La Izquierda Ingrata

28/03/2013 - 12:00 am

Piezas para armar la desesperanza:

– Se autoriza el incremento del costo del trasporte público en el DF desde el 1 de abril.

– Aparece un protocolo de actuación policial de la SSP del DF para el “control de multitudes”.

– No habrá más playas artificiales.

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La izquierda y derecha unidas jamás serán vencidas
Nicanor Parra

¿Que izquierda tenemos?

-Tenemos a la “izquierda” peñista, que suscribe el pacto, es cooperativa y navega hacia donde sopla el viento. Su avatar es Jesús Zambrano, actual Presidente Nacional del PRD. Al interior del partido, opera desde la corriente Nueva Izquierda –mejor conocida como “Los Chuchos”, en tributo al anticarismático Jesús Ortega– y es dominante. Su compromiso ideológico es grado cero, en tanto se vale de un sermón aburrido y lleno de lugares comunes. Esta izquierda es la más persuasiva, porque tras conocerla, uno se convence sobre que no tiene sentido involucrarse en política institucional.

-Tenemos a la “izquierda” en el Gobierno del DF. Es la que está actuando al dedillo como la derecha, pero bajo un formato progresista de postín. Eso pasa cuando se impulsan liderazgos sin trayectoria de lucha ni formación política. Es un estilo de gobernar pragmático, gerencial y sin sensibilidad social. Se preocupa por votos a conseguir mediante la réplica del modelo priista. No soy el único que como activista político y como joven, pero sobre todo en la búsqueda de una verdadera opción política de