles con la agresión yanqui a México. A pesar de ser una guerra del todo injusta, el filósofo de Tréveris la celebró porque era un adelanto en la historia universal, gracias a ésta los Estados Unidos imponían su égida en el continente. ¡Vaya adelanto!
Sobre la intervención francesa en México escribieron mayor número de páginas. En general, su visión está en Europa y sólo tangencialmente se ocuparon del país, sus tradiciones o población. Cabe señalar que tanto Marx y Engels denunciaron la intervención tripartita como una de las empresas más atroces en la historia y la señalaron como una aventura más de Napoleón III en su afán de desviar la atención de sus problemas internos. El análisis de esta guerra imperialista muestra a Marx como un lector de la geopolítica, en sus ensayos se involucran los intereses de los Estados Unidos, la situación europea y su interés creciente por el mundo colonial. Por lo mismo, las lecturas siempre son en torno a los países capitalistas y sus políticas coloniales. Interesado en los grandes hombres, en los grandes procesos, en el devenir histórico, Karl Marx dedicó poco tiempo a las particularidades históricas de los países no europeos. Habrían de venir generaciones sucesivas de pensadores autonombradas “marxistas” para proponer miradas afines a la historia particular de América Latina.
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo