El dragón amarillo

29/12/2013 - 12:00 am
Crédito: Wikipedia
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Recientemente la prensa alerta sobre la inminente llegada del dragón amarillo que acabará con las cosechas de cítricos del país. Ante tal noticia los ciudadanos nos preguntamos como puede ser que un ser mitológico aparezca en pleno siglo XXI para acabar con las cosechas, como en una novela de caballería fantástica. El mentado dragón amarillo no es un reptil con alas ni un ser fantástico, sino una enfermedad bacteriana transmitida por pequeño insecto del grupo se los psílidos o saltadores de hoja que provoca el amarillamiento de las hojas de los árboles de los cítricos y culmina con la muerte de las plantas infectadas.

El insecto trasmisor se llama Diaphorina citri y es un saltador pequeño menor a un centímetro, de color café con manchas blancas que se alimenta del floema de los cítricos, su alimentación no es un problema en sí para las plantas, sin embargo es portador de una bacteria del grupo de Candidatus Liberibacter spp que al estar en contacto con la planta, la enferma. La bacteria al entrar al floema ocasiona que se tapen los vasos que conducen la savia y no permite que fluyan bien los nutrientes dentro de la planta, por lo que ocasiona un déficit de minerales en las hojas de los árboles, dando como resultado que las hojas de los árboles infectados presenten manchas amarillas. Cuando la enfermedad está avanzada, lo árboles presentan una floración a destiempo y los frutos se desarrollan en formas irregulares y coloraciones extrañas.

La enfermedad recibe el nombre de dragón amarillo porque tanto la bacteria como el insecto son originarios de China (de ahí lo de dragón) y amarillo porque las plantas se ponen amarillas. Esta enfermedad en China se le conoce como Huanglongbling (HLB) y todos los años causa pérdidas importantes en la producción de cítricos. En México se detectó por primera vez en 2002 en la península de Yucatán y desde entonces la Sagarpa y los estados productores han intentado frenar su dispersión y han tomado una serie de medidas fitosanitarias, que no han sido del todo exitosas pero que están frenando un poco la invasión.

Según la SAGARPA con cifras de 2012, México es el cuarto productor mundial de cítricos con 4.6% del total, en particular somos el cuarto productor de naranjas y el segundo productor de limas y limones. En términos de la superficie cultivada en el país, hay mas de medio millón de hectáreas en 23 estados y estiman que cerca de 69 mil familias dependen de esta actividad, con un valor superior a siete mil 100 millones de pesos, de tal manera que el dragón amarillo representa una seria amenaza económica y social para el país. Entre las medidas fitosanitarias que se están tomando para controlar el avance de la enfermedad, se realizan inspecciones y monitoreos regulares a las huertas de cítricos para detectar infecciones. En caso de detecciones se recomienda cambiar los árboles, lo cuál no es muy aceptado por los agricultores por obvias razones, sobre todo porque los árboles siguen produciendo por algunos años. También se han establecido zonas de cuarentena para impedir que se propague la enfermedad por mas entidades, esto no ha resultado muy efectivo pues hoy en día el dragón amarillo está presente en casi todo el país, aunque lo niveles de infección varían.

Además de los insecticidas habituales para controlar a los insectos, en México y en varios de los países afectados,  se están desarrollando programas de control biológico utilizando dos agentes. El primero es una avispa paraistoide llamada Tamarixia radiata que ataca exclusivamente a los juveniles de Diaphorina y que parece ser muy eficiente, la idea es producir muchas crías de esta avispa para liberarlas en las parcelas infectadas y reducir las poblaciones del saltadorcito que propaga la enfermedad entre los cítricos. En algunas localidades de Yucatán ya están empezando a utilizarla y a tener casos exitosos de disminución de la plaga. El segundo es un hongo que también es exclusivo de la Diaphorina y funcionaría de manera similar que la avispa, pero en lugar de liberar a las avispas, se asperjan las esporas del hongo esperando que infecten al insecto y también disminuyan sus poblaciones.

El problema del dragón amarillo no es exclusivo de México, según la FAO los países afectados en América son Brasil, EEUU, Belice, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua y República Dominicana así como varios países en África y Asia. La proliferación de plagas agrícolas cada día se vuelve mas común debido a las prácticas inadecuadas de manejo que en lugar de promover la diversidad de cultivos, implementan medidas que homogenizan el territorio. De tal manera que hectárea tras hectárea está cultivada de la misma especie o variedad de planta, promoviendo que las plagas puedan tener rienda suelta en su alimentación, no hay barreras y expanden sus poblaciones de manera exponencial. Además la utilización de insecticidas sin ton ni son, ha provocado que los depredadores naturales de insectos plaga desaparezcan, y al mismo tiempo que los insectos plaga desarrollen resistencia y por lo tanto, que cada año causen mas daño. Considero que estos signos de catástrofes en la agricultura nos deberían alertar sobre las desventajas del modelo de desarrollo que promueve la homogeneización en lugar de la diversidad.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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