Bill Sharman, leyenda de los Celtics y Lakers, fallece a los 87 años tras cinco décadas en la NBA

28/10/2013 - 12:00 am
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Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- Una de las rivalidades más apasionadas en los deportes, se vive dentro del mejor basquetbol del mundo. Dos ciudades se paralizan mientras dos equipos defienden su propia ideología. Los Ángeles Lakers son el corazón de una ciudad viva que palpita al ritmo de celebridad. El centro de un estado tan grande como California en extensión y emociones. Los Celtics de Boston, son el orgullo de una ciudad tradicional que tiene como eje a sus equipos deportivos para consumar los deseos pasionales. Con el trébol como simbolismo, el éxito de la franquicia no ha sido solo cuestión de suerte.

En el recuerdo están los años 80 cuando Larry Bird y Magic Johnson pusieron los cimientos del espectáculo que hoy en día es la NBA. Dos combatientes que defendían con el orgullo por delante, se hicieron amigos gracias a Converse. La marca de tenis los junto para hacer un comercial para el recuerdo. A partir de ese día, un ejemplo de deportividad se veía en cada ocasión que se enfrentaban. Amigos afuera, adentro de la duela, una rivalidad homenajeaba al mejor basquetbol del planeta. Ser Celtic te convertía en antilaker y viceversa. A esta regla, hubo una excepción que llegó al salón de la fama. Este fin de semana, una muerte unió a las dos rivalidades para guardar juntos respeto.

Bill Sharman murió a los 87 años en su casa de Redondo Beach. “Fue sin duda, uno de los mejores seres humanos que conocí en mi vida, como competidor y como amigo”, declaró Jerry West, figura angelina que jugó para él y trabajo dentro de la organización de los Lakers. Bill defendió con toda su habilidad, la causa de los Celtics, para después entrenar a la casa de Magic. Un atrevimiento que solo le fue permitido a un hombre con una integridad única. La rivalidad se hizo a un lado, para recibir la ideas de un baluarte hecho basquetbolista.

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Ganó cuatro títulos de la NBA en once años de carrera, una estadística a la altura de todo aquel que sea considerado una leyenda. Fue considerado como uno de los mejores tiradores de su era. Después de su periplo en Boston, pasó 40 años en Los Ángeles con la organización de los Lakers primero como entrenador, y después como ejecutivo. Un tipo apasionado por el juego, libre de prejuicios de organizaciones o de rivalidades llevadas al extremo. Entregado para intentar poner su granito de arena, colaboro con su conocimiento para seguir haciendo de los Lakers la gran tradición que es.

En su primer año, ganó la liga con una racha de 33 victorias consecutivas. Nació el 25 de mayo de 1926, en un suelo apasionado como Texas. Como los grandes atletas, llamó la atención de otra disciplina como el béisbol siendo elegido por los Dodgers de Brooklyn en 1950, pero el basquetbol lo reclamaría primero en Washington y después en Boston. Con los Celtics, sería ocho veces jugador en el juego de estrellas. Sherman construyó un legado bajo el trébol verde del mítico Garden. Fueron más de cinco décadas entregado a la NBA, en dos de las franquicias más grandes de la mejor liga del mundo.

Electo para el Salón de la Fama de Naismith en 1976 como jugador y en 2004 como entrenador. Es junto a John Wooden y Lenny Wilkins los únicos con esa doble distinción. Un derrame cerebral puso final a una vida que estuvo entregada al basquetbol. “Puedo asegurar que se pueden encontrar muy pocos personas como él en este mundo”, declaró un triste West al despedir a un rival, que se convirtió en un amigo. A un día del inicio de una nueva temporada de la NBA, la liga tiene un motivo para dedicar un sinfín número de juegos.

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