Author image

Darío Ramírez

31/05/2012 - 12:01 am

El sistema político caduco contra la frescura estudiantil

El movimiento estudiantil #YoSoy132 ya ha aportado a la democracia mexicana. Gracias a ese movimiento espontaneo gestado en la Universidad Iberoamericana la narrativa de la elección 2012 cambió. La reacción del PRI ante la feroz crítica universitaria a su candidato, Enrique Peña, nos recuerda que nada ha cambiado en ese partido. Los adjetivos empleados contra […]

El movimiento estudiantil #YoSoy132 ya ha aportado a la democracia mexicana. Gracias a ese movimiento espontaneo gestado en la Universidad Iberoamericana la narrativa de la elección 2012 cambió.

La reacción del PRI ante la feroz crítica universitaria a su candidato, Enrique Peña, nos recuerda que nada ha cambiado en ese partido. Los adjetivos empleados contra los universitarios pusieron en evidencia la naturaleza antidemocrática de los operadores priístas. La descalificación a los estudiantes encontró eco en medios de comunicación cuya cercanía al poder político del PRI resulta evidente. La maquinara mediática-política se echó a andar para hacer control de daños y mantener la imagen de Peña inmaculada. Al final no lo lograron.

La lucha parecía desigual, por un lado los estudiantes que hicieron uso de su derecho a la libertad de expresión para criticar al PRI y por el otro el partido político con sus alfiles los medios de comunicación. El escenario se antojaba difícil para que los estudiantes no salieran lastimados. Se les comenzó a llamar “intolerantes, porros, acarreados, fascistas”, entre muchos otros.

Las características de la reacción de los estudiantes de la Ibero no tienen precedente en México. La juventud e ingenio se impusieron a un sistema cuasi perfecto que lleva gobernando México por decenas de años. Un video colocado en Youtube de no más de 3 minutos frenó de manera estrepitosa la sed de venganza de los priístas. La plataforma digital sirvió para que los alumnos le contestaran de manera libre y directa. La nueva generación advirtió que no necesitaban a los medios de comunicación tradicionales para mandar su mensaje.

Los estudiantes ganaron esa batalla. Dieron lección de valentía, libertad, ciudadanía y compromiso. El movimiento ha crecido, universidades públicas y privadas se han sumado y fortalecido el movimiento #YoSoy132. Vemos una juventud universitaria preocupada por el estado que guarda su democracia y ocupados preguntándose cómo pueden seguir aportando. Esa es la pregunta clave: ¿Pueden seguir aportando?

El movimiento comienza a fragmentarse, diferentes posiciones y estrategias políticas son cada vez más evidentes. Muchas de las críticas y comentarios al movimiento #YoSoy132 que tienen eco en los medios tradicionales se enfocan a temas como: ¿Cuál es la estructura del movimiento? ¿Qué quieren o cuál es su objetivo? ¿Quiénes son sus voceros? ¿Son un movimiento o diversos movimientos juntos? La intención de buscar respuestas a estas preguntas es encasillar a un movimiento que surgió como un movimiento espontáneo, solidario, horizontal, coyuntural.

Ver a estudiantes en las calles preocupados por su país, es lo mejor que ha aportado el proceso electoral 2012.

Sin embargo, los y las estudiantes de #YoSoy132 están ante la disyuntiva de su supervivencia. El sistema político los intentará meter al cauce ya conocido con un leguaje análogo (lejano de las redes sociales) donde los viejos políticos y detentores del sistema se sienten cómodos. Así está hecho nuestro sistema político. Toda voz disidente es cooptada, a final de cuentas, y debilitada dentro del mismo sistema. La frescura del movimiento estudiantil no podrá sobrevivir dentro de un sistema que encargado de desactivar todo intento de cambio.

Un reportaje de Milenio Televisión pintó de manera clara la nueva estrategia mediática a favor del PRI y basada en el descrédito del movimiento. Se proyecta escenas de las marchas de jóvenes por las calles del DF en blanco y negro, los que salen a cuadro gritan consignas contra el candidato tricolor. A color y perfectamente encuadrados, jóvenes candidtos príístas a la Cámara de Diputados sosteniendo que ellos también son 132. La descalificación no podía faltar. La candidata Karina Pantoja, perteneciente al Frente Juvenil Revolucionario, del PRI, hace el trabajo sucio asegurando que los jóvenes del movimiento carecen de educación y principios. Que son porros manejados por partidos políticos opositores. Sería triste que alguien como Karina Pantoja, con un nivel ínfimo de inteligencia, llegara a la Cámara de Diputados.

El movimiento #YoSoy132 deberá reconocer lo coyuntural de su labor y aportación. Que de ninguna manera es poca. Y deben de aquilatar lo que han hecho. Si los jóvenes deciden luchar organizadamente por el futuro más allá del proceso electoral, son buenas noticias. Sin embargo, durante la segunda etapa, si quieren sobrevivir los embates del sistema, necesitan salirse de las reglas impuestas por el mismo sistema. Deben buscar maneras inteligentes, audaces, ingeniosas valientes impregnadas con juventud para presionar el sistema político. Ahí deberá estar su fortaleza. La adecuación del movimiento #YoSoy132 es inminente si lo que buscan es hacer una carrera de más largo plazo.

No olvidemos que es oxígeno puro para nuestra democracia ver a estudiantes actuando como actores políticos. Ocupados y preocupados por lo que sucede en su entorno político. Arroja esperanza para el fortalecimiento de nuestro sistema político. El ingrediente democrático que los jóvenes le han impreso a la elección evidencia, una vez más, lo lejanos que están los partidos de la sociedad que los financia y a la cual se debe su existencia. Pareciera que el sistema político partidista llega lento, empolvado y caduco a un proceso electoral de enorme transcendencia. Eso nos enseñaron los estudiantes.

Ojalá, por el bien de toda la sociedad, salgan airosos de sus deliberaciones para enfrentar un sistema que no los oye, no los ve y no los toma en cuenta.

Darío Ramírez
Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana y Maestría en Derecho Internacional Público Internacional por la Universidad de Ámsterdam; es autor de numerosos artículos en materia de libertad de expresión, acceso a la información, medios de comunicación y derechos humanos. Ha publicado en El Universal, Emeequis y Gatopardo, entre otros lugares. Es profesor de periodismo. Trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola dónde realizó trabajo humanitario, y fue el director de la organización Artículo 19.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video