Author image

Gabriel Sosa Plata

28/07/2015 - 12:00 am

Laura Bozzo, niñez y adolescencia

A Darío Ramírez, incansable defensor de la libertad de expresión. Y aquí estamos, otra vez, en un nuevo debate en torno de Laura Bozzo y su polémico programa de televisión en Televisa, pero ahora bajo una situación distinta: el nuevo marco legal. Veamos. La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, publicada […]

A Darío Ramírez, incansable defensor de la libertad de expresión.

Y aquí estamos, otra vez, en un nuevo debate en torno de Laura Bozzo y su polémico programa de televisión en Televisa, pero ahora bajo una situación distinta: el nuevo marco legal.

Veamos. La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, publicada apenas el pasado el 4 de diciembre de 2014, prevé diversas disposiciones que se relacionan con los medios de comunicación. Uno de los capítulos de esta ley se refiere al “derecho a la intimidad”, que de aplicarse al pie de la letra obligaría a los concesionarios a ya no explotar a los niños y adolescentes en shows como el de Laura Bozzo. Dice el artículo 76:

“Niñas, niños y adolescentes no podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia; tampoco de divulgaciones o difusiones ilícitas de información o datos personales, incluyendo aquélla que tenga carácter informativo a la opinión pública o de noticia que permita identificarlos y que atenten contra su honra, imagen o reputación”.

Más adelante, el artículo 77 establece:

“Se considerará violación a la intimidad de niñas, niños o adolescentes cualquier manejo directo de su imagen, nombre, datos personales o referencias que permitan su identificación en los medios de comunicación que cuenten con concesión para prestar el servicio de radiodifusión y telecomunicaciones, así como medios impresos, o en medios electrónicos de los que tenga control el concesionario o medio impreso del que se trate, que menoscabe su honra o reputación, sea contrario a sus derechos o que los ponga en riesgo, conforme al principio de interés superior de la niñez”.

Otro artículo más, el 79, dice que niñas, niños y adolescentes, que sean víctimas, ofendidos, testigos o estén relacionados de cualquier manera en la comisión de un delito tendrán la protección de su identidad e intimidad “a fin de evitar su identificación pública”. Y agrega: “La misma protección se otorgará a adolescentes a quienes se les atribuya la realización o participación en un delito”.

Como lo argumentó la diputada Verónica Juárez Piña, promotora del punto de acuerdo que desató esta nueva polémica en torno de Bozzo, su programa ha utilizado a un “número elevado de niñas y niños que son expuestos a que sean denigrados, agraviados y revictimizados”, lo que es contrario a la ley.

*

Por supuesto hay razones para analizar seriamente el programa de Bozzo y actuar a la luz de la nueva ley sobre derechos de la niñez y los adolescentes, no sólo por parte de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) de la Secretaría de Gobernación, sino también del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Con base en el artículo 15 de la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de julio de 2014), el IFT tiene la atribución siguiente:

“Supervisar que la programación dirigida a la población infantil respete los valores y principios a que se refiere el artículo 3o. de la Constitución, las normas en materia de salud y los lineamientos establecidos en esta Ley que regulan la publicidad pautada en la programación destinada al público infantil, con base en las disposiciones reglamentarias emitidas por las autoridades competentes”.

En la misma ley, el artículo 226 establece diversas obligaciones que los concesionarios de radio y televisión deberán acatar en su programación para la niñez y que corresponde al IFT supervisar, por ejemplo, “evitar transmisiones contrarias a los principios de paz, no discriminación y de respeto a la dignidad de todas las personas”, así como de “contenidos que estimulen o hagan apología de la violencia”, esto es, todo lo contrario a lo que se hace con cierta regularidad en programas como el de Laura Bozzo y que se transmiten en horarios infantiles.

Para hacer cumplir la ley, el IFT tiene un arma poderosa: previo apercibimiento al concesionario, “ordenar la suspensión precautoria de las transmisiones que violen las normas previstas” en programación y publicidad destinadas a la niñez.

Pero es un “arma” de aplicación momentánea, ya que la facultad para sancionar programas como el de Laura está en manos de RTC de la Secretaría de Gobernación, mientras que en publicidad sobre productos y servicios relacionados con la salud a la Secretaría de Salud.

*

Niños y adolescentes son tema frecuente en el programa de Bozzo, pero también son audiencia cautiva.

