Coca Cola, Pepsico, Nestlé, Unilever, Danone, Kraft, Bimbo & Co., actúan individualmente, en asociaciones nacionales y en un organismo regional de América Latina, en forma coordinada, para reventar las políticas de salud pública que están diseñadas para combatir la epidemia de obesidad y diabetes y que pueden afectar el creciente consumo de sus productos ultraprocesados. Lo hacen a través de sus aliados en los gobiernos, del sometimiento de las asociaciones profesionales a través de financiamientos, de la complicidad de investigadores e instituciones académicas a los cuales pagan millonarias investigaciones a modo y, especialmente, a través de multimillonarias inversiones en cabildeo en los poderes legislativos y ejecutivos de la región.
Parece ser que el lema de la gran industria de alimentos y bebidas en Latinoamérica: ¡¡Industria de la Chatarra de Latinoamérica Unios vs la Salud!!. Latinoamérica es la región del mundo que está a la vanguardia en el diseño de políticas públicas para contrarrestar la epidemia de sobrepeso y obesidad y frente a esta situación, la gran industria de los alimentos y bebidas ultraprocesadas se ha unido para arremeter contra estas iniciativas, para descarrilarlas, para someterlas. En este momento la batalla está en Chile, Ecuador y Perú. En México lograron imponerse gracias a acuerdos con COFEPRIS para que el etiquetado de sus productos y la regulación de la publicidad que dirigen a los niños fuera elaborada bajo sus criterios y no afectara sus ventas.
La gran industria trasnacional de alimentos y bebidas se ha agrupado en organismos empresariales nacionales y estos en la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas. Esta agrupación latinoamericana, en coordinación con las nacionales (como Conméxico en nuestro país) y con acciones directas de las propias corporaciones está combatiendo las políticas públicas recomendadas para enfrentar la epidemia de obesidad, tratando de obtener el respaldo de la Organización Mundial de Comercio y del Codex Alimentario. El cabildeo, similar al que ha impulsado la industria tabacalera contra las regulaciones que le afectan, está dirigido contra las regulaciones a la publicidad de alimentos y bebidas enfocada a la infancia, contra el etiquetado de alimentos y bebidas que advierte del alto contenidos de azucares, grasas y sal, contra las medidas fiscales y contra toda política que afecte el crecimiento de sus ganancias.
Los propios análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS)/Organización Panamericana de la Salud (OPS) muestran que el sobrepeso y la obesidad alcanzan su mayor impacto en el continente americano y que más del 56% de los adultos latinoamericanos sufren sobrepeso u obesidad, comparado con un promedio global de 34%. Al mismo tiempo la OPS muestra que el sobrepeso y la obesidad presentan una relación directa con el nivel de consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas, los que son producidos por esta industria. A mayor el consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas, mayor el índice de masa corporal entre la población.
La Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas, que agrupa a 14 países y 19 gremios, se conformó en 2013 teniendo como uno de sus objetivos centrales la necesidad de “generar una red de apoyo en materia regulatoria”, que traducido significa: parar las regulaciones contra la obesidad que afectan sus ganancias e intervenir para diseñarlas de tal manera que sean inocuas, que no afecten sus ganancias. En esta misión se ha lanzado esta Alianza contra el etiquetado frontal y las regulaciones que se están implementando en Chile para combatir la epidemia de sobrepeso y obesidad y lo han hecho ya contra el etiquetado frontal que se aprobó en Ecuador. Sin duda, estos dos etiquetados para todos los alimentos y bebidas procesadas y que debe ir en el frente del producto, son los mejores que existen en el mundo.
En Ecuador ya se aplica y el de Chile ya fue aprobado y está por aplicarse. Hasta ahora, estos son los únicos etiquetados diseñados que permiten a los consumidores saber, de manera muy clara, sencilla y útil si un producto contiene altos contenidos de azúcar, grasas y/o sodio. En el caso de Chile, los grupos de enfoque incluyeron, incluso, a niños que pudieron interpretar el etiquetado aprobado. Esto contrasta con el etiquetado introducido por la propia industria y que se ha establecido en México, un etiquetado que ni los estudiantes de nutrición pudieron interpretar, de acuerdo a un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública. La industria no quiere, de ninguna manera, que el consumidor tenga acceso a esta información de forma sencilla, visible y útil.
