Las abejas son un grupo de bichos que son considerados al mismo tiempo como nuestros amigos y enemigos: amigos por producir la maravillosa miel y polinizar una gran variedad de plantas y enemigos por las dolorosas picaduras que podemos experimentar cotidianamente. El grupo de abejas mieleras, sin embargo, es solamente uno de muchos tipos de abejas que existen y en realidad la mayoría de la abejas son solitarias, menos del 2% de las abejas del planeta tienen un comportamiento social, de las 30 mil especies descritas solamente 400 son sociales. En México tenemos una gran diversidad de abejas, se han reportado un total de 1,826 especies en particular en las zonas semiáridas.
Dentro del grupo de las abejas solitarias tenemos algunas muy curiosas conocidas como abejorros carpinteros. Son abejas grandes (2-5 cm.), de color negro o amarillo, muy peludas en el tórax y con pocos pelos en el abdomen. Estos abejorros también se alimentan del néctar y polen de las flores, pero aunque podamos observar varios individuos de la misma especie forrajeando en las flores de un mismo árbol, no están trabajando en equipo para proveer recursos a la colonia, sino que cada uno está trabajando para sí mismo o para sus crías.
Los abejorros carpinteros tienen la característica de anidar en pedazos de madera, la mayoría de las especies solamente sobre madera muerta mientras que otras también en troncos de árboles y arbustos vivos, de ahí su nombre. Existe una discusión sobre si los abejorros carpinteros se deben considerar como plaga, puesto que podrían debilitar las estructuras de las construcciones de madera cuando hay muchos nidos; sin embargo, no hay mucha evidencia al respecto, y se ha visto que cuando la madera está tratada o pintada no hacen sus galerías en ella, por lo que más que intentar acabar con ellos con insecticidas tóxicos que matan a un montón de insectos, hay que sellar o pintar la madera para construcción en lugares donde los abejorros carpinteros son abundantes.
Los abejorros pueden perforar la madera con ayuda de la vibración de su cabeza y de sus poderosas mandíbulas. Los agujeros funcionan como nidos para depositar sus huevecillos. Una vez perforados, la hembra deposita los huevecillos y junto a cada uno dejan una provisión de polen y néctar que servirá de alimento para la larva hasta que complete su etapa infantil. Cada celda es sellada con una tapita construida con una mezcla de madera y saliva de los padres que mantendrá protegida a la larva hasta que alcance la madurez. Generalmente la reproducción sucede durante la primavera y las hembras depositan los huevecillos poco tiempo después en las túneles perforados, mientras que los nuevos adultos saldrán de las galerías de madera a finales del otoño.
A pesar de que los abejorros carpinteros se alimentan de néctar y polen, a diferencia de las abejas mieleras no todos son considerados como buenos polinizadores, porque también algunos son expertos en hacer trampa, y frecuentemente perforan la corola de las flores por abajo y extraen el néctar sin hacer el servicio de polinización para las plantas. En el otro extremo están las plantas que dependen 100% de los abejorros carpinteros para llevar a cabo su reproducción, tal es el caso de algunas pasifloras. Dada la crisis de las abejas mieleras (ver entrada de 14/05/13), se ha comenzado a experimentar con abejorros carpinteros en algunos cultivos de invernadero como polinizadores para el melón con buenos resultados y también en Camerún se promueve la utilización de estos abejorros para la polinización de los cultivos de frijol.
En los abejorros carpinteros únicamente las hembras son las que presentan aguijones, pero no los utilizan para atacar a los humanos, solamente se han reportado accidentes cuando algún humano se empeña en molestar a la abejorra. Los abejorros machos son territoriales, por lo que si nos acercamos a su nido pueden volar hacia nosotros insistentemente para tratar de alejarnos, pero mas allá de la sensación desagradable de un insecto peludo revoloteando en nuestra cara, son inofensivos.
Recientemente, los abejorros carpinteros estuvieron en las noticias de ciencia porque investigadores de la universidad de New Hampshire (1), que estudian el origen y la diversificación de las abejas por medio de trabajos con ADN, encontraron que el grupo de los abejorros carpinteros (la subfamilia Xylocopinae) presentó una extinción masiva contemporánea a la desaparición de los dinosaurios a finales del Cretácico y principios del Terciario, hace 65 millones de años. Los estudios genéticos mostraron que solamente un grupo de pocas especies sobrevivió ese periodo y partir de ellas evolucionaron todas las abejas carpinteras que existen hoy en día, sin embargo antes de la extinción masiva había una gran diversidad de este grupo. Con la metodología que proponen estos autores se puede estudiar la historia evolutiva de grupos que no tienen buenos fósiles, como es el caso de muchos invertebrados.
(1) Rehan, S.M., Leys, R., Schwarz, M.P. 2013. First Evidence for a Massive Extinction Event Affecting Bees Close to the K-T Boundary. Plos-ONE http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0076683