En febrero de 2015, el IFT publicó un estudio sobre oferta y consumo de programación para público infantil en radio, televisión radiodifundida y televisión restringida, en el que se encontró que el canal más visto por la niñez en la televisión abierta es el canal 5 y luego el canal 2, pese a que el Canal de las Estrellas tiene únicamente un programa, el de Chabelo, con contenido dirigido al público infantil.

Al verse primordialmente los canales 5 y 2, niñas y niños estén expuestos, en primer lugar, a las telenovelas, en segundo lugar a los reality shows (o sea Laura y otros similares) y en tercer lugar a los dramatizados unitarios (La Rosa de Guadalupe y más). En cuarto sitio están las caricaturas y en quinto, otro género no destinado específicamente para ellos, los programas de concurso.

En promedio, durante 2014, niños y niñas pasaron frente a la televisión un promedio de 4 horas con 34 minutos. Y el tiempo frente a la pantalla crece, pese a una mayor oferta de tecnologías a disposición de la población infantil. De 2006 a 2014 la permanencia frente al televisor se ha incrementado 24 minutos. Este tiempo coloca a México entre los países donde más se ve televisión.

Otro dato importante: no todos los niños ven la televisión, lo hace un promedio de 13%, pero a lo largo del día, sobre todo entre las 7 y 10 de la noche, alcanza hasta un 27%.

De acuerdo con el IFT, la falta de opciones de programación infantil en la televisión es una de las razones por las que en México se presentan fenómenos de audiencia como los referidos, con Laura Bozzo incluida.

*

La nueva regulación en telecomunicaciones y radiodifusión incluyó la obligación de los concesionarios de radio y televisión abiertas de tener la figura de la defensoría de las audiencias, con el fin de hacer valer los derechos de las audiencias.

Como audiencia, las niñas y los niños tienen derecho a recibir programas que fortalezcan los valores éticos y culturales, sin apología de la violencia, que estimulen su creatividad, que promuevan el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, a que se proteja la identidad de las víctimas de delito sexuales, entre otros.

Televisa aún no cuenta con una defensora o defensor de las audiencias al cual recurran los niños, sus padres o tutores por programas como el de Laura Bozzo, pero pronto lo habrá, una vez que sean aprobados los lineamientos sobre derechos de las audiencias, que actualmente están en consulta en el IFT. Es probable en septiembre entren en vigencia estos lineamientos.

Las defensorías son un instrumento de radioescuchas y televidentes para hacer valer sus  derechos como audiencias, independientemente de la responsabilidad legal que tienen la Secretaría de Gobernación y el IFT para actuar de oficio o a petición de parte en supervisión de contenidos en radio y televisión y tomar acciones administrativas en caso de incumplimientos a la legislación.

Lo que hizo la diputada Juárez Piña fue recordarles su obligación ante lo evidente: un programa cuestionado por la calidad de sus contenidos, en el que muchas veces no ha funcionado la ética, ni la autorregulación, ni la existencia de una ley con límites claros. Sería muy útil conocer la posición de la Subsecretaría de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación y las acciones que ha tomado en programas como el de Laura Bozzo.

*

El programa de Laura es sólo un ejemplo de un modelo de televisión que ha buscado el rating y la rentabilidad a toda costa, sin importar las elementales normas éticas y legales. Por eso, como dije en Twitter, la solución no se encuentra en expulsar de México a Laura Bozzo y suprimir su programa, porque luego vendrán más Lauras, con contenidos similares o peores.

El problema está en la escasa competencia en televisión y de opciones televisivas de información y entretenimiento para la niñez, en la poca cultura mediática entre la población adulta e infantil, en la falta de estímulo a la producción independiente destinada a los niños y adolescentes, en la casi nula autocrítica y autorregulación de muchos medios de comunicación, en el apoyo de anunciantes a la llamada televisión chatarra y, claro, en la constante inobservancia de la ley. El problema, pues, es estructural, pero estamos en un escenario, en el que las audiencias podemos asumir una posición más participativa y reclamar por diferentes vías nuestros derechos.

*

Por cierto, échele un vistazo al proyecto de lineamientos sobre los derechos de las audiencias y participe. El periodo de consulta es del 3 al 24 de agosto. Aquí en enlace.

Y a propósito de la niñez, en el Centro Cultural Futurama (Otavalo No. 7, Col. Lindavista), se lleva a cabo el Tercer Festival Apantallados, dirigido a niñas y niños de entre 6 y 12 años, para que participen en talleres gratuitos, exposiciones interactivas y realización de producciones audiovisuales, bajo la temática de los derechos de la infancia respecto a internet. Las actividades terminan el 9 de agosto.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas