TRAS EL 1 DE JULIO, ¿PERDIÓ LA IZQUIERDA?

23/07/2012 - 12:00 am
Integrantes del grupo #YoSoy132. Foto: Cuartoscuro

El 30 de junio, la avenida 20 de Noviembre, en el corazón de la ciudad de México, se convirtió en el cauce donde un mar de gente gritaba con el silencio. A la luz de miles de veladoras, los rostros garbos y la noche recién regada por la lluvia, el Movimiento #Yosoy132 comenzaba a atiborrar la explanada del Zócalo.

Pero ya desde el 11 de mayo, tras la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana, luego de que cientos de estudiantes se manifestaran en su contra, aunado a las declaraciones de descalificación hacia los universitarios que habría de emitir el presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Pedro Joaquín Coldwell, nació el Movimiento #Yosoy132. La motivación era el repudio al fraude y la imposición mediática del entonces candidato del PRI a la Presidencia.

Ese mismo día, el sábado, las redes sociales compartían formas para vigilar los votos después de las seis de la tarde: llevar un crayón personal para tachar la boleta, tomar fotografías del voto emitido, velar los resultados paso a paso… Una organización nunca antes vista en una elección.

Aunado a este acontecimiento, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia, había llamado al voto nulo como una manifestación de la poca calidad política de los candidatos a la Presidencia. Movilizaciones, caravanas, mítines, discursos, encuentros y desencuentros tras la muerte de su hijo, Juan Francisco; dicho movimiento se convirtió en un pulmón necesario para la izquierda mexicana. “Un pulmón -dice la periodista Blanche Petrich- menos mediático que el #Yosoy132 pero que persigue en otra línea cambios sustanciales para la democracia del país”.

Tras las elecciones del 1 de julio, luego de que el IFE diera como virtual ganador a Enrique Peña Nieto, se dice que la izquierda, más que una pérdida, ha tenido una ganancia. Se habla de los estudiantes como una vía para el cambio, se habla de un despertar ciudadano, de un contrapeso a la clase política, de una crítica al contenido y a la agenda de los medios de comunicación más importantes.

Imagen: Redes

“La ganancia no sólo es en cuanto a lo electoral”, sostiene Petrich, una de las periodistas que ha seguido distintos movimientos de izquierda, dentro y fuera del país: “Ahora hay dos pulmones muy importantes que oxigenan a la izquierda mexicana, el  Movimiento por la Paz de Sicilia, que pese a la polémica de besar a varios políticos, ha reiterado las consecuencias de esa supuesta guerra que emprendió Felipe Calderón contra el narcotráfico; pero también está el #Yosoy132, que aunque es muy temprano como para definirlos como una base de izquierda, sin duda dieron vuelta de tuerca a las elecciones y están más presentes, incluso muy a pesar del PRD y López Obrador. Rebasan lo electoral”.

LA IZQUIERDA EN SU LABERINTO

Foto: Cuartoscuro

Antes del 1 de julio, AMLO aparecía ante los medios como un hombre nuevo, renovado política y personalmente. Ya no era el hombre del plantón de Reforma, que denunciaba fraude y que arremetía contra partidos e instituciones. José Antonio Crespo, analista político y catedrático, considera que AMLO pudo haber ganado en 2006. “Era su momento”, dice. No obstante, cree que en estos momentos, el candidato debió ser Marcelo Ebrard. Asegura que el PRD tiene la mala forma de apostar por el más popular y fuerte.

“El caudillismo dentro del PRD ha dificultado que la izquierda llegue el poder. Sólo dos candidatos en toda la historia de ese partido han contendido a la Presidencia”, reflexiona. Pero también afirma que la izquierda ha repuntado. #Yosoy132, dice, también le dio vuelta de página a las elecciones, aunque considera que en democracia siempre alguien tiene que perder.

“Yo creo más en una izquierda democrática, que respeta las instituciones. Siempre habrá inconsistencias, pero no por eso se debe hablar de fraude. Cuando un resultado te es favorable dices que estuvo bien, cuando no te favorece, como lo hizo Ebrard al perder la elección interna del PRD y respaldar a AMLO, demuestra un principio fundamental de la democracia”, aunque Blanche Petrich matiza: “Salvador Allende contendió cuatro veces al gobierno chileno. No comparto tal opinión”.

A Crespo, autor de 2006: hablan las urnas, se le cuestiona sobre las izquierdas en México. Por ejemplo:

-¿Por qué es tan difícil que se pongan de acuerdo? ¿Por qué hay divisiones?

-Tengo la impresión de que la izquierda, desde que nació, no acaba de entender la cultura política de los sectores independientes. Hay un alejamiento con la llamada izquierda demócrata. Se les considera modositos, miedosos. La línea dura del PRD va más a las calles. Con ella puedes hacer revolución, pero no votos ni elecciones.

