Ninguno de los tres candidatos de los partidos políticos ha presentado una propuesta para enfrentar el mayor problema de salud pública del país: la epidemia de sobrepeso y obesidad, con todas sus consecuencias en salud. Dos son las principales razones de ese silencio que vaticina una catástrofe aún mayor: sus vínculos con los grandes intereses de las corporaciones de alimentos y bebidas y, en el mejor de los casos, la ignorancia sobre las políticas que deben desarrollarse y que se están implementando en varios países para modificar el ambiente obesigénico que genera esta epidemia.
Entre los candidatos a la presidencia de la República destaca Josefina Vázquez Mota (JVM) en el tema de la obesidad por las posturas que tomó cuando estuvo al frente de la Secretaría de Educación Pública. El 27 de septiembre de 2007 anunció que la empresa Coca Cola ingresaría a las escuelas públicas con su programa “Movimiento Bienestar”, con el supuesto fin de promover la actividad física. Diez días antes, el 17 de septiembre de 2007, participó en el lanzamiento del programa Pepsico “Vive Saludable” permitiéndole a esta empresa su ingreso a los planteles de educación básica. En su momento, presentamos un documento interno de Coca Cola que demostraba lo que para todos era obvio. El objetivo del programa “Movimiento Bienestar” era posicionar la marca de Coca Cola y sus productos al interior del espacio cautivo en el que se encuentran los niños y las niñas, sin supervisión de sus padres: la escuela.
Tras manifestar nuestras críticas a la alianza de Vázquez Mota con las refresqueras, fui invitado a reunirme con dos de sus asesores que me hablaron de los beneficios que representaba la relación con estas empresas que apoyaban al mantenimiento de algunos planteles escolares. Es decir, a cambio de unas canchas de básquet se permitía a las empresas vender sus productos al interior de los planteles escolares. Las críticas a Vázquez Mota se reprodujeron en los medios de comunicación más independientes, obviamente, nada de esto apareció en la televisión. Posteriormente, El Poder del Consumidor llegó hasta las puertas de la SEP acompañando a dos actrices enfundadas en botargas de una manzana y una zanahoria. Cada una portaba una maleta que se desbordaba de billetes falsos y preguntaba a gritos a Vázquez Mota ¿cuánto cuesta la salud de los niños?, ¿cuánto cuesta la salud de las niñas?.
En una acción similar, de apoyo a las grandes empresas procesadoras de alimentos y, sin duda, respondiendo a una estrategia de Conméxico, asociación que las representa, Vázquez Mota lanzó la primera feria nacional de cooperativas escolares con la participación de empresas como Bimbo, Coca Cola y Pepsico, entre otras. Algunos medios de comunicación registraron la indignación de varios padres y madres de familia que al asistir al Palacio de los Deportes, encontraban estas marcas y sus productos promovidos por la propia SEP. Hay que recordar que en esas fechas México era reconocido como el país con el crecimiento más acelerado en sobrepeso y obesidad; que la Secretaría de Salud ya había presentado unas recomendaciones sobre bebidas donde establecía que no era recomendable el consumo de refrescos; que estudios del Instituto Nacional de Salud Pública reportaban que los niños salían de la escuela con el consumo de más de la mitad de las calorías totales requeridas para todo el día, esto antes de comer, concluyendo que la escuela era un ambiente obesigénico.
En relación a la actuación del PAN hay que decir que durante los dos últimos sexenios gobernados por este partido se han presentado en México los más acelerados incrementos de sobrepeso y obesidad infantil, los mayores en el mundo. En especial, durante la administración de Vicente Fox, de acuerdo a las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (1999-2006), el sobrepeso y la obesidad en niños de 5 a 11 años aumentó 40%. La política de combate a la epidemia de obesidad, establecida en el Acuerdo Nacional de Salud Alimentaria, promovido por el presidente Felipe Calderón, solamente ha tomado una medida que pudiera haber marcado un cambio de fondo: los lineamientos para el expendio de alimentos y bebidas dentro de las escuelas, que fueron implementados por los secretarios Lujambio y Córdova Villalobos. Sin embargo, estos lineamientos fueron reformados y debilitados al ceder el ejecutivo federal frente a las presiones de la industria procesadora de alimentos y bebidas, representados al interior del gabinete por el secretario de Economía, Bruno Ferrari. Se sabe que fue en Los Pinos donde, en medio de las presiones de las empresas, Felipe Calderón dio las instrucciones para que la última palabra no la tuviera ni Salud ni Educación, sino justamente Economía. La administración de más de 11 años del PAN han demostrado su incapacidad para enfrentar el problema, de manera especial, por su cercanía a los intereses de la gran industria procesadora de alimentos.
Como veremos en las siguientes entregas, del PRI y del PRD no podemos esperar nada diferente.