Las muertes causadas por el sarampión entre los niños menores de 5 años bajaron de 482.000 en 2000 a 86.000 en 2012.
Cifras como estas son solo un ejemplo de muchos que recoge UNICEF en su reporte El Estado Mundial de la Infancia 2014, Todos los niños y niñas cuentan. Revelando las disparidades para impulsar los derechos de la niñez.
En dicho reporte se ofrecen datos verdaderamente contrastantes: algunos que resultan muy esperanzadores y otros que son la otra cara de la moneda. Aquí una pequeña muestra:
- Alrededor de 90 millones de niños que habrían perdido la vida si las tasas de mortalidad se hubieran mantenido en los niveles de la década de 1990 vivieron más allá de los 5 años de edad;
- El mejoramiento de la nutrición se ha reflejado en una disminución del 37% en el retraso del crecimiento desde 1990;
- La matriculación en la escuela primaria ha aumentado en todo el mundo; si en 1990 apenas el 53% de los niños de los países en desarrollo ingresaron a la escuela, para 2011 esa cifra aumentó hasta el 81%;
- Aproximadamente 6,6 millones de niños menores de 5 años murieron en 2012, la mayoría por causas prevenibles;
- Un 15% de los niños y las niñas de todo el mundo realizan trabajos que menoscaban su derecho a la protección contra la explotación económica e infringen su derecho a aprender y jugar;
- Un 11% de las niñas contraen matrimonio antes de cumplir 15 años, lo que compromete su derecho a la salud, la educación y la protección.
Asimismo, llama la atención de las grandes disparidades todavía existentes hoy en día; es decir, sobre el reparto inequitativo de las oportunidades vitales. El azar de nacer en un lugar o en otro determina en gran medida el futuro de las personas; el género, la raza, la familia o el barrio en donde uno nace o crece, acaba determinando nuestras expectativas y nuestro destino.
En este sentido, quisiera citar un último dato: cada día mueren alrededor de 18.000 niños y niñas menores de 5 años. La gran mayoría carece de acceso a servicios básicos, y muchas de estas vidas podrían salvarse fácilmente y de forma muy barata. Es decir, son muertes completamente innecesarias.
Sin duda un indicador sobre el grado de desarrollo, bienestar e incluso de decencia de una nación y de su sociedad, es el estado de la población más vulnerable y en especial de los niños y niñas. ¿Cómo estamos en esta materia en México? ¿Cómo país, estamos apostando a un mejor futuro? Preguntas que sin duda nos tendríamos que hacer todos los días y actuar en consecuencia).
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