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Álvaro Delgado Gómez

30/07/2024 - 12:05 am

Algo peor que “El Mayo” Zambada

“El cruel exilio forzado de compatriotas a Guatemala, en cambio, es un oprobio para los mexicanos, más aún cuando son chiapanecos pobres los obligados a huir por las amenazas de los grupos criminales”.

Son dos exilios forzados, pero radicalmente distintos: Mientras el mítico narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada fue obligado a cruzar en avión a Estados Unidos, en una turbia operación que tiene al gobierno de Andrés Manuel López Obrador sólo en la contemplación, al otro extremo de México, en Chiapas, cientos de mexicanos, de los más pobres, han tenido que cruzar la frontera sur para salvar su vida en Guatemala.

La captura de “El Mayo” Zambada en Estados Unidos, porque se entregó o porque fue secuestrado por el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, es consecuencia de su actividad criminal como abastecedor de veneno a una sociedad enferma, pero la salida obligada de su patria de más de medio millar de mexicanos honestos, sólo para no ser asesinados, es una vergüenza nacional.

Con el tiempo quedará perfectamente claro que el gobierno de Estados Unidos planificó la captura de Zambada García, con lo que consumará su venganza contra López Obrador y la narrativa de que “el largo brazo de la ley” alcanza a todos los criminales que protegen todas las autoridades sin excepción, aunque en ese país se sigan recibiendo y distribuyendo toneladas de drogas que los seguirán matando.

Pero el cruel exilio forzado de compatriotas a Guatemala, en cambio, es un oprobio para los mexicanos, más aún cuando son chiapanecos pobres los obligados a huir por las amenazas de los grupos criminales que han arrebatado al Estado los territorios donde ellos sólo quieren vivir en paz.

Más de cuatro décadas después de que México dio refugio a 46 mil habitantes de Guatemala que huían de la represión, en 1981, son ahora más de  500 mexicanos los que buscan refugio en ese país, en el limítrofe municipio chiapaneco de Amatenango de la Frontera.

Fue el propio presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, quien informó que 580 mexicanos han buscado refugio, cruzando la frontera, en el municipio de Huehuetenango, donde enfrentan condiciones tan críticas como los guatemaltecos de inicios de los ochenta que huyeron a México.

A los guatemaltecos los hizo huir de su patria la guerra civil, pero a los mexicanos los ha exiliado la guerra criminal en Chiapas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, una de cuyas facciones era/es liderada por “El Mayo” Zambada.

El presidente López Obrador ha quedado al margen de la operación de captura de “El Mayo” Zambada, aunque debe actuar con dignidad y  firmeza si agentes de Estados Unidos participaron en territorio de México, pero en Chiapas está obligado a actuar con mayor contundencia contra los criminales que agreden a los compatriotas y los obligan a huir.

Los forzados a dejar su patria son además los mexicanos más pobres, a los que López Obrador ha dado prioridad, y son del estado que hasta ahora había sido el más olvidado, hasta por las bandas criminales que se lo quieren apropiar ante la ausencia de Estado.

No es la primera vez que hay desplazamientos forzados por el crimen, en Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas, Michoacán y Chiapas, todos inaceptables, pero el que se vive hacia Guatemala es un agravio inaudito que no puede tolerar este gobierno.

Y no basta con que la canciller Alicia Bárcena se coordine con las autoridades de Guatemala para que los mexicanos tengan apoyo consular para regresar a México. Debe haber garantías plenas y permanentes para un retorno seguro.

“El Mayo” Zambada ha sido forzado a irse a Estados Unidos por las razones que sean, incluyendo la traición de sus cómplices, y los expredientes de México Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto se han exiliado a España voluntariamente, pero los 580 mexicanos han huido a Guatemala para salvar su vida.

Éste medio millar de compatriotas deben ser la prioridad del gobierno de López Obrador. “El Mayo” qué.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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