Poca gente quiere a las moscas, y no es para menos puesto que las moscas domésticas con las que nos topamos a diario, revuelan alrededor de los humanos de forma insidiosa y molesta, además transmitir muchas enfermedades y posarse sobre objetos sucios. Sin embargo, son una o dos especies de las más de 150,000 especies de moscas descritas alrededor del mundo, ¿habían imaginado tanta diversidad? En México se calcula que hay 30,000 especies y la mayoría se encuentra en las zonas tropicales, incluyendo tanto moscas como mosquitos. Las moscas y los mosquitos están agrupados en el Orden Diptera (es decir los que tienen dos alas) y se caracterizan por presentar un solo par de alas porque el otro, que presentan los demás insectos como mariposas, escarabajos, cucarachas, etcétera, está modificado formando unas estructuras llamadas balancines que les permiten volar con mayor precisión.
Dado este número gigante de especies en el planeta, es fácil imaginar que pueden habitar en todos los lugares imaginables. Encontramos moscas detritívoras que se alimentan de la materia orgánica en descomposición, moscas minadoras que viven y se alimentan del interior de las plantas, moscas parasitoides que ponen los huevos dentro de otros insectos donde se desarrollan sus larvas, moscas que se alimentan del néctar de las flores y fruta, algunas son hematófagas como los mosquitos y los tábanos, y otras más raras de las que escribí en una entrega anterior que se alimentan de queso. En esta ocasión hablaré de un grupo de moscas cosmopolitas que son depredadoras y se alimentan de insectos de una manera muy peculiar.
Estas moscas están en una familia numerosa donde se han descrito 7,100 especies y se denominan Asilidae, comúnmente se les conoce como moscas ladronas o salteadoras (Robber flies en inglés). Las moscas salteadoras se caracterizan por tener cuerpos peludos alargados con ojos grandes separados por una hendidura, un par de antenas cortas y su coloración va de grises y negros hasta amarillos dependiendo, de los hábitos alimenticios de la especie. Todas las especies de este grupo son voraces depredadoras de artrópodos, desde abejas hasta arañas, pero no se alimentan de sus presas a mordidas como un depredador clásico. Las moscas salteadoras son hábiles y veloces voladoras que acechan a sus víctimas desde el aire, una vez seleccionada la presa la atrapan con sus patas delanteras y les aplican una inyección letal. Con ayuda de sus partes bucales tubulares, perforan a sus víctimas y administran una saliva venenosa que contiene enzimas neurotóxicas y proteolíticas, con este líquido las presas quedan completamente inmovilizadas y todo su contenido es digerido. Las moscas llevan a su presa hacia alguna percha y después de unos minutos le succionan todo el contenido líquido de la víctima para regresar al acecho de más presas.
Algunas Asilidae son la pesadilla de los apicultores, varias especies del género Mallophora son especialistas en comer abejas y avispas sociales, de tal manera que si localizan los apiarios pueden afectar las poblaciones de abejas mieleras. En general las moscas salteadoras no se meten a los apiarios sino que acechan a las abejas pecoreadoras que están recogiendo polen y miel en las flores desde una ramita o una hoja, en cuanto aparece alguna abeja trabajadora la interceptan y se la comen. El daño que producen a las colmenas no es muy significativo en términos numéricos estrictos, sin embargo la presencia de las moscas cerca de los apiarios sí disminuye la actividad de las colonias y por lo tanto reducen la tasa de producción de miel y la polinización de los cultivos, de tal manera que los apicultores están a la caza de las moscas salteadoras en las regiones donde son muy abundantes.
El ciclo de vida de estas moscas involucra una fase larvaria que vive en el suelo entre la materia orgánica y que también es depredadora, se ha reportado que cuando son larvas se alimentan de estadios inmaduros de escarabajos o huevos de otros insectos. Posteriormente pasan por la fase de pupa enterradas en el suelo donde ocurre la metamorfosis y emergen como adultos alados unos meses después. Las hembras después de copular, depositan los huevecillos sobre los tallos de las hierbas y cuando nacen las larvitas caen al suelo para proseguir su vida. La duración del ciclo de vida depende de la especie en cuestión y dura entre uno y tres años.
Con esta información sabemos que en efecto no todas las moscas son domésticas y que el concepto generalizado de lo que significa ser “mosca” debería ser ampliado en la cultura popular.