Parece ser el juego de quién se esconde más. Y ese juego tiene una característica simple: quien se esconde, algo oculta. Propiedades, intereses, dinero… ¿Qué pasaría en México si los políticos mexicanos expusieran la verdad completa en sus declaraciones patrimoniales? Por ahora, no hay manera de conocer esa realidad alterna. Y en mucho tiempo no la habrá. La iniciativa 3de3 que iba a obligarlos a decir con claridad cuál es su patrimonio, sus tributos fiscales y posibles conflictos de interés fue excluida del Sistema Nacional Anticorrupción. Así, muy lejos de los estándares internacionales, la declaración patrimonial se convirtió en un ejercicio más útil para ocultar que revelar datos. Y he ahí los escándalos inmobiliarios y de posible corrupción basados más en lo que no está declarado que en lo declarado. He ahí esta competencia de a ver quién se esconde más.
Ciudad de México, 15 de agosto (SinEmbargo).- Debajo de una página troquelada, se encuentra una pista sobre un ser escondido en la siguiente página. Se trata de descubrir a un personaje que se esconde y oculta sus cosas entre las hojas de un libro. Va dejando su rastro, pero al final se escabulle, desaparece. En México, la declaración patrimonial se parece mucho a ese juego llamado «¿Quién se esconde?».
Así, en este extenso libro que es el país, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, está frente a una cascada de escándalos inmobiliarios vinculados a las inconsistencias de su declaración patrimonial que pese a todos los pesares, sigue sin mostrar los bienes de su esposa, Angélica Rivera Hurtado. En otra página aparece el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, quien no precisa aún si la casa que tiene en Malinalco la realizó a Bienes Raíces H&G S.A., propiedad de Juan Armando Hinojosa, dueño de constructora Teya, parte del Grupo Higa, como reveló el año pasado una investigación del diario estadounidense The Wall Street Journal.
En el juego de esconder ha irrumpido Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional del partido opositor Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), quien con su declaración azuzó la crítica de sus contendientes del Partido Revolucionario Institucional y Acción Nacional porque encuentran inverosímil que viva con 50,000 pesos, no posea bienes inmuebles y en general, no tenga nada de nada.
Obligados por la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, vigente desde 2002, la mayoría de los integrantes de la administración federal debe presentar su declaración patrimonial ante la Secretaría de la Función Pública (SFP). Los dirigentes de partidos políticos como López Obrador no están sujetos a esta norma, pero en la medida de que aspiran a un puesto político y la organización que dirigen recibe recursos públicos, declarar ante los ciudadanos es una acción ética. Ni unos ni otros muestran deseo por poner el ejemplo. Y ningún escándalo de posible corrupción, generado justo en las carencias de sus declaraciones patrimoniales, parece ser suficiente.
La iniciativa 3de3, impulsada por organizaciones sociales y firmada por más de 600 mil ciudadanos, se mantuvo en el Senado de la República envuelta en la expectativa de ser parte del Sistema Nacional Anticorrupción, propuesto por el Jefe del Ejecutivo. Implicaba la obligatoriedad para los funcionarios de decir cuál es su fortuna, cuáles son sus obligaciones fiscales y con quién o quiénes podrían tener conflictos de intereses en el futuro.
Pero la 3de3 no fue aceptada. El 18 de julio, el Presidente de la República promulgó la legislación de ese Sistema sin incluirla. Ese día, el Mandatario le pidió perdón a los mexicanos por el escándalo de la “casa blanca” con el que resultó dañada la figura presidencial, los gobernados, pero además, su familia. El Presidente dijo en esa oportunidad que no cometió un acto ilegal, pero admitió que la corrupción también era un tema “de percepción”.
Después de todo, el formato de la declaración patrimonial quedó tal cual ha sido, con un contenido potestativo y preventivo. Es decir, hoy como ayer, depende de la voluntad del funcionario y de su juramento de verdad. El político incluye lo que quiere y oculta lo que quiere.
Así, más que un ejercicio de Transparencia, parece un juego de a ver quién oculta más.
¿QUÉ OCULTA EL PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO?
Pese a los escándalos que han invadido la política nacional, es la hora en que la declaración patrimonial de Enrique Peña Nieto no muestra escrituras públicas, ni documentos contractuales ni otros instrumentos que ayudarían a tener claro el origen de su fortuna. La ausencia más notable es el peculio de su cónyuge, Angélica Rivera Hurtado, así como la declaración de nombres de empresarios (intereses) con los que podría tener conflictos en el futuro.
Una de las dudas que genera la declaración del Presidente es que el 19 de marzo de 2001 heredó de Mónica Petrelini (Q.E.P.D), quien fuera su esposa, un departamento con un valor de 2,000,600 pesos. La herencia tendría que haber ocurrido en vida, pues ella falleció seis años después, en enero de 2007. Peña Nieto compró luego la casa en Ixtapan de la Sal (la referida en la investigación de The Wall Street Journal de 2015), en diciembre de 2005, apenas iniciado su periodo como gobernador del Estado de México, con un valor de 5,000,600 millones de pesos.
Enrique Peña Nieto tuvo su primera casa a los 16 años y la pagó al contado en 1982. En ese año, la casa costó 924 viejos pesos. En 2005 compró una casa al contado. Le costó 5 millones 611 mil 195 pesos. Su madre le donó dos casas en 2011. Una de 611 mil 253 pesos y otra de 455 mil 600 pesos. Peña Nieto no tiene coche; pero sí joyas y obras de arte
¿QUÉ OCULTA ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR?
El 14 de julio, el dirigente nacional del Morena se comprometió a hacer públicas sus declaraciones patrimonial, de intereses y fiscal. 28 días después presentó el documento. Pero los renglones para llenar “Bienes inmuebles del declarante”, “Vehículos automotores, aeronaves y embarcaciones”, así como “Intereses diversos” vienen vacíos.
La declaración del opositor más visible en México se inscribió en la iniciativa 3de3, impulsada por varias organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Instituto Mexicano de la Competitividad. Del documento surge un “no” para casi todo: no hay cuenta de cheques, no hay tarjeta de crédito, no hay regalías por conferencias ni libros.
El gran faltante son sus intereses. Estos, según los parámetros de Transparencia Internacional, son nombres de empresarios con los que en el pasado se hizo negocios. También, familiares o amigos. En caso de llegar al Gobierno un contrato con ellos podría significar un conflicto de interés. Pero AMLO dice no tener ninguno, con excepción de su esposa.
Además, las propiedades presentadas en 2000, cuando era Jefe de Gobierno del Distrito Federal, han desaparecido de sus menciones. La declaración de aquel año contenía un departamento en el Distrito Federal adquirido a crédito en 1984, que ahora no está. También una casa ubicada en Villahermosa, Tabasco, adquirida en 1981, que tampoco está. También, una casa en Teapa, Tabasco, adquirida en 1985 que no está mencionada ni por asomo. Otra en Teapa, adquirida en 1998, por donación o herencia que no está, y un predio rústico en Teapa, Tabasco, adquirido en el 2000 que tampoco se encuentra.
La justificación de no tener nada de nada, Andrés Manuel López Obrador la dejó clara en un video publicado en Facebook. Dijo que después de la muerte de su primera esposa, Rocío, le heredó en vida a los hijos. “Realmente no tengo bienes materiales; ya lo que tenía lo cedí, lo entregué a mis hijos, a los hijos mayores, desde que falleció Rocío, se les entregó lo que les correspondía. Y a Jesús Ernesto también ya le entregué la casa que me heredaron mis padres en Palenque”.
Esa es la justificación para no tener bienes inmuebles. Pero Andrés Manuel López Obrador no lista las propiedades de sus hijos, datos que ayudarían a diluir la suspicacia.
¿QUÉ OCULTA LUIS VIDEGARAY CASO?
Pese a ser actualizada el 30 de mayo de 2016, su declaración patrimonial aún no incluye los datos precisos en que adquirió la única casa que declara. El documento de Videgaray expone que cuenta con una propiedad de 1,500 metros cuadrados de terreno y 852 metros de construcción. No expone si la propiedad la adquirió de Bienes Raíces H&G S.A., propiedad de Juan Armando Hinojosa, dueño de constructora Teya, parte del Grupo Higa, como reveló una investigación del diario estadounidense The Wall Street Journal en 2015.
A la declaración, el Secretario de Hacienda le añadió que la casa aparece como operación de contado cuando en realidad la obtuvo a través de un crédito, pero el formato no permite identificar cuando se trata de un préstamo no bancario.
Después de la publicación de la información de The Wall Street Journal, Videgaray Caso aseguró que la casa fue adquirida de forma legal y que estaba dispuesto a ser investigado. En febrero de 2015, Virgilio Andrade Martínez fue nombrado Secretario de la Función Pública por el Presidente Enrique Peña Nieto. Recibió como encomienda principal investigar al Presidente y al Secretario de Hacienda por su adquisición de bienes inmuebles.
Videgaray Caso y Andrade Martínez eran amigos cercanos desde 1986. Su amistad la construyeron en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), mientras uno cursaba la Licenciatura en Derecho y otro, la de Economía.
El Presidente, su esposa, y el Secretario de Hacienda quedaron exonerados de conflictos de interés.
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Lo que está claro es que si se tratara de un juego, sería largo. Aunque sería un juego fácil de concluir. Esto terminaría en cuanto llegara al libro un personaje que dijera: «Revisen lo que quieran, cuestionen lo que sea. Todo está en orden. Este soy yo. No hay por qué esconderse».
Consulta de Datos: Declaraciones patrimoniales en la SFP y la Iniciativa 3de3.
#DatosCerrados publica cada semana un expediente clasificado del Gobierno federal y la política nacional.