Fauna, película escrita, dirigida, editada y producida por Nicolás Pereda, está disponible en salas de cine. Un filme que cuenta dos historias que ilustran cómo la narcocultura se ha infiltrado en nuestra cotidianidad.
Ciudad de México, 29 de junio (SinEmbargo).– A la quietud de un pueblo minero en algún sitio al norte de México llegan Gabino (Lázaro Gabino Rodríguez) y Luisa (Luisa Pardo) para visitar a sus padres. Ambos hermanos desean pasar tiempo en familia, pero Luisa también aprovecha el viaje para presentar a su novio, Paco (Francisco Barreiro), un actor famoso por su participación en la serie de Narcos.
Apenas unos minutos después, la convivencia familiar comienza a llenarse tensiones, y como una válvula de escape, Gabino, inspirado en un libro que lee, imagina una realidad llena de misterio interpretada por su misma familia.
Fauna, del director Nicolás Pereda, es un filme que se divide en dos historias, una que nos relata lo cotidiano dentro de las relaciones familiares, y la otra, sobre un hombre en la búsqueda de otro sujeto sin razón aparente. Dos historias que se desarrollan bajo el velo de cómo la narcocultura se ha ido infiltrando en las vidas de la población.
“Lo primero que me interesó fue cuando estaba pensando sobre la representación de la violencia en México y cómo las series de televisión y el arte contemporáneo, narcocorridos y las películas de los últimos 10 o 15 años han formado como un idea de lo que es el narco en Mexico y como que había algo de eso que me parecía peculiar y peligroso”, señala Pereda en entrevista con SinEmbargo.
Influido por libros como Los cárteles no existen: Narcotráfico y cultura en México (2018) de Oswaldo Zavala, Fauna: Desplazamientos (2012) del uruguayo Mario Levrero y el filme Sonata de otoño (1978) de Ingmar Bergman, el director comenzó a escribir su guión desde diferentes elementos que lo inquietaban y lo invitaban adentrarse en ellos.
“La labor de escritura de Fauna más que de escritor era como de compilador, era como una especie de cómo utilizo todos estos elementos que me interesan que según yo están vinculados de alguna u otra manera, cómo hago para que se toquen, para que hablen entre sí, para que se generen ecos y en ese sentido fue un proceso distinto a lo que habitualmente se imaginó uno que es el proceso de escritura, que es ir pensado en una historia en la cabeza y la vas escribiendo, para mí eran como elementos muy concretos y ver como encajaban todos ellos”.
Alejándose de su discurso político, pero con el interés de explorar a través de distintas narraciones cómo se ha ido escabullendo en el imaginario colectivo la narcocultura dio cuenta en la complejidad de un tema que termina cayendo en peligrosos estereotipos.
“Mi preocupación principal es la idea de la manera en que se representa la violencia en México. Se reduce al narcotráfico una serie de personas que por más que sí existan, que son estos capos de las drogas, son un eslabón pequeño más de una complejidad de un narcotráfico que va mucho más de esos capos y de estas personas. Estas personas son parte de un mecanismo más grande en las que están involucrados el Estado, por supuesto, los militares, la policía, los gobernadores, los presidentes municipales, los duelos de industrias”.
“Uno empieza a ver que, claro, ese universo del crimen organizado está totalmente metido en la fabrica social, totalmente metido en el Estado, y separarlo de esa manera como se suele hacer en la películas y darles el crimen organizado a estas personas con sombrero y con botas y grandes personalidades genera una posición muy cómoda para el Estado también porque entonces el Estado no se vuelve complice sino también se vuelve medio inepto, pero es mucho peor decirle al Estado que es un complice a que es el Estado te diga ‘no, no es que sea complice, sino que son muy fuertes para nosotros. Tienen mucho poder'”, agrega.
EL CINE DE NICOLÁS PEREDA
El filmografía de Nicolás Pereda se extiende a más de un a docena de películas que van desde la ficción, el documental y los cortometrajes en los que se ha visto interesado por mostrar sociedad de México desde su cotidiano explorando la cultura y las relaciones humanas.
Entre los filmes del director destacan cintas como ¿Dónde están sus historias? (2007), Juntos (2009), (2009), Todo, en fin, el silencio lo ocupaba (2010), El verano de Goliat (2010) y Los mejores temas (2012). Cintas formadas desde narraciones fracturadas.
“La manera en la que yo pienso el cine no se basa como a partir de la narración de una historia, no es que lo rechace sino simplemente no está dentro de mí, no es lo que me entusiasma ni cuando veo películas ni cuando las pienso, incluso hoy me cuesta trabajo seguir las narrativas en muchas películas y es lo que menos me interesa y cuando pienso en las películas que me encantan, no me acuerdo ni de qué van, me acuerdo del momento, de situaciones concretas, pero no me acuerdo de la historia, qué les pasaba eso a mí es algo con lo que conecto mucho menos y sin embargo, me interesa mucho el presente y me gusta mucho como poder entender todas las cosas de una situación y que aún así me parezcan extrañas o me generen cierta extrañeza en ese sentido la repetición me encanta porque es como ver todo tal y como lo entiendo, la repetición con variación, entonces es todo como lo entiendo pero con algo de extrañeza. Eso es tanto como me gusta ver como lo que gusta hacer, siento que hay algo de ese universo que es bastante como primario”.
En director habla sobre el recurso de la repetición que aparece en sus películas como colaboraciones en las que insiste trabajar con actores como Teresita Sánchez, Lázaro Gabino Rodríguez, Francisco Barreiro o José Rodríguez López.
“Hay algo de la petición que tiene que ver con la naturaleza que es como eso, como el mundo: las olas del mar, la Tierra girando alrededor del Sol, las flores crecer y caer y cada año como renovarse, el paisaje siempre están cambiando pero siempre es el mismo. Hay algo como muy primordial en torno a la repetición que me interesa y al mismo tiempo es algo muy paradójico porque la repetición es por un lado completamente ligada a lo más orgánico y más natural y por otro genera una extrañeza radical, entonces hay algo que me gusta de esta paradoja, debería ser muy humano, porque los humanos vivimos en una contante repetición, pero al mismo tiempo cuando lo vemos nos parece rarísimo”.
El cine de Nicolás Pereda ha sido parte de 30 retrospectivas en todo el mundo y ha estado presente en los grandes encuentros de cine como los festivales de Cannes, Berlín, Venecia, Locarno y Toronto.
Fauna, película que fue escrita, dirigida, editada y producida por él mismo, esta disponible en salas independientes y de comerciales de la Ciudad de México, y en algunos complejos de 12 ciudades del interior de la República.