De acuerdo con el estudio, los niveles altos de la proteína apoCIII se relacionan con enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
Madrid, 29 de abril (Europa Press).- La ingesta de una dieta alta en grasas conduce a un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e hígado graso. Un estudio en ratones del Instituto Karolinska, en Suecia, ha demostrado que es posible eliminar los efectos nocivos de una dieta alta en grasas reduciendo los niveles de apolipoproteína CIII (apoCIII), un regulador clave del metabolismo de los lípidos, según publican sus autores en la revista Science Advances.
Los niveles elevados de la proteína apoCIII están relacionados con enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Investigadores del Centro de Investigación Rolf Luft, del Instituto Karolinska, habían demostrado previamente que la apoCIII aumenta en la parte del páncreas que secreta hormonas, los islotes de Langerhans, en paralelo con el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes.
Los mismos investigadores han estudiado ahora dos grupos de ratones que fueron alimentados con una dieta alta en grasas desde las ocho semanas de edad, y un grupo de control de ratones con una dieta normal. Uno de los grupos con una dieta alta en grasas recibió la llamada terapia antisentido (ASO) después de 10 semanas de dieta para disminuir los niveles de apoCIII, y el otro grupo ya había sido tratado con ASO desde el principio evitando así un aumento de apoCIII.
Lowering apolipoprotein CIII protects against high-fat diet–induced metabolic derangements |
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“Después de un periodo de 10 semanas, todos los ratones del primer grupo eran obesos, resistentes a la insulina y tenían esteatosis hepática. Sin embargo, después del tratamiento con ASO, aún estando en la dieta alta en grasas, hubo una normalización del metabolismo de la glucosa, el peso y morfología hepática”, destaca Ismael Valladolid-Acebes, profesor asistente del Departamento de Medicina y Cirugía Molecular del Instituto Karolinska y primer autor del estudio.
En el grupo que fue tratado con ASO directamente desde el principio, se evitó el desarrollo de trastornos metabólicos y los animales tenían la misma composición corporal y metabolismo que los ratones de control con una dieta normal.
Los mecanismos subyacentes a los efectos del tratamiento reductor de la apoCIII implican un aumento de la actividad de la enzima lipasa y una captación de lípidos mediada por receptores en el hígado. Los ácidos grasos se transfirieron por oxidación de ácidos grasos al proceso bioquímico en el hígado llamado vía cetogénica y luego se convirtieron en cetonas que se utilizaron para la producción de calor en el tejido adiposo marrón.
“Por lo tanto, pudimos demostrar que una reducción de los niveles de apoCIII, a pesar de la ingesta continua de una dieta alta en grasas, no sólo protege contra los trastornos metabólicos nocivos inducidos por las grasas, sino que también los revierte al promover una mayor sensibilidad a la insulina”, añade Lisa Juntti-Berggren, profesora del Departamento de Medicina y Cirugía Molecular, del Instituto Karolinska y autor principal del estudio.