AB Chile y Chilealimentos, en representación de la gran industria de alimentos y bebidas procesadas, fueron los primeros en iniciar la ofensiva para impugnar la regulación chilena que limita la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia y que establece un nuevo etiquetado. La impugnación fue secundada por la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas que se anuncia será seguida por la Asociación Brasileña de Industrias de Alimentación (ABIA) y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) de Argentina, en ambos casos la impugnación estaría asociada a los efectos de estas regulaciones en los costos que generaría el nuevo etiquetado y el rediseño de los productos en los centros de producción de las multinacionales. A la asociación regional y las nacionales se suman los acciones directas para invalidar estas regulaciones por parte de la grandes industrias de manera individual: Coca Cola ya lo hizo el 7 de mayo pasado y se espera que en breve lo haga la mayor trasnacional de alimentos: Nestlé. La estrategia va desde las impugnaciones a escala nacional como internacional. La industria advierte que inicia acciones ante la Organización Mundial de Comercio y ante el Codex Alimentario.
La unión de las fuerzas de las mayores corporaciones trasnacionales de alimentos y bebidas buscará el apoyo de la Organización Mundial de Comercio para enfrentar estas regulaciones que responden a las recomendaciones de la propia Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Salud.
La Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas lanzó el 11 de marzo pasado en Quito, Ecuador, una declaración, un documento histórico, que muestra claramente la naturaleza de estas corporaciones. Citamos algunos de los puntos sobresalientes del documento:
1. Las asociaciones miembros de ALAIAB, manifestamos nuestra preocupación por la ligereza técnica y científica que muestran propuestas regulatorias que establecen parámetros nutricionales. A partir de dichos esquemas se generan juicios de valor con respecto a la idoneidad de productos específicos que representa la industria de alimentos y bebidas.
Esta mala práctica se ha traducido en marcos regulatorios orientados a reducir el consumo de alimentos y nutrientes esenciales para sostener la vida humana, utilizando elementos como el etiquetado nutricional, la publicidad de alimentos o los impuestos para lograr dicho objetivo. ALAIAB considera que este es un enfoque negativo y poco efectivo que debe replantearse a través del diálogo público-privado.
Comentario: la industria no reconoce ninguna regulación realizada por los expertos, por los organismos gubernamentales y académicos libres de conflicto de interés, ni las recomendaciones de la propia Organización Mundial de la Salud, como veremos en el siguiente punto. Sólo cuando la industria participa en la elaboración de los criterios garantizándose a si misma que estos no tengan impacto en sus ganancias, entonces, está satisfecha y no reclama. Este es el caso de la regulación del etiquetado y la publicidad que realizó la industria en México en conjunto con la COFEPRIS. Esta regulación no ha sido impugnada, están muy contentos con la COFEPRIS que les ha favorecido.
2. Esta preocupación se extiende al incipiente abordaje que la Organización Mundial de la Salud le está dando a las recomendaciones de ingesta diaria de azúcar. ALAIAB ratifica el compromiso de la industria por la promoción de ingestas balanceadas y saludables en torno a todos los grupos alimentarios, incluyendo el azúcar, no obstante, genera desconcierto la reciente publicación de OMS sobre este tema, por la carencia de justificación creíble sobre los porcentajes propuestos. Por este motivo, ALAIAB recomienda una mayor discusión y un mayor aporte de la comunidad científica al respecto.
Comentario: las grandes corporaciones de alimentos y bebidas no sólo se opone y critica las regulaciones nacionales, también critica las recomendaciones de la propia Organización Mundial de la Salud señalándolas de “carencia de justificación creíble”. De esta manera no sólo cuestiona los criterios diseñados por organismos gubernamentales nacionales, también los del máximo organismo internacional.
