Ciudad de México, 30 de junio (SinEmbargo).– El mercado bursátil mexicano se encuentra rezagado, pues en 20 años el número de empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha disminuido por poca participación en fondos de inversión, además de que domina el ahorro informal, alertaron analistas del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2012, el 93.6 por ciento de los mexicanos ahorra con sus amigos, el 35 en cuentas de banco y el 24. 8 en casa, es decir, la mayor parte de la población no invierte en la Bolsa Mexicana de Valores, lo que es una limitación para el crecimiento económico del país.

El estudio “Acciones para democratizar el acceso al mercado bursátil”, realizado por el IMCO, reveló también que las personas invierten en negocios más riesgosos que los que participan en la BMV.

Especialistas del Instituto para la Competitividad agregaron que el ahorro formal está concentrado en bonos del Gobierno federal; tres de cada cuatro pesos de inversión se van a la deuda pública, además de que las personas ya desconfían en las instituciones para guardad sus ahorros, sobre todo, luego del fraude cometido por Ficrea, organismo que dejó un hueco en las finanzas de los mexicanos por más de 2 mil millones de pesos en diciembre pasado.

En ese sentido, Mario Enrique Herrera Carrasco, presidente de la Fundación para la Inclusión Financiera AC, dijo a SinEmbargo que la desconfianza de los inversionistas “es una realidad que data de más de 12 años porque el Gobierno federal no da las garantías de seguridad jurídica al ahorrador para poder mantener su crédito, ahorro o inversión dentro de cualquier institución o, incluso, sociedades financieras”.

El también profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) explicó que no existen estándares legales que prevengan y castiguen los fraudes “y mientras no haya candados de seguridad jurídica para vigilar directamente el recurso de cada empresa, habrá un fraude, hoy, mañana y siempre”, advirtió.

PERFIL DE LOS AHORRADORES

Datos de la Encuesta Nacional Financiera (ENIF) 2012, revelaron que las personas con licenciatura son más propensas a invertir en un fondo de inversión que aquellas que sólo tienen la preparatoria (2.5 por ciento y 1.3 respectivamente).

En contraste, la encuesta realizada por Pew Research Center, informó que el 54 por ciento de los estadounidenses contaban con dinero en el mercado de valores, incluso, “la proporción de hispanos con acciones es del 17 por ciento”.

En ese sentido, Carlos Grandet, economista y analista del IMCO, detalló que una de las estrategias financieras para disminuir el impacto del escaso acceso al mercado bursátil, es invertir, primero, en educación financiera, y hacerlo desde la educación primaria.

Por su parte,  Manuel Molano, director general adjunto del IMCO, agregó que las personas “prefieren invertir su dinero en pequeños comercios que al cabo de tres o cinco años terminarán quebrando”. Sin embargo, reconoció que uno de los grandes problemas del escaso acceso al mercado bursátil también se debe a que los montos de inversión para comprar acciones, suelen ser mayores a 1 millón de pesos.

INVERSIONISTAS 

De acuerdo con el estudio realizado por el Instituto, de las 6 mil 500 empresas con más de 250 empleados que hay en México, únicamente 147 cotizan actualmente en la bolsa.

La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2012, dio a conocer que sólo el 2.5 por ciento de la población contaba con fondos de inversión, mientras que sólo el .20 por ciento tenía fondos de inversión con acciones.

El análisis hecho por el IMCO encontró que seis de 10 cuentas de casas de bolsas están en las ciudades del país: el Distrito Federal con 48 por ciento, Monterrey con un 8 y Guadalajara con el 6 por ciento.

El mercado bursátil mexicano no ha experimentado la misma dinámica de desarrollo que los mercados de países de similar grado de desarrollo. México está por debajo en la capitalización de mercado que Chile, Colombia y Brasil, según datos del estudio “Acciones para democratizar el acceso al mercado bursátil”.

Para democratizar el acceso a la BMV, el Instituto propone incentivar la educación financiera en las escuelas, profesionalizar a las empresas y a la industria bursátil, así como incentivos fiscales para las compañías que acepten socios y sean transparentes.

LO QUE FALTA

Para Carlos Grandet, a los mexicanos les falta más educación financiera que podría empezar con una revisión a los programas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y detalló que sólo 3 de cada 100 pesos de las becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se destinan a los rubros de administración y finanzas.

Además de mayor educación financiera “necesitamos más empresas cotizando de diversos tamaños y más mexicanos como inversionistas”, dijo el economista, así como profesionalizar a empresas y a la industria bursátil, democratizar el acceso al mercado de valores, otorgar más información para el inversionista que adquiere acciones y cuidarlo del riesgo moral.

En el caso de los ahorradores y desconfianza para invertir en cualquier tipo de sociedad o institución financiera, Herrera Carrasco opinó que deben existir acciones penales acordes a la responsabilidades que han cometido los grupos como Ficrea porque “mientras no haya mano dura en la legislación penal que castigue en proporción al mal manejo de los fondos, seguirá habiendo no sólo bajas y crisis financieras sino desconfianza en los ahorradores” advirtió.

El docente del CIDE dijo también que de implementarse dichas sanciones legales estos estándares deben traducirse a todos los idiomas y explicó que “otro gran problema de los fraudes es que no hay prevención del delito, y mientras el inversionista y ahorrador no conozca la garantía que le otorga el gobierno, nadie va ahorrar. Por eso la gente mete el dinero al colchón”, precisó.