Llorar de tristeza o gritar de coraje

28/03/2015 - 12:04 am

6 meses y dos días han pasado desde la desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Iguala. No hay resultados claros para la ciudadanía, menos aún para los familiares de las víctimas. Es la táctica de alargar una solución para que el tiempo borre el recuerdo del problema. Sin embargo, la frase pervive: “Fue el estado”.

Durante el foro “Sociedad Responde”, Javier Hernández Valencia, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ONU) en México, habló sin aderezos sobre el tema dirigiéndose a la sociedad civil, a todos nosotros: “No asuman una postura desde la victimización, no esperen el rayo de la tragedia para actuar.”

La teoría de que una sociedad que tiene miedo, como el que provocan los rumbos erráticos del país o la incertidumbre sobre su futuro, o está hundida en una crisis -adivine en qué país estoy pensando-, no quiere cambiar el rumbo, por malo que lo vea. Teme que cualquier alternativa sea peor, algo así como “más vale malo por conocido,…”. Hernández Valencia mencionó que en esta situación estaba España hace seis años, “:..cuando se vivía una gran crisis: eligieron a los mismos partidos” que los habían llevado a esa situación. ¿Será por eso que…? (dudas que le entran a uno).

Los 22 civiles asesinados por militares en Tlatlaya, los 43 normalistas de Ayotzinapa y la casa blanca de Angélica Rivera constituyen tres hechos cuya repercusión internacional desacreditó sensiblemente al estado mexicano. Los hechos son de escándalo, pero el mayor daño ha sido el causado por el manejo que dio la clase gubernamental a estas vergüenzas. Hoy los ojos del mundo ven a México atado a un destino de violencia, anarquía gubernamental, tortura generalizada, corrupción e impunidad. ¿Hasta cuándo?

Jaqueline Peschard Mariscal, otrora Comisionada Presidenta del IFAI, fue gentil al recurrir a la balanza: dijo que, aunque ha habido avances, todavía hay “huecos”; se refería a la utilización de programas de alivio de la pobreza con fines electorales. Habló bien: está convencida de que la sociedad debe tomar acciones, en el sentido político: “…echar mano de cuanto canal podamos para hacer oír nuestras demandas y que nuestra voz influya en quienes tienen a su cargo la toma de decisiones sociales.”

A estas alturas se ve difícil encontrar canales, fuera de las redes sociales. El reporte de Sergio Rincón (sinembargo.mx) recoge el enérgico llamado de la Doctora en Ciencias Políticas: “Debemos dejar el facilísimo, debemos buscar otras tareas, porque si nuestra única tarea es el “Like”, perdimos el norte (…) Hagamos las cosas que nuestras herramientas, nuestra formación, nuestra vocación y las vías públicas nos permiten.”

Es una invitación que cimbra, que levanta de la silla, que nos hace levantar la vista del iPhone. Es inútil esperar que llegue quien nos salve; todos los líderes han estado apoyados en la gente. Cuando no tienen el apoyo del pueblo, cuando cierran los canales de información y se gobierna con impunidad, el único héroe posible es la sociedad a nivel banqueta.

La situación ya urge a la acción, ya no está como para seguir como estamos, sin saber si llorar de tristeza o gritar de coraje.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas