AMLOVE

28/11/2011 - 12:02 am

Andrés Manuel López Obrador se está tratando de reinventar. Está buscando que le dejen de ver como hombre belicoso. Es una apuesta riesgosa porque si no lo hace, no va a lograr ganar los votos que no tiene, y si lo hace sus fervorosas huestes pueden verlo bajo otra dinámica la cual podrían no compartir. Lo que es un hecho es que ha logrado en pocas semanas colocarse de nuevo como centro de atención.

Para que lo veamos diferente ha entrado en lo que en la redes sociales ya bautizaron como “AMLOVE”.  Detrás de estas palabras hay evidentemente una alta dosis de sarcasmo e ironía. Sin embargo, la forma en que se esta conduciendo le esta redituando por lo pronto más puntos a favor que en contra. Dice el maestro de la UAMX Mauricio Andión, especialista en lenguaje y comunicación, que la apuesta es riesgosa porque “López Obrador quiere que no lo vean como se le ha visto”. Podemos estar, dice Andión, ante una estrategia coyuntural que llegado el momento desparezca tal como llego.

Los riesgos también van de la mano del uso del lenguaje. No es casual que también en las redes sociales algunos digan que parece un “pastor cristiano”. El encuentro con Televisa se vio forzado. Cuando le extendió la mano a López Dóriga pareció una escena fingida, no creíble. Se vio más como un acto de campaña de conveniencias mutuas. La sonrisa del conductor del noticiario, en términos de análisis de la imagen, lo dijo todo.

Independientemente de lo que termine por pasar de aquí al primero de julio del 2012, López Obrador ya está donde quería estar. Las diferencias con el escenario de hace 6 años son muchas y para decirlo con claridad no se ve “indestructible”. No tiene sólo como adversario al Presidente y su partido, tiene al PRI el cual para la sociedad mexicana se ha convertido en una “opción” a pesar de que en lo general se le aplique aquello de que sigue “siendo el mismo”.

La estrategia de López Obrador es verse y hacerse sentir ante los electores como una opción realmente diferente. En términos de la política y la economía no se alcanzan a ver diferencias marcadas entre los suspirantes; sin embargo, en el uso del lenguaje y la actitud el tabasqueño lo está logrando. El uso de palabras como “amor”, “bondad”, “buenos y malos” y demás podrá ser visto con ironía, pero es un hecho que la gente encuentra en AMLO algo diferente de los otros y la otra suspirante.

A diferencia de hace 6 años, López Obrador está lejos, pero más allá de que triunfe o no en las elecciones llama la atención el uso de su lenguaje que si por algo se distingue es por ser altamente maniqueo; ¿qué es lo “bueno”, lo “malo”, los “buenos” y eso de la “República del Amor”?

López Obrador se ve efectivamente diferente, lo que habrá que ver es si esto es suficiente para alcanzar particularmente a Peña Nieto. Por lo pronto anda en etapa de reconciliación, a ver cuanto le dura y a ver si los que le toman distancia le creen.

Javier Solórzano
Es periodista. Conductor de radio y televisión.
en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas