Los libros favoritos del editor y ensayista Leopoldo Lezama

29/12/2018 - 12:03 am

Los libros escogidos a continuación son producto de un ejercicio azaroso y contingente. No se agrupan bajo el título de “los mejores”, porque eso implicaría haber leído la totalidad de los libros publicados al menos en la misma lengua y de los más diversos géneros literarios y aún así sería algo relativo. En cambio, es sencillamente un conjunto de libros a mi juicio destacados, que se pudieron encontrar en las mesas de novedades de la Ciudad de México, en el transcurso del año que termina.

Ciudad de México, 29 de diciembre (SinEmbargo).- La lectura es en esencia una extensión del mundo; un ejercicio de concepción de geografías donde pueblen las posibilidades infinitas de la mente creativa. Y si la escritura es un espacio para la invención, la lectura es el ritual que estimula el nacimiento de fabulaciones propias. En un mundo actual que exige casi la totalidad del tiempo para cumplir con las necesidades básicas de la vida, la lectura se convierte en un privilegio de obsesivos. Los sistemas económicos que han regido el mundo tampoco han pensado que la lectura sea una actividad imprescindible y más bien todo lo contrario: es un acto peligroso, no sólo porque otorga conocimiento, sino fundamentalmente porque muestra realidades alternativas más perfectas que el mundo de todos los días: si se escribe sobre la justicia, entonces es posible aplicarla; si se escribe sobre una comunidad sin el yugo de estructuras opresivas, entonces quizás también esto sea una vía para las sociedades del futuro. Se le ha reprochado a Miguel de Cervantes en algún momento de los pasados siglos, haber puesto a su hidalgo a pelear contra gigantes, “porque los gigantes no existen”, y ningún libro podía tomarse en serio si no trabaja con realidades. Pero Don Quijote peleó contra gigantes; lo de menos sería que estos “en relidad” fueran molinos de viento o árboles del Tule: los gigantes están ahí porque alguien los ha imaginado y nosotros los hemos revestido de la simbología que más nos acomoda. Y esa fortuna nos ofrece la lectura: un enriquecimiento, un recordatorio de que la existencia es muchas existencias, y que eso que nombramos “realidad”, es también aquello que hemos creado. Es un acto de suprema libertad y rebeldía. Porque en rigor, nada nos demuestra que el día de mañana, al despertar, no estaremos convertidos en un tétrico insecto.

Los libros escogidos a continuación son producto de un ejercicio azaroso y contingente. No se agrupan bajo el título de “los mejores”, porque eso implicaría haber leído la totalidad de los libros publicados al menos en la misma lengua y de los más diversos géneros literarios y aún así sería algo relativo. En cambio, es sencillamente un conjunto de libros a mi juicio destacados, que se pudieron encontrar en las mesas de novedades de la Ciudad de México, en el transcurso del año que termina.

Foto: Especial

La fosa de agua, de Lydiette Carrión Debate, 2018

En un país donde el feminicidio ha ido ganando terreno día con día, el libro de Lidyette Carrión es esencial porque despliega una serie de líneas de investigación que pueden aportar luz a los crímenes contra las mujeres en Ecatepec, uno de los municipios con mayores índices de este grave problema. Mediante el testimonio de las madres de una decena de adolescentes desaparecidas, Carrión va tejiendo una trama tétrica donde el crimen organizado se ha filtrado en las secundarias públicas y es parte de la vida cotidiana de los jóvenes de una de las entidades más pobladas del país. Quizás la revelación más importante del presente trabajo, es que el gran problema con que se enfrentan las madres que sufren la desaparición y asesinato de una hija, es la impunidad y la insensibilidad con que operan las instancias encargadas de procuración de justicia. La indiferencia es tal, nos informa Carrión, que la propia recuperación de los restos de las jóvenes corren a cargo de las familias y de organizaciones civiles dedicadas a la búsqueda de personas desaparecidas.

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Nada que perdonar. Crónicas facinerosas, de J.M.Servín. Mondadori, 2018

Ya en los ’90, Carlos Monsiváis afirmaba que el arte de escribir crónica se estaba perdiendo ante el poder coyuntural del reportaje de investigación. Sin embargo, en México aún existen cronistas de alta factura que conservan el arte de dibujar la ciudad y sus grutas. Uno de ellos es Juan Manuel Servín, que presenta en sus Crónicas facinerosas una rica pintura del subsuelo de la Ciudad de México. De la Calle Bucareli a la Colonia Guerrero y de la Alameda Central a los departamentos de interés social de Ejército de Oriente, hay una galaxia oscura donde la vagancia, la prostitución, las drogas y la delincuencia habitan el lado sombrío de una ciudad que se extravía en su alucinante laberinto enfermo. Sin embargo, el libro toca otros confines de esa totalidad marginal que es la propia vida de su autor: las tocadas de punk en las periferias de la ciudad en los ’80, las anécdotas de infancia en la violenta urbe, hasta los perfiles de aquellos artistas cuya vida y obra traspasaron todos los límites imaginables (Burroughs, Hunter S. Thompson, Diane Arbus, Scott Fitzgerald). El libro de Servín es también un tratado erudito del crimen en México, sus escenas, personajes, libros y leyendas y nos confirma que la ciudad aún tiene pasadizos ocultos qué recorrer.

