Los estadounidenses están cada día más hartos de su establishment. Los resultados de las elecciones primarias en Iowa y New Hampshire, diversas encuestas generales, y los discursos antisistema de Bernie Sanders por el lado demócrata, y de Donald Trump y Ted Cruz por los republicanos, dejan ver que en 2016 ser percibido como parte de la clase política tradicional constituye un pasivo electoral. Este fenómeno es aún más visible cuando se analizan las opiniones y el sentido del voto de  los electores más jóvenes.

Aunque ambos se alimentan del hartazgo hacia las formas y personajes de la política tradicional, el contraste entre los discursos anti-establishment de los republicanos y el de los demócratas es notable. Entre ellos se extiende un abismo. Mientras que Sanders es un defensor de la socialdemocracia que apela al voto los sectores más progresistas, Trump y Cruz apuestan por arengar a los grupos de derecha más retrógradas y reaccionarios.

En este contexto, ha llamado la atención la euforia con que los Millennials han recibido a Sanders, un hombre de 74 años que triplica o cuadruplica la edad a sus principales seguidores. Y es que en el segmento de votantes de entre 18 y 25 años, el senador de Vermont ha aventajado a Hilary Clinton, su rival en la contienda interna, por un margen de 8 a 2. Sanders es un verdadero fenómeno en universidades y en redes sociales desde Facebook hasta Reddit .

Hay al menos tres factores que están correlacionados a este fenómeno. El primero es que los Millennials premian la autenticidad. Hay quienes consideran que la autenticidad puede incluida entre los diez principales valores incluidos en la visión del mundo postmoderna que caracteriza a muchos de los menores de 29 años. De acuerdo con esta postura, los postmodernos no quieren ser encajonados en modelos de producción en serie corporativos, sino que desean tener la posibilidad de ser ellos mismos. Tomando en cuenta lo anterior, tendría sentido que confíen en alguien que se ha salido del molde, que ha sido consistente en sus posiciones y congruente en sus acciones.

Otro factor correlacionado con el masivo apoyo de los Millennials a Bernie Sanders es la oposición de este precandidato a grupos económicos dominantes como bancos y financieras de Wall Street que en el pasado han aprovechado su poder para evitar ser regulados y amasar fortunas. Las consecuencias del poder político de los grandes capitales afectan y preocupan particularmente a los más jóvenes; recordemos que los Millennials son “hijos” de la depresión de 2008 y crecieron con el movimiento “Occupy Wall Street”.

También es importante considerar que las causas defendidas por Sanders a lo largo de su presente campaña han sido marcadamente más liberales que las de Clinton. Los Millennials estadounidenses tienden a ser mucho más progresistas en temas como la homosexualidad o la inmigración que sus predecesores pertenecientes  grupos a la Generación X o a los Baby Boomers. Esto es evidente incluso entre los pocos que simpatizan con el Partido Republicano.

¿Podría surgir en México un personaje con el los más jóvenes se sientan identificados como ocurre en Estados Unidos con Bernie Sanders? Existen algunas señales de que la mesa está servida y que el discurso antisistema nunca tuvo tanta posibilidad de ser bien recibido por los Millennials mexicanos como ahora. Algunas correlaciones análogas a las explicadas anteriormente, aunque con una intensidad mucho menor, se presentaron en nuestra elección presidencial de 2012. De acuerdo con una encuesta de salida publicada por el periódico Reforma el único grupo de edad en el que AMLO derrotó a Peña Nieto fue en el que integran los votantes entre 18 y 29 años. Cuando se preguntó a los encuestados la “razón del voto” la principal ventaja de López Obrador sobre Peña se dio en el rubro de “honestidad”, aunque el tabasqueño también obtuvo mayor porcentaje de votos que sus contrincantes entre los mexicanos que dijeron querer “un cambio”.

Nos sobran encuestas en las que se revela el desprecio que con que una creciente mayoría mira a los partidos políticos, los legisladores y los gobernantes. Adicionalmente, el estado de ánimo propiciado por el surgimiento de Sanders entre los Millennials de su país, catapultado por el apoyo que le han manifestado públicamente personalidades de diferentes ámbitos, está generando un contexto listo para ser aprovechado. Lo que está por verse es si de aquí a 2018 podrá surgir algún personaje consistente y congruente, progresista y liberal, que apasione a todos los jóvenes que están hartos del establishment mexicano.

@asalgadoborge

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Antonio Salgado Borge

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Candidato a Doctor en Filosofía (Universidad de Edimburgo). Cuenta con maestrías en Filosofía (Universidad de Edimburgo) y en Estudios Humanísticos (ITESM). Actualmente es tutor en la licenciatura en filosofía en la Universidad de Edimburgo. Fue profesor universitario en Yucatán y es columnista en Diario de Yucatán desde 2010.

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