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Adrián López Ortiz

28/04/2016 - 12:00 am

Sistema Nacional Anticorrupción: cambiar el motor

Esto no es un articulo, es una invitación.

Juan Pardinas. Foto: Especial
Juan Pardinas. Foto: Especial

Esto no es un articulo, es una invitación.

Una invitación al oportunismo. Una invitación para aprovechar como ciudadanos la coyuntura política.

“La impunidad es el motor de la corrupción”, dijo Juan Pardinas desde Culiacán en el evento #VePorSinaloa organizado por el periódico Noroeste.

“Los incentivos funcionan, y el mayor incentivo institucional a la corrupción en México es la impunidad, y por ahí tenemos que atacarlo y por ahí lo tenemos que enfrentar”.

La corrupción -dijo Juan, frena el desarrollo, derrota el emprendimiento, disminuye la productividad, favorece el rentismo e inhibe la inversión, genera desencanto con la democracia, debilita las instituciones y fomenta el clientelismo, además, daña la credibilidad de nuestras autoridades.

Todo esto precisamente porque estamos en un momento definitorio de la discusión sobre el Sistema Nacional Anticorrupción en el Senado de la República, donde organizaciones de la sociedad civil como el IMCO, Transparencia Mexicana y la Coparmex han insistido fuertemente en dotar de facultades reales a las instituciones encargadas de combatir la corrupción.

Ayer, la Coparmex se pronunció con firmeza en la Ciudad de México y desde todas las oficinas regionales para exigir a los partidos políticos verdaderas muestras de avance en el proceso legislativo pendiente.

Gustavo de Hoyos, el presidente Nacional, declaró: “Lo que hemos planteado es nuestra exigencia para que el Sistema esté completo, es decir, con las siete leyes que lo integran. No nos basta con una sola ley, es un Sistema integral, es un rompecabezas que incompleto no nos da lo que queremos: un País sin corrupción”.

El mismo Eduardo Bohórquez, de Transparencia Mexicana, afirmó en Twitter: “Las organizaciones civiles no legislan, ni negocian, ni toman partido; proponen iniciativas, tienen posturas técnicas y exigen #3de3”.

No pudo expresarlo mejor. Lo que se discute en el senado sobre el combate a la corrupción corre en dos vías simultáneas: la política y la técnica.

Mientras que las organizaciones de la sociedad civil han propuesto, vía la Ley 3de3, una iniciativa con la aspiración técnica de desactivar los incentivos de la corrupción y sancionar con rigor a quienes cometan este delito, nuestros partidos políticos juegan al estira y afloja para suavizar la propuesta o de plano postergarla.

Por eso es pertinente y preciso el reclamo de los empresarios a no posponer la discusión, sino a llegar a acuerdos concluyentes en esta oportunidad.

El momento es histórico. Es justamente una de esas ocasiones en que nuestra clase política tiene la oportunidad de mostrar con quien tiene sus compromisos y cuáles intereses quieren proteger.

Las voces de la ciudadanía están allí: con legitimidad, conocimiento de causa y apertura para el diálogo han “acompañado” el proceso pero no están dispuestas a simular. Espero que nuestros senadores estén a la altura.

Honestamente no me importa si les gusta o no que los ciudadanos exijan participar en la conversación sobre uno de nuestros problemas más graves. ¡Están obligados a hacerlo en su carácter de representantes públicos!

No podemos ser ingenuos y esperar que los senadores actúen en beneficio de los ciudadanos por pura convicción. La “voluntad política” puede ser una falacia, pero no puede serlo nuestra voluntad ciudadana.

Los ciudadanos también podemos apoyar exigiéndole a nuestros senadores que voten la Ley 3de3 desde nuestros estados. No olvidemos que la presión pública no es una quimera: ¡funciona!

Hoy te invito a usar tu voz, tus redes sociales, tu Facebook y tu Twitter para no dejar solos a esos ciudadanos que participan directamente en la discusión sobre el Sistema Nacional Anticorrupción.

Si los senadores no están dispuestos a eliminar la impunidad y cambiar el motor de la corrupción en México, los ciudadanos sí podemos estarlo recordándoles recio y quedito para quienes trabajan.

¿Aceptas?

Adrián López Ortiz
Es ingeniero y maestro en estudios humanísticos con concentración en ética aplicada. Es autor de “Un país sin Paz” y “Ensayo de una provocación “, así como coautor de “La cultura en Sinaloa: narrativas de lo social y la violencia”. Imparte clase de ética y ciudadanía en el Tec de Monterrey, y desde 2012 es Director General de Periódicos Noroeste en Sinaloa.

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