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Esa luz que nos deslumbra, de Fabrizio Mejía Madrid. Grijalbo, 2018

No es sencillo entrar al exclusivo club de los buenos libros que han tratado el tema del movimiento estudiantil de 1968; basta mencionar los clásicos La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska y Palinuro de México, de Fernando del Paso, para dimensionar este conjunto. Este año, el narrador Fabrizio Mejía Madrid ha entrado en ese selecto grupo con una novela: Esa luz que nos deslumbra, un libro notable porque revive el ambiente revolucionario que experimentaron miles de estudiantes mexicanos en el fervor de ese año crucial para el avance democrático en todo el mundo. La novela respeta la cronología de la gesta estudiantil (agosto-octubre de 1968) y mediante la historia de un escritor frustrado que trabaja como contador público, Mejía Madrid va recreando los episodios importantes, desde el pleito entre estudiantes de la Voca 1 y 5 del Politécnico, hasta la tarde trágica del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas. El conocimiento que Mejía Madrid tiene del 68 y la Guerra sucia han ayudado a la elaboración de un documento literario fundamental, de la que hasta la fecha ha sido la revuelta estudiantil más importante en México.

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All Sinatra, de Pedro Zavala. Mondadori, 2018

Dos novelas recibieron el presente año la distinción del Premio Mauricio Achar: Pistolar, de Iván Soto Gamba y All Sinatra, de Pedro Zavala. La novela de Zavala es una clásica historia de una vida llena de hastío que busca nuevos cauces: Génesis Montesinos, un profesor de literatura de 64 años, decide viajar a las Vegas con la idea de gastar todo su dinero y suicidarse. La suerte lo hace ganar cincuenta y tres mil dólares y entonces surge un nuevo impulso en la existencia del noble académico: alcohol, armas, mujeres, calorías, adrenalina. Rápidamente es absorbido por el brutal ritmo de consumo que experimenta la cotidianeidad de las Vegas y entonces la lógica del “suicidio” se transfigura. ¿Qué es lo que muere y qué subsiste en esta forma de vida? En cuanto a cuestiones formales, es de mencionar que el autor consigue una prosa que reproduce fielmente la sensación de una vida que busca estallar en el vértigo. Es evidente el homenaje y la deuda explícita con la gran pelicula de Mike Figgis, Living las Vegas (1995).

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Pistolar, de Iván Soto Gamba. Mondadori, 2018

Mediante un interesante mosaico narrativo, Iván Soto plantea el mundo fragmentado de Luis Alfredo J.A, un esquizofrénico que gasta su tiempo escribiendo cartas a remitentes tan diversos como su hermana y la Virgen de Guadalupe. Las cartas, a veces de una lucidez inquietante, expresan su cotidianeidad en el letargo de la enfermedad y dan cuenta de una serie de ideas perturbadas: le escribe a su hermana sobre un santo que cura el sida y le informa al director de Telmex que ha descubierto un novedoso sistema de pago. Es notable el tipo de imágenes que utiliza para crear ese ambiente de trastorno, desde la estructura de sus misivas y las alucinantes respuestas que recibe, hasta la descripción del follaje que cubre el edificio donde vive, “la incipiente enredadera como un calamar gigante”. Iván Soto ha podido hacer perceptible con una prosa notable (que en muchos momentos toca la poesía), el episodio esquizofrénico de Luis Alfredo J.A, un hombre real cuyas cartas, también reales, fueron retomadas para elaborar el cuerpo de la novela.

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Texas I love you, de René Morales. Anónima, 2018

El tema de Texas I love you es las ejecuciones de latinoamericanos en el estado de Texas, célebre por sus leyes en torno a la pena de muerte. Morales retoma los expedientes de ejecutados desde mediados de los años ochenta hasta el 2012, y con esa base crea un coro de voces que hablan desde la muerte: historias de pobreza, marginación y violencia; “el sueño americano como pesadilla”, apunta Nervinson Machado en el prólogo. Así, escuchamos a Rubén Cantú, aprehendido por robar una casa: “Ni los dioses ni nosotros/ seremos los mismos/ al terminar el día”. Escuchamos a James Martínez hablarle a su esposa: “Te prometo que volveré a casa temprano/tocaré la puerta del departamento 404A/ y te diré que no ha pasado nada nuevo/que estoy un poco cansado…” Es una poesía que le da voz a los muertos y, al mismo tiempo, expresa el sentir de muchos migrantes condenados a la pena capital: “Quiero decirle una sola cosa: yo también soy una víctima, igual que usted… pero vamos, no se asuste/ahora se lo dice un fantasma”.

