El Crunch de Nestlé

11/11/2014 - 12:00 am

La marca de chocolates Crunch de Nestlé publicó en su cuenta de Twitter el mensaje: “A los de Ayotzinapa les dieron Crunch” horas después de que la Procuraduría General de la República afirmaba que los 43 estudiantes desaparecidos habían sido asesinados. Ante la reacción enfurecida en las redes sociales, Nestlé, la mayor empresa de productos procesados y comida chatarra del mundo, un par de horas después argumentó que había sido una mala broma y más de 12 horas después que su cuenta había sido hackeada.

Nestlé tiene una larga historia negra de irresponsabilidad social que la ha enfrentado en varias naciones al boicot de sus productos. En 2007, la propia Organización Mundial de la Salud estableció el Código de Publicidad de los Sustitutos de la Leche Materna para intentar marcar los límites a Nestlé en sus campañas de promoción de las fórmulas lácteas que ha derivado en el abandono de la lactancia materna en varias regiones del mundo con consecuencias muy graves a la salud y a la economía de las familias más pobres. La campaña internacional de boicot lanzada a mediados de los setentas contra Nestlé señalando a esta empresa responsable de la muerte de miles de niños al promover el abandono de la lactancia materna, se ha reactivado en 2013 con la participación de 200 grupos en 100 países que forman parte de la International Baby Food Action Network y que están monitoreando las actividades de esta empresa.

La empresa Nestlé no sólo es una de las principales responsables del abandono de la lactancia materna en el planeta, también lo es de generar el deterioro de los hábitos alimentarios de la población desde sus primeros meses de edad. La cantidad de azúcares contenidos en los sustitutos de la leche materna y en las papillas desarrolladas por esta empresa va generando la deformación del paladar hacia los alimentos endulzados que lleva a los bebes a rechazar los vegetales, frutas y cereales no endulzados. El Instituto de Medicina de los Estados Unidos señala que es en los primeros meses y años de vida cuando se generan los hábitos hacia lo dulce. Le reto a darle una papilla Gerber por unos días a un bebe y después tratarle de dar una papilla natural y verá el resultado. Existe cada vez más evidencia del nivel adictivo del azúcar, ingrediente que podemos encontrar añadido hasta en las papillas Gerber de verduras que se recomiendan dar a los bebes a partir de los 6 meses. Desarrollamos un estudio sobre el contenido de azúcar en estos productos para recién nacidos, donde se ve la política de Nestlé, “La Alimentación industrializada del lactante y el niño pequeño”, que puede ser consultado aquí. La estadísticas internacionales demuestran una relación entre el alto consumo de azúcares y los índices de diabetes en la población y Nestlé es el introductor de este ingrediente en la mayor parte de la población mexicana.

Nestlé, de manera sistemática, viola una serie de acuerdos y convenios internacionales como el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna (OMS-UNICEF), la Estrategia Global para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño (OMS-UNICEF), la Declaración de Inoccenti (OMS-UNICEF), la Iniciativa Hospitales Amigos de los Niños (OMS), la Convención sobre los Derechos del Niño (UNICEF), la Cumbre mundial a favor de la infancia (UNICEF), la Semana Mundial de Lactancia Materna (OMS) y el Convenio No. 183 (OIT).

En México el poder de Nestlé va desde financiar “organismos no gubernamentales” como la Fundación Mexicana para la Salud de donde han salido o a donde han llegado altos funcionarios del sector salud, financiar a diversas asociaciones médicas profesionales, en especial a las de pediatría, realizar acuerdos y participar en campañas de salud con organismos federales, estatales y locales, entregar premios anuales de nutrición, entre otras muchas actividades.

Paralelamente, en todo el mundo Nestlé actúa contra la instauración de regulaciones y políticas de combate a la obesidad, especialmente, en contra de que se regule la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, del desarrollo de etiquetados frontales en los productos que ayuden a los consumidores a identificar si un producto tiene altos contenidos de azúcar, grasas y sal, entre otras de sus prácticas contra la salud pública, los derechos de los consumidores y de la infancia. Sobre su actuar contra la propuesta de establecer el etiquetado del semáforo en Europa pueden verse los testimonios en el documental “Sobredosis de azúcar”, disponible en las redes sociales.

El impacto de las políticas de Nestlé es muy grave en las zonas rurales, en contubernio con el gobierno federal. Hay que recordar que Nestlé fue anunciada como parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre. En lo que pareció una broma macabra, la secretaria de SEDESOL, Rosario Robles, anunció que esta empresa participaría en la Cruzada con su programa “Mi Dulce Negocio”, a través del cual formaría alrededor de 500 mujeres en las comunidades más pobres del país para enseñarles a elaborar postres con sus ingredientes Nestlé, ¿postres para combatir el hambre?. Hay que recordar que esta Cruzada inició justamente en Guerrero, en la comunidad de Mártir de Cuilapan.

La penetración de Nestlé y otras empresas similares en las políticas públicas es profunda: los favores mutuos son muy productivos. Las 250 mil tarjetas sin hambre que distribuye el gobierno cuentan, entre los 15 productos que se pueden adquirir, con café Dolca de Nestlé y con leche Nido de la misma empresa. El café Dolca no tiene ningún sentido distribuirlo en una campaña contra el hambre, ¿quién lo decidió?, ¿por qué?. Este café está llegando, incluso, a las regiones cafetaleras del país promoviendo el abandono del consumo del café local por el procesado de Nestlé. En otra ocasión habría que hablar de los impactos de la política de Nestlé en el mercado del café nacional sobre los productores nacionales y sobre el medio ambiente. Por su parte, la comercialización de leche Nido a las comunidades más pobres está provocando que las mujeres tomen esta leche en polvo para las mamilas reforzando el abandono de la leche materna con un producto que está muy lejos de cubrir los requerimientos de los lactantes. No existe ninguna información en el programa que advierta a las madres que no deben de dar a los bebes esa leche en sustitución de la lactancia materna.

De esta manera, la Cruzada está agudizando las condiciones para el abandono de la lactancia materna ya no con un sustituto de leche materna que significa un riesgo a la salud, si no con una leche en polvo cuyo riesgo es muchísimo mayor. Los datos de abandono de la lactancia materna en México son los más graves en todo el continente, especialmente en las regiones rurales del país. En las zonas rurales del país, en 2006 el 36.9% de los bebes fueron amamantados de manera exclusiva durante los primeros 6 meses, para 2012 cayó a solamente 18.5%. La reducción de 50% en solamente 6 años habla de una catástrofe en salud ya que la sustitución de la lactancia materna por sucedáneos aumenta el riesgo de los bebes de obesidad, diabetes, enfermedades coronarias, enfermedades gastrointestinales y alergias y la ausencia de brindar lactancia aumenta en las madres de algunos tipos de cáncer.

El negocio que puede representar la inclusión de un producto en la lista de los adquiribles en las tarjetas sin hambre es significativo. Las compras totales que pueden realizarse con estas tarjetas ascienden a cerca de mil millones de pesos anuales.

Para terminar estas líneas no puedo citar el twitter de Nestlé por lo doloroso, irresponsable y criminal que es. En esta ocasión no guardaron ni las formas, pero en el fondo sus prácticas atentan contra la población, están dañando su salud, muy gravemente, especialmente de los más pobres. Y lo hacen de la mano de las instituciones federales. Las autoridades, con los fondos federales, llevan los productos de esta industria a las comunidades más pobres, les están entregando la salud de la población para su beneficio económico y Nestlé se encarga de darles “Crunch”.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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