A don Gonzalo
Señora Rosario Robles: ayer nos avisaron de la muerte de don Gonzalo, un hombre pobre del estado de Hidalgo que sufría de diabetes tipo II y requería dos hemodiálisis a la semana. Cada hemodiálisis le costaba 1,300 pesos. El Seguro Popular no le cubría la diálisis, como no la cubre a ninguno de las 150 mil personas que requieren diálisis en el país. Don Gonzalo pasará a ser uno en la lista de las 90 mil personas que mueren cada año por diabetes que se suman a las nueve mil muertes por hambre anuales. Al parecer, estas muertes no tienen para usted relación alguna. Sin embargo, no es así, la causa que las une es la malnutrición en el país que al mismo tiempo que provoca una epidemia de obesidad y diabetes mantiene en la desnutrición a millones de mexicanos. Y la desnutrición, en un alto porcentaje de mexicanos no se da por falta de dinero para adquirir alimentos, se da por el consumo de refrescos y comida chatarra y el abandono de los alimentos de la dieta tradicional.
Dirá usted que las muertes por diabetes no es su asunto, que es de Salud. Desgraciadamente no es así, si es un asunto de usted. Usted está encabezando una Cruzada Nacional contra el Hambre y nosotros hemos dicho, hemos pedido, que se reformule, que sea un Programa Nacional contra la Malnutrición. Mueren más personas pobres en este país por diabetes que por hambre. Y esto puede suceder en la misma familia. En esas familias que se hidratan con refrescos y con comida chatarra y que están perdiendo sus saberes culinarios y agrícolas.
En el municipio de Mártir de Cuilapan, Guerrero, en la región centro montaña de Guerrero, han iniciado la Cruzada Nacional contra el Hambre. Usted fue a visitarla, después la Secretaria de Salud, se había anunciado que el presidente acudiría ahí a lanzar la Cruzada. ¿Qué alimentos van a llevar a esta región? ¿Van a dejar que Nestlé les de orientación nutricional a las mujeres y después las preparé para que hagan su propio negocio de postres y vayan de casa en casa vendiendo sus productos y dando orientación nutricional a las familias bajo los principios de Nestlé? Sabe usted que en varias naciones los gobiernos se han negado a suscribir acuerdos con la empresa Nestlé por el daño que ha causado esta empresa promoviendo con sus estrategias de mercadeo el abandono dela lactancia materna. Por esta razón el Fondo Nelson Mandela para la Infancia rechazó el apoyo de casi un millón de dólares de esta empresa por reconocer que existe un conflicto de interés, ¿no ve usted este conflicto de interés?. ¿Sabe usted que la lactancia materna cayó 50% en la población rural entre 2006 y 2012 y sabe usted cuál es la empresa que más se beneficia de esta caída?, ¿sabe usted el resigo que representa para un niño de comunidad rural no recibir lactancia materna, tanto para su salud inmediata como para su desarrollo?, ¿sabe usted qué porcentaje de los ingresos de una familia pobre se va en comprar fórmulas lácteas para sus bebes?, ¿sabe usted el impacto de las campañas de Nestlé y de su mercadeo en el abandono de la lactancia materna?
Sabe usted que en esta región del centro montaña de Guerrero un estudio realizado por Gabriela Martínez de la UNAM registró 82 productos alimentarios, que incluyen siete variedades de maíz con los cuáles se elaboran una gran diversidad de guisos, mueve de frijoles criollos, 21 de verduras y 30 frutas. Entre las verduras se encuentran varios tipos de quelites riquísimos en vitaminas, minerales y antioxidantes, según los estudios de la UNAM y del Instituto Nacional de la Nutrición.
En el suplemento "Enfoque" de Reforma del domingo pasado se presenta un reportaje sobre esta región. Se entrevista a la única mujer que sigue elaborando alegrías. Esta es una zona donde existe el amaranto pero se ha dejado de cultivar. Como narra la última mujer de las alegrías: los niños ya no le compran, van a la tienda a adquirir la comida chatarra, seguramente confitería de Nestlé o refrescos y frituras de Pepsico. El amaranto se ha despreciado en la comunidad mientras la NASA lo reconoce como uno de los cereales más nutritivos en el planeta. Y así es con todo, el consumo de los frijoles ha caído, algunas familias los consideran “comida de pobres” mientras la Escuela de Salud Pública de Harvard los reconoce como uno de los alimentos más nutritivos. Así es con los quelites, se pudren en el campo, mientras la UNAM los reconoce como una de las verduras más nutritivas. La desvalorización de los alimentos regionales tiene una sola causa: la publicidad invasiva de la comida chatarra, su omnipresencia que incluye su distribución en las más de 25 mil tiendas Diconsa.
La experiencia de la “Olla Escolar” en la escuela de Tenexatlajco, en el municipio vecino de Chilapa, se confirmó que bastó sacar la comida chatarra de la escuela y que los niños elaboraran su propio almuerzo escolar con el 50% de los que gastaban antes en comida chatarra para que en seis meses dejaran de estar desnutridos. El cambio de la chatarra por un almuerzo que incorporó alimentos de la región fue suficiente para sacar de la desnutrición a estos estudiantes.
La Cruzada debe contar con un consejo ciudadano que no sólo vigile que este programa no sea contaminado por los intereses electorales, tampoco debe ser contaminado por los intereses de la gran industria procesadora de alimentos que no sólo es responsable de la epidemia de sobrepeso y obesidad en el país, sino también, en muchos casos, de la desnutrición.
Señora Rosario Robles, estamos en la mejor disposición de colaborar en el combate a la malnutrición en nuestro país que comprende tanto el combate al hambre como al sobrepeso y la obesidad que tienen como uno de sus principales efectos la diabetes.
A don Gonzalo le pedimos que nos platicara qué era lo que comía cuando trabajaba como conductor de microbús en Hidalgo. Tomaba tres Coca Colas de 600 mililitros al día, medio panqué Bimbo, entre otros productos chatarra, hábito común entre un buen porcentaje de la población mexicana. Xaviera Cabada, que coordina el trabajo en salud alimentaria de El Poder del Consumidor, fue sacando la cantidad de azúcar que había en cada producto para mostrarle a don Gonzalo cuánta azúcar comía al día. Fue sumando las 12 cucharadas cafeteras que cada Coca Cola de 600 mililitros tiene a la cantidad de azúcar de medio panqué y de los demás productos. Don Gonzalo se impresionó, también se molestó, comentó que nadie le había informado eso, que nunca se imaginó que esos productos contenían tal cantidad de azúcar. Señaló que ni las empresas ni el gobierno le advirtieron de la azúcar que contienen esos productos, ni tampoco le advirtieron el riesgo que para su salud significaba consumirlos. Es un derecho fundamental de los consumidores el derecho a la información y a la protección de su salud, sin embargo, la publicidad y los etiquetados hacen todo lo contrario.
Sra. Rosario Robles: mucho se puede hacer si estas circunstancias se modifican, pero con los acuerdos con Pepsico, Nestlé, Walmart y otras empresas, nada va a cambiar, sólo se agudizarán estos problemas. No se trata de seleccionar los mejores productos de estas empresas o que hagan nuevos productos más saludables. Si las comunidades requieren asistencia en alimentos que éstos sean cereales, leguminosas, productos naturales; no productos de marca que buscan posicionarse más en el mercado de los pobres, generar lealtad a las marcas. Que mejor para ellas que contar con el aval del gobierno.