-Pero usted habla de la izquierda partidista, en específico el PRD, ¿pero qué sucede con la izquierda social, la que no milita en ningún partido, donde hay millones de ciudadanos?

-Pienso que es difícil que la izquierda se unifique así. Tienes por un lado sindicatos, partidos, agrupaciones, sectores independientes…

Responde Petrich, a su vez:

Más que unificar a la izquierda como tal, es comenzar a tener una cultura del debate. La izquierda no se sienta a escucharse. Por un lado los zapatistas, por el otro Morena. No se sabe qué pasará con el movimiento #Yosoy132. Para dónde va Sicilia. Luego los partidos políticos, por otro lado ciudadanos de a pie. Es necesario comenzarnos a escuchar entre todos y debatir.

El PRD Y AMLO: ¿DE NUEVO LA SOLEDAD?

Foto: Cuartoscuro

El lunes 2 de junio, poco antes de que cayera una tromba, miles de personas esperaban sobre la explanada del Monumento a la Revolución a los contingentes del #Yosoy132. Gritaban: “Fuera Peña Nieto” o “Si hay imposición, habrá revolución”. Tres jóvenes hablaban de otro fraude electoral. Apoyaban a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pero uno de ellos dijo: “Pero apoyo a AMLO, no al PRD, que son una mierda”.

A Blanche Petrich le parece muy importante: “Creo que la izquierda partidista tiene muchos errores e incongruencias. El PRD también ha cometido fraudes electorales, compra de votos, hay corrupción como en otros partidos y grupos, como el de “los Chuchos”, que viven de la izquierda, pero que no provienen de ella. El propio AMLO ya se quedó solo tras el 1 de julio, muchos de sus colaboradores buscarán sus propios puestos. Marcelo Ebrard es uno de ellos. Por eso creo que el #Yosoy132, de seguir así, puede lograr mucho como movimiento de izquierda social”.

Pero la historia del PRD, según Blanche Petrich, no puede entenderse sin un poco de contexto. La periodista recuerda sus inicios en el oficio. Recién salida de la escuela, la izquierda no tenía cabida en los medios de comunicación: sólo en la nota roja. Su primer voto fue para Valentín Campa, líder ferrocarrilero y uno de los íconos de la izquierda mexicana más importantes.

En 1976, Valentín Campa contendió por la Presidencia. Su partido: el Partido Comunista de México (PCM). Su opositor por el PRI: José López Portillo. Además de que Campa tenía como competidor al partido institucional, recuerda Petrich, el PCM carecía de registro frente a las elecciones. Sin embargo, el propio PCM obtuvo, según sus cuentas entre 600 y 700 mil votos. Los pasos electorales de la izquierda eran lentos.

La periodista resalta la conformación del periódico Unomásuno en 1977, bajo la dirección de Manuel Becerra Acosta. “Eran varios sectores de la izquierda reunidos en ese periódico. Por fin la izquierda contaba con un diario donde cabían temas que la prensa callaba”, dice. Pero fue poco antes de 1988, cuando un grupo del PRI, “del ala más nacionalista”, se escindió de dicho partido y fundó el PRD. “No sólo eran ex priistas”, cuenta la reportera de asuntos especiales, “también lo respaldaban varios partidos de izquierda”.

Por ejemplo, el Partido Mexicano de los Trabajadores, dirigido por Heriberto Castillo; el Partido Socialista Unificado de México, aunque después estos dos partidos se unirían para conformar el Partido Socialista Mexicano, el cual sería unos de las principales semillas para que germinara el PRD. Al frente de éste, el líder fue Cuauhtémoc Cárdenas. Por primera vez existía un partido de izquierda con la maquinaria suficiente para hacerle contrapeso al PRI. Blanche Petrich revive aquellos tiempos: “Había mucho entusiasmo. Cárdenas era un gran líder, sobresalía mucho porque no tenía ese carisma típico de los políticos, pero sí ideas muy buenas. Cuando vino el fraude del 88, la reacción de la sociedad fue contundente. Yo creo que Cárdenas pudo haberse ido más allá del discurso, aunque  muchos aseguran que de haberlo hecho habría corrido mucha sangre”.

Con la llegada de Carlos Salinas de Gortari en 1988, se esperaba un contrapeso de la izquierda partidista. A finales del salinismo, devino la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Petrich fue de las primeras personas en entrevistar al líder zapatista, el subcomandante Marcos. Pero el PRD, dice la periodista, comenzaba a emplear métodos de otros partidos. Los sectores de la izquierda se convirtieron en “tribus”. Intrínsecamente, el PRD comenzó a llenarse de esa toxina llamada corrupción.

