Desde la noche del 15 de septiembre de 2013, la primera en que el Presidente Enrique Peña Nieto dio el tradicional Grito de Independencia en el balcón del Palacio Nacional, el Zócalo capitalino no ha sido nada amable con el Primer Mandatario. Abucheos, gritos de reprobación o, simplemente, la ausencia de familias en la plaza principal de la Ciudad de México han sido las formas en que los mexicanos han manifestado el descontento a su administración por tres años consecutivos. Ahora, lo dicen las encuestas, el Presidente tiene el mayor nivel de rechazo a su trabajo por parte de los ciudadanos, y es esa misma sociedad la que ha convocado para este jueves a salir a las calles. Las manifestaciones que se convocan tienen como eje la etiqueta o hashtag #RenunciaYa.
Ciudad de México, 14 de septiembre (SinEmbargo).– Para la primera ceremonia del Grito de Independencia que le tocó a Enrique Peña Nieto encabezar como Presidente de México, la Policía Federal entró con tanquetas de agua al Zócalo y desalojó a cientos de maestros que, para esa fecha, llevaban ahí casi un mes instalados en plantón contra la Reforma Educativa.
Un año después, la noche del 15 de septiembre de 2014, cientos de asistentes a la ceremonia oficial del Grito cerraron el paso a la camioneta en la que Sofía Castro, hija de la actriz Angélica Rivera, se trasladaba a Palacio Nacional y, como muestra un video grabado por SinEmbargo y reproducido cientos de miles de ocasiones, también la abuchearon.
En la ceremonia de 2015, cuando estaban ya desaparecidos los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos –y también descubierto el potencial conflicto de interés con el que Presidente y su Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se apropiaron de sus mansiones– ni el “acarreo” alcanzó para llenar el Zócalo, sofocar los gritos de “nos faltan 43” y, ante la cámara del Centro de Producción de Programas Informativos Especiales (Cepropie), mostrar un mensaje pintado en camisetas blancas mostrado entre varios ciudadanos: “Peña Asesino”.
Para mañana, en su cuarto evento conmemorativo de la Independencia, al mandatario mexicano que hoy registra los niveles de popularidad más bajos no sólo del sexenio sino de toda la historia de este tipo de mediciones, le espera además la consigna que titula una marcha convocada en redes sociales y prevista para terminar frente a Palacio Nacional: “¿Cuál grito? Renuncia ya”.
De acuerdo con la convocatoria, el inicio de la manifestación será a las cinco de la tarde, del monumento del Ángel de la Independencia, con dirección a la Plaza de la Constitución donde, por la noche, iniciará la ceremonia oficial del Grito de Independencia encabezado por la Presidencia de la República.
“A pesar de lo que muchos pudieran decir o pensar, la marcha del 15 del Septiembre del Ángel de la Independencia al Zócalo ha sido convocada por ciudadanos”, dice Ixchel Cisneros, directora ejecutiva de la asociación civil Centro de Comunicación Social (Cencos), en un video difundido desde su cuenta de Twitter.
“Hemos decidido sumarnos a esta iniciativa y difundirla, porque creemos que hay graves violaciones a los derechos humanos que han ocurrido en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto. Ustedes, si consideran que tienen algún motivo para salir a marchar ese día, acompáñenos; nos vemos ahí en el Ángel de la Independencia”, agrega el mensaje.
En el contexto de la manifestación, se indica en los carteles convocantes, están “la casa blanca” adquirida de uno de los proveedores de su Gobierno, la devaluación del peso frente al dólar y la visita del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Donald Trump, que reiteró desde Los Pinos su intención de construir un muro en la frontera con México.
“#MotivosSobran”, agregan los comentarios de los usuarios.
De concretarse el encuentro ciudadano, será el cuarto año en el que Peña Nieto sale al balcón de Palacio Nacional a dar el Grito mientras en la plancha del Zócalo se manifiestan los síntomas de ese 74 por ciento de desaprobación ciudadana a su Gobierno reportado en agosto pasado por Reforma.