4. Las asociaciones miembros de ALAIAB manifiestan su rechazo a los esquemas tributarios establecidos sobre los alimentos y bebidas, que se justifican sobre la hipótesis de que el incremento del precio de un bien vía impuestos inhibe el consumo y por tanto, dicha política fiscal es capaz de modelar hábitos de consumo. ALAIAB hace un llamado de atención por la carencia de sustento técnico en la demostración de una correlación de tales variables y manifiesta su preocupación por los efectos económicos que se observan en el mercado, especialmente sobre los sectores de menos ingresos.
Comentario: las mayores corporaciones de alimentos y bebidas se oponen a los impuestos y, en el caso de México, desarrollan todas las estrategias comerciales para reducir sus impactos en ventas. Los impuestos han sido recomendados por la OMS, la OCDE, relatores de Naciones Unidas y diversos organismos internacionales. La industria desarrolla un doble discurso: por un lado argumentan que el impuesto ha significado pérdidas millonarias y pérdidas de empleos y, por otro, señalan que no se ha cumplido el objetivo de reducir el consumo. Si no se ha reducido el consumo, entonces por qué argumentan pérdidas de empleos. Lo que es claro es que han bajado sus ganancias y, por lo tanto, hay reducción en el consumo. Por otro lado estas corporaciones dicen estar preocupadas por los más pobres, cuando es esta población la más afectada por el cambio inducido en la dieta por los productos ultraprocesado, son los que más gastan en atender las consecuencias de la obesidad y, en especial, de la diabetes. Esperaremos los resultados del estudio independiente realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Universidad de Carolina sobre el comportamiento del consumo de bebidas bajo impuesto a los largo del 2014.
7. ALAIAB manifiesta la urgencia para que todas las asociaciones insistan ante las autoridades respectivas, para que los países ratifiquen la preocupación o rechazo por la manera abierta en que algunos países están violando compromisos internacionales en materia de comercio internacional. ALAIAB ratifica la urgencia de plantear estas preocupaciones ante instancias como la OMC y el CODEX Alimentarius.
Comentario: La Asociación Latinoamericana llama a las asociaciones nacionales, como Conméxico, a que cabildeen a los gobiernos nacionales para que actúen junto con ellas ante la OMC y el Codex Alimentario, contra los gobiernos que están impulsando políticas para enfrentar la epidemia de obesidad y diabetes. Seguramente, respondiendo a esta estrategia es que la Secretaría de Economía de México envió una carta a su contraparte del gobierno de Ecuador ante la OMC argumentando en contra del etiquetado del semáforo como una barrera comercial. Hay que recordar que quien lidera Conméxico es Jaime Zaludovsky, quien fue subsecretario de Economía y cabeza de negociación del TLCAN. Esta práctica es la misma que ha implementado la industria tabacalera y que también ha encontrado el apoyo de la Secretaría de Economía de México contra regulaciones al tabaco en otras naciones. Ambos casos fueron bien documentados por SinEmbargo.
8. Las organizaciones miembro de ALAIAB ratifican el compromiso abierto de la industria de alimentos y bebidas de colaborar con acciones efectivas que realmente incidan sobre los estilos de vida saludable de la población y por tanto, sobre los factores que inciden sobre el desarrollo de las enfermedades no transmisibles y demás factores que afectan el bienestar general.
Comentario: para hablar de la relación de las grandes corporaciones con las enfermedades crónicas no transmisibles seguiré citando a la secretaria general de la Organización Mundial de la Salud, la Dra. Margaret Chan:
“Los mosquitos no tienen grupos de presión y de cabildeo. Pero la industria que contribuye al aumento de las enfermedades no transmisibles si los tienen. Cuando las políticas de salud pública son interferidas por los intereses económicos creados, nos enfrentamos con una gran oposición, una oposición muy bien orquestada y una oposición muy bien financiada”.
Dra. Margaret Chan
Asamblea Mundial de la Salud, 2013.