Las izquierdas del país se vieron aún más fragmentadas. El partido que las “representaba” dejó de verlas. Cárdenas fue perdiendo vuelo, aunque la maquinaria política del PRD era muy grande, primero como tercera fuerza, hasta convertirse hoy en día como segunda fuerza política nacional y como principal en la capital del país, y otros estados. El EZLN se deslindó del PRD y en 2006 creó la Otra Campaña. Petrich lo entiende de esta manera:

“La falta de sensibilidad del PRD, incluso la visión juarista de AMLO, de insertar a los indígenas a la sociedad en vez de crear un país pluricultural, respetando las autonomías de los pueblos, creó este divorcio. Era razonable porque el PRD dejó de tener militantes a cambio de clientes. Por eso pierde autoridad moral cuando habla de los fraudes, ellos también lo hacen”.

#YOSOY132: EL CAMBIO DE PIEL

Para el escritor y psicólogo Luis González de Alba la izquierda partidista es una bazofia. Utiliza tal adjetivo porque no encuentra otro más preciso para referirse al PRD y a sus militantes. Lo dice porque él vivió a flor de piel el movimiento estudiantil de 1968. Fue uno de sus líderes y por ello estuvo preso en Lecumberri. De aquellos años guarda recuerdos de algunos políticos jóvenes del PRI que hoy son figuras añejas, consagradas en el PRD.

A González de Alba nadie le viene con el cuento de que existió un grupo nacionalista o demócrata dentro PRD. No: “No tengo idea de cómo fue o cómo pasó a llamarse izquierda al conjunto de priistas que abandonaron el PRI cuando les dejó de dar hueso. Todos descubrieron los vicios del PRI cuando no les dieron el hueso apetecido: Arturo Núñez –gobernador electo en Tabasco por el PRD–, Manuel Camacho Solís, López Obrador, Ricardo Monreal… Hasta Manuel Bartlett ya es de izquierda, senador del Partido del Trabajo (PT), que por decenios fue considerado por el PRD como instrumento de Carlos Salinas de Gortari para aplastarlos. Por lo visto lo consiguió. ¿Y a esa bazofia le llaman izquierda”, asegura a rajatabla el también catedrático.

Manuel Camacho solís y Porfirio Muñoz Ledo. Foto: Cuartoscuro

Tampoco olvida a aquel joven diputado que elogió al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, un año después de la masacre estudiantil en Tlatelolco. El joven diputado es uno de los íconos más importantes del PRD y PT: Porfirio Muñoz Ledo. El nueve de septiembre de 1969, Muñoz Ledo respondió el V informe de Gobierno a Díaz Ordaz. Sin hacer alusión directa al movimiento estudiantil, dijo sobre la juventud mexicana:

“Como miembro de este partido (PRI) y como mexicano que confía honestamente en el destino de la nueva generación, nada me ha conmovido más hondamente que el texto del V informe que el valor moral y la lucidez histórica con que el Presidente de México reitera su confianza en la limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos […] Por eso nos dolemos ante la expectativa de que nuestros jóvenes naufraguen en la desilusión o frustren sus empeños por no poder o no querer descifrar las estructuras de la civilización que están llamados a transformar”.

Para el autor de Los días y los años, la izquierda partidista pierde autoridad. Pero como líder de uno de los movimientos más representativos del país, también se refiere a esa otra izquierda, la social. Habla sobre el #Yosoy132: “Nadie sabe quiénes son los 132: son jóvenes de muchas universidades privadas, pero también está el Sindicato de Electricistas, los Pancho Villa, los eternos marchadores, los macheteros de Atenco y bloqueadores sin quehacer, los restos del CGH y cuanto cadáver político busca acomodo. Ya no se sabe qué es ni a dónde irá”.

Petrich, en cambio, dice sentirse más tranquila. Ella cubrió las elecciones del 1 de julio y se topó con jóvenes organizados, que sabían las leyes electorales mejor que la reportera, dice. “El nivel de organización era realmente asombroso. Cuidaban las urnas, las elecciones de una manera ejemplar. Yo puedo sentirme tranquila porque ya hay una generación que nos ayuda a trabajar a los que ya tenemos muchos años en esto”.

Reconoce que el #Yosoy132 es un movimiento incipiente pero con fuerza. Como base de izquierda, Petrich prefiere no adelantarse y esperar a que el tiempo diga. Insiste en que debe haber congruencia, autonomía ante cualquier político o partido. José Antonio Crespo también coincide, aunque él considera que la vía electoral también es una forma fundamental para la democracia.

La izquierda, dice Blanche Petrich, respira con dos pulmones fuertes. El Movimiento por la Paz, “que hace una labor importante en cuento a las muertes y desapariciones y el de los jóvenes, pero tenemos que esperar porque esos estudiantes dejarán de serlo. Entonces la pregunta es, ¿quiénes le darán continuidad? Yo creo que se puede llegar muy lejos. Pueden ser la semilla para esa otra izquierda que México necesita ya y que está en la ciudadanía”, finaliza.

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