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Gabriel Sosa Plata

30/06/2015 - 12:00 am

Radio 13, fuera del aire

Radio 13 salió del aire desde hace varias semanas. No es una noticia irrelevante, sino destacada por sus implicaciones técnicas, económicas, jurídicas y, claro, en cuanto a los derechos de las audiencias. La emisora transmitía en la frecuencia de los 1290 KHz, en la banda de AM, en el Distrito Federal, pero su concesionario, Carlos […]

Radio 13 salió del aire desde hace varias semanas. No es una noticia irrelevante, sino destacada por sus implicaciones técnicas, económicas, jurídicas y, claro, en cuanto a los derechos de las audiencias.

La emisora transmitía en la frecuencia de los 1290 KHz, en la banda de AM, en el Distrito Federal, pero su concesionario, Carlos Quiñones, presidente del grupo radiofónico Radio, S.A., decidió que lo mejor era apagar el transmisor de AM y continuar transmitiendo en internet.

En su cuenta en Twitter, Quiñones explicó que esta decisión “se debe estrictamente a temas financieros, no hay mercado para AM” y que su propuesta en internet es “muy novedosa… es un nuevo contenido y una nueva marca”. También ha dicho que en estos días informará sobre el destino de la estación. “No tiene futuro en AM, pero sí en internet y en HD, vamos a trabajar FM”.

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El “apagón” de Radio 13 es un tema de derechos de las audiencias. No se avisó a los radioescuchas, como lo establece la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que habría un cambio de programación y que saldrían del aire para continuar ofreciendo su servicio en internet.

Paralelamente, de la noche a la mañana, se deja sin una opción de contenidos a los radioescuchas en el Distrito Federal y sin posibilidades de que la frecuencia sea explotada por ahora por otro radiodifusor que tenga interés y recursos para ofrecer  este servicio público en la capital del país. Ha sido, pues, una decisión arbitraria del radiodifusor, en la que el respeto a su propia audiencia no existió.

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El problema es también legal. Hace algunos días pregunté a un funcionario del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) si el concesionario de Radio 13 había solicitado autorización para dejar de transmitir, pero no me dio respuesta. Supongo que sí, porque de lo contrario ya se habría iniciado el proceso de revocación de la concesión.

Y si hubo autorización para interrumpir transmisiones, habría que conocer los argumentos del IFT para esta decisión, ya que la situación financiera de la estación no es razón suficiente para salir del aire. Si el concesionario no puede sostener la estación porque no es “negocio”, tiene varios caminos: traspasarla a quien sí tenga interés y recursos para continuar ofreciendo el servicio, rentarla o devolver la frecuencia al Estado para ser licitada. En todo caso, la prioridad es la prestación del servicio, no los intereses particulares del concesionario.

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En materia laboral, las cuentas son adversas. La salida del aire de Radio 13 trajo el despido de una decena de reporteros, conductores y editores, algunos de ellos con dos décadas de antigüedad en la estación. A esta cantidad deben sumarse otros 10 trabajadores de planta, con larga trayectoria como Jorge Santacruz, que hace un par de años también dejaron de prestar sus servicios en la emisora. Extrabajadores afirman que hay adeudos con la planta laboral, la poca que queda.

A diferencia del ruido mediático generado por la salida de Carmen Aristegui y su equipo, la crisis de Radio 13 no ha sido noticia en los medios de comunicación, no obstante sus importantes aportaciones al periodismo radiofónico en los últimos años. En Twitter hubo hace tiempo ciertas manifestaciones de descontento de extrabajadores, incluso denuncias de censura, como la que dio a conocer el periodista Manuel López San Martín en marzo de 2013 y que trajo su salida de la radiodifusora como titular del noticiario matutino, que a su vez dejó vacante el periodista Javier Solórzano.

Una estación que llegó a ser líder en noticiarios y programación hablada, ahora finca su futuro en internet y la FM. ¿Resurgirá como el ave fénix?

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En uno de sus tuits, Quiñones dijo que buscaría transmitir en HD en un plazo de tres meses. Le comenté que en lugar de transmitir con tecnología digital en AM (no hay receptores en el mercado) buscara la FM y de ahí saltar a la transmisión digital. Respondió que la opción de migrar hacia la FM sería posible con la modificación de la norma de 800 a 400 KHz en dicha banda (lo que permitiría que más emisoras transmitieran en FM), pero que “falta voluntad política” para lograrlo.

Pero yo sí veo voluntad política, al menos del IFT. En el segundo semestre de este año, el órgano regulador iniciará los trabajos para modificar la norma técnica de FM, de acuerdo con el Programa de Reorganización del Espectro para Estaciones de Radio y Televisión, emitido el 16 de septiembre de 2014. Para ello se reactivaron los estudios técnicos y las pruebas ya se realizan con el fin de avalar el cambio de estas disposiciones.

Si se logra modificar la norma, el próximo año no habría pretexto para presentar un plan técnico que permita que estaciones como Radio 13, Radio ABC, Radio Capital o Radio Educación migrar hacia la banda de FM en el Distrito Federal, como lo han hecho más de 500 emisoras de AM en el país, en plazas donde sí había disponibilidad de espectro para el intercambio de frecuencias (AM’s por FM’s), respetando la norma oficial de separación de 800 KHz.

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Ante la disminución de las audiencias y de anunciantes en las estaciones que transmiten en la banda de AM ¿la historia de Radio 13 podría replicarse? Es posible, pero el factor económico no debe ser pretexto para dejar de prestar el servicio porque siempre habrá radiodifusores que sí puedan sostener el proyecto radiofónico, independientemente de las imprescindibles estrategias de crecimiento en internet, los dispositivos móviles y las redes sociales para acercarse a nuevos públicos y nuevos mercados, sobre todo el de los jóvenes.

Como se dice en el medio, en recuerdo de Emiliano Zapata: el espectro radioeléctrico es de quien lo trabaja. Quien deja de usarlo, lo mantiene ocioso, sin ninguna utilidad social. No más historias de cierres como la de Radio 13.

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