El otro Tom, cinta que abre la conversación sobre en el diagnóstico y tratamiento Trastorno de Déficit de Atención, llega al circuito comercial e independiente de la Ciudad de México y al Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Tepoztlán, Tijuana, Puebla, Xalapa, Morelia, Querétaro y Cancún.
Ciudad de México, 29 de septiembre (SinEmbargo).– Con cinco nominaciones al Premio Ariel a Mejor Película, Guión Original, Edición y a Revelación Actoral por el trabajo de su protagonistas: Israel Rodríguez y Julia Chávez, la película El otro Tom, dirigida los uruguayos Rodrigo Plá y Laura Santullo, llega a salas de cine este jueves.
“Da mucho alegría siempre el hecho de que el trabajo de uno sea reconocido, y en el caso de la Academia en particular lo que implica es que seas reconocido por tus propios pares, por los colegas, por la gente que hace cine, eso siempre emociona porque de alguna manera es un reconocimiento de otros que están haciendo cine como tú, de que les ha gustado lo que estás proponiendo. La película siempre es la alegría más grande, el proceso, el haberlo hecho, no obstante, todo esto también como que agrega una alegría nueva, y en este caso además como coincide con su estreno en salas”, comenta Laura Santullo en entrevista con SinEmbargo.
El otro Tom cuenta la historia de Elena (Julia Chávez), una madre soltera que vive en El Paso, Texas, con su pequeño hijo Tom (Israel Rodríguez). La joven madre divide su tiempo entre ir trabajar y volver a casa para pasar tiempo con el niño que gran parte del día está sólo en casa viendo televisión después de volver la escuela.
La relación entre madre e hijo toma un vuelco después de que Elena recibe citatorios de la escuela de su hijo por mala conducta, por lo que decide llevarlo al médico y ahí, en una sola tarde, es diagnosticado con Trastorno de Déficit de Atención (TDA). Ahora ambos tienen que dar sus primeros pasos en un mundo desconocido y entre un mar de preguntas: ¿fue el diagnóstico?, ¿qué significa ese trastorno?, ¿qué hacer ahora?, ¿qué tratamiento es el adecuado?…
La idea de investigar y ahondar sobre enfermedades mentales fue motivada de la misma inquietud que tanto Laura como su esposo Rodrigo Plá tenían como padres.
“Lo hacemos con cautela, y sin embargo es inevitable también que coloquemos una cierta subjetividad sobre el tema, nosotros también tenemos un punto de vista. Procuramos encontrar el equilibrio, pero el detonador del diagnostico del niño es un poco un comportamiento errático, un poco en el salón de clases, una reacción a que lo tocan y golpea la mano de la maestra, pero es un estado de ánimo de la muestra que dispara una mirada a un niño problema”, señala Rodrigo Plá.
“Hizo un acto que no corresponde a ese niño, falta a la autoridad, se mete con el cuerpo del otro, aunque ella es la primera que lo toca, y eso empieza a generar un engranaje que ya no se puede detener, entran los médicos, psiquiatras, y ya ven su conducta como anormal. Pero tampoco pusimos algo que dijera ‘este niño es un niño con problemas mentales’, en realidad se comporta bastante parecido a los demás, tiene particularidades, tiene singularidades, y hay algo que le preocupa, nosotros lo instalamos un poco en ausencia del padre, entre otras cosas”, agrega.
Elena inicia una travesía con Tom, una llena de dudas, con una situación económica complicada en la que ella es el único sostén de su casa, la incomprensión institucional y social al trastorno de su hijo y una soledad emocional, pero la firme convicción de encontrar el mejor camino para él.
El guión de El otro Tom se fue gestando a la par de la novela homónima escrita por Laura Santullo, un proceso que describe diferente en cada uno, aunque ambos fueron apegados a una profunda investigación que escuchó de diferentes puntos de vista para desarrollar de la forma más responsable el tema del Trastorno de Déficit de Atención (TDA).
“Algunas ideas que son más literarias de inmediato teníamos que pensarlas en términos cinematográficos y eso implica aterrizar aquellas ideas en eventos mucho más concretos. Yo siento que esa es una de las grandes distancias que hay en el trabajo literario y en el trabajo cinematográfico, porque en el trabajo cinematográfico de alguna manera ya hay una aterrizaje de todos esos sucesos en cosas muy concretas, en eventos muy específicos, que nos van a revelar el alma de los personajes a través de lo que haces. En la literatura tú tiene otros elementos, tú puedes poner voces que cuentan lo que los personajes ansían, piensan y en cambio en el cine tienes que mostrar lo que ansían y piensan a través de sus actos”, apunta Santulllo.
Israel Rodríguez y Julia Chávez son actores naturales que ahora están nominados a mejor Revelación Actoral en la edición 64 de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC). La actuación de este tipo actores siempre se debe a una buena dirección, y al que en esta ocasión Rodrigo Plá atribuye a situaciones en paralelo y, por supuesto, al buen trabajo de cada uno.
“Cuando hacemos la búsqueda de quiénes interpretarán a ciertos personajes procuramos que su vida cotidiana no les quede tan lejano de lo que les sucede a los personajes”, explica.
Julia Chávez es madre soltera de tres hijos que intercala su tiempo como masajista y en un call center para solventar los gastos del hogar, mientras el menor, Israel Rodríguez, recibe educación en casa, un niño de pelo largo que en palabras de Plá “no se acomoda a las estructuras mas convencionales”.
“Hay muchas situaciones que le son cercanas, pero ojo, no basta, al fin de cuenta está nuestra historia y después con imaginación construyen, y en caso de Julia ella tenía esa capacidad”, indica el director, quien además explica que todo va acompañado de un proceso de análisis del guión y de montar situaciones a los actores para que improvisen y exploren en sus personajes.
El otro Tom llega al circuito comercial e independiente de la Ciudad de México y al Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Tepoztlán, Tijuana, Puebla, Xalapa, Morelia,Querétaro y Cancún.
“Uno lanza una botella al mar, una serie de ideas y otros lo retomarán. Nosotros no podemos saber del todo de qué manera se va a interpretar la película y ni queremos saber del todo. Siento que las películas deben tener una página en blanco para que las construya el otro, para que alguien más siga dibujando, uno dibuja como hasta la mitad de ella y luego, que los demás la sigan, por decirlo de alguna manera. Siento que es importante no establecer de antemano una película cerrada, con un mensaje cerrado, sino en todo caso una situación que le ocurra a la gente”, culmina Laura Santullo.