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Quién teme a la muerte, de Nnedi Okorafor. Océano, 2018

Son muchas las razones por las cuales la novela de Nnedi Okorafor ha sido distinguida con premios como el prestigioso World Fantasy Award. Se trata de una historia de ciencia ficción ubicada en el África postapocalíptica donde una mujer ha sobrevivido al exterminio de su pueblo y ha dado a luz a una niña producto de una violación: Onyesonwu, cuyo significado es “¿Quién teme a la muerte?”. Esta niña marcada por la humillación y la persecución de su propio padre, desarrollará una capacidad especial para observar el fondo del alma humana y una gran valentía para enfrentar las injusticias. Es notable la manera en que la visión mítica-ritual de las culturas antiguas se entremezcla con los horrores del mundo moderno, y cómo este respeto a la vida y a la naturaleza puede ser una alternativa ante una civilización que se empeña en autodestruirse. El estilo, de una poderoso condensación lírica, intensifica la vida de la heroína y su misión de dignificar un pasado oscuro y un devenir funesto. La novela es también una crítica al odio étnico, el despotismo patriarcal, y atrocidades de sociedades machistas que aún hoy se practican como la castración genital femenina.

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Lázaro Cárdenas. Un mexicano del siglo XXI, de Ricardo Pérez Montfort. Debate, 2018

El investigador y profesor de la UNAM Ricardo Pérez Monfort, ha redactado una de las biografías más completas de Lázaro Cárdenas publicada por el sello Debate. La primera parte (y única hasta el momento), abarca desde su infancia y adolescencia en Jiquilpan, Michoacán, su participación en la Revolución mexicana, su ascenso como un militar con una visión transformadora del Estado, hasta su nombramiento como gobernador de Michoacán, donde promovió las primeras medidas reformistas que caracterizarían su futuro programa presidencial: creación de escuelas y democratización de universidades, reparto agrario, respaldo a asociaciones sindicales. Monfort contextualiza la formación y el desarrollo político de uno de los personajes más importantes en la estructuración de un Estado con orientación social y popular, que es un claro antecedente de la nueva corriente política y económica que hoy gobierna nuestro país.

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Los primeros editores,  de Alessandro Marzo Magno. Malpaso, 2018

Los primeros editores del historiador y periodista Alessandro Marzo Magno, es un exquisito y erudito compendio de los inicios de la edición y divulgación de los libros posterior a la aparición de la imprenta a mediados del siglo XV. Es muy clara la intención de Alessandro Marzo de rescatar, sobre todo, la tradición de la edición italiana que se remonta a la primera mitad del siglo XVI en Venecia, donde entonces se imprimieron la mitad de los libros de Europa (recuperando el legado grecolatino y medieval y dando un fuerte impulso a toda la corriente de pensamiento renacentista). El libro nos traslada a momentos capitales en la historia de la divulgación del pensamiento, como la recuperación del Talmud, luego de la orden Papal de 1553 de quemar los libros hebreos y la recuperación de la primera impresión del Corán árabe de 1537, del impresor Alessandro Paganini. También es un homenaje a Aldo Manuzio, “el Miguel Ángel de los libros” (1449-1515), impresor de las primeras ediciones críticas de las obras griegas, creador del libro de bolsillo, creador de un sistema de puntuación que aún se utiliza, y responsable de la venta de 100,000 ejemplares de Petrarca hace más de medio milenio.

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Los segundos y los días, de Enzia Verduchi. Ítaca, Secretaría de Cultura CDMX

Los segundos y los días es una obra coral en torno al sismo que sacudió la Ciudad de México y otras regiones del sur del país, el 19 de septiembre del 2017. Más allá de una cronología o un recuento de cifras, el presente trabajo se concentra en recuperar la experiencia de una sociedad civil que a los pocos minutos de sucedido el desastre, armó una inmensa cadena de auxilio por medio de las redes sociales que fue la principal vía de apoyo en aquellos días críticos. Las dimensiones que alcanzó esta medida fueron inusitadas en México y superaron la “ayuda” que ofreció el Gobierno, siempre incapaz ante este tipo de desastres. En voz de sus protagonistas, con sensibilidad y oficio narrativo, Verduchi ha podido tejer la historia del que hasta hoy es el gran movimiento de empoderamiento ciudadano del siglo XXI en México.

Leopoldo Lezama. Foto: Cortesía

Leopoldo Lezama es editor y ensayista. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía de la UNAM. Ha colaborado en diversos medios nacionales y extranjeros como los suplementos Confabulario y Expresiones, las revistas Tierra Adentro, Casa del Tiempo, Punto de partida, Inundación castálida, Letralia, la Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Variopinto, entre otras. Ha trabajado en Penguin Random House Mondadori y el Fondo de Cultura Económica. Actualmente dirige la revista electrónica Máquina.

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