‘NOS FALTAN 43’
Desde el inicio del sexenio, el Zócalo de la Ciudad de México ha sido un escenario hostil para el Gobierno de Peña Nieto. Convertido desde agosto de 2013 en destino de las protestas del magisterio contra la Reforma Educativa –a la fecha uno de los principales conflictos sociales del país– la Plaza de la Constitución albergó con el paso de los meses también las manifestaciones por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas.
Desde octubre siguiente, tres palabras escritas en color blanco sobre la parte surponiente de la enorme plancha de concreto también marcaron el sexenio: “Fue el Estado”.
En noviembre, también al concluir una protesta por la desaparición de los normalistas, la imagen de un incendio en la Puerta Mariana de Palacio Nacional le dio la vuelta al mundo.
“Su Palacio está en llamas, las calles de su capital repletas de manifestantes enojados; su Gobierno sumido en la peor crisis hasta la fecha y el Presidente Enrique Peña Nieto lo que muchos titulares del Ejecutivo podrían querer hacer: se fue del país”, reportó Los Angeles Times el 10 de noviembre de ese año.
Los primeros síntomas del descontento se generaron en agosto de 2013, cuando empezaron a arribar los maestros inconformes con la aprobación de la Reforma Educativa, promulgada el 25 de febrero de ese año y que, a la fecha, sigue sin contar con la aprobación de la disidencia.
El 13 de septiembre de ese año, en los preparativos de la ceremonia oficial del Grito, un operativo policiaco encabezado por la Policía Federal terminó con decenas de maestros detenidos.
“Héctor Serrano, [entonces] Secretario de Gobierno del Distrito Federal, descendió de un coche, acompañado de Enrique Galindo Ceballos, [en ese momento] Comisionado de la Policía Federal. En la esquina de 20 de noviembre y Venustiano Carranza, donde se encuentran los almacenes de Liverpool y El Palacio de Hierro, dialogaron con una comisión de la CNTE. Del diálogo, surgió un emplazamiento. A las 16:00 horas no debía estar ningún maestro en el Zócalo. Ni nada suyo (…) El Zócalo se requiere para que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, de el Grito de Independencia”, reportó Linaloe R. Flores en SinEmbargo el día siguiente.
La tarde del 15 de septiembre, unos 50 camiones con placas de Cuautitlán Izcalli, Nicolás Romero y otros municipios del Estado de México, además de Tepeji del Río, Hidalgo -donde gobierna el PRI- llegaron a las calles que rodean el Centro Histórico y su imagen, difundida en las redes sociales, integró un argumento para indicar que a la fiesta de Independencia habrían asistido “acarreados”.
Horas después, el mismo Peña Nieto abandonó Palacio Nacional para reunirse con su Gabinete por la contingencia generada por el huracán “Ingrid” y la tormenta tropical “Manuel”, en las costas del Atlántico y el Pacífico.
“Lamentablemente, nuestro país se ha visto afectado o empieza a verse ya por efecto de dos frentes climáticos”, dijo Peña Nieto a sus invitados en el patio central de Palacio, minutos después del grito, de acuerdo con el mismo texto de SinEmbargo.
La ceremonia del año siguiente estuvo caracterizada por dos hechos: el abucheo al arribo de Sofía Castro y la excesiva revisión policiaca que tocó incluso a menores de edad y que motivó quejas por violaciones a los derechos humanos registrados en el mismo festejo patrio.
“¡Es la hija de La Gaviota! –comunica un hombre que se ha puesto enfrente de la Suburban que transporta a la actriz Sofía Castro, la hija biológica de Angélica Rivera de Peña y el productor de televisión, José Alberto “El Güero” Castro (…) Cientos de personas se interponen. Forman su valla. No dejan de gritar, de aventarle espuma al vehículo. En pocos minutos, están de acuerdo: ‘Por aquí, no pasará’. Y los gritos son como remolinos: ‘Que camine como todos’. ‘Que no entre’. ‘No hay paso’. ‘Culeeeeros”. “Putooos”, reportó también este medio.
En la última ceremonia, a los gritos de “¡Fuera Peña!” y renuncia se sumó la protesta por el crimen que también se convirtió en distintivo de su sexenio: “¡Nos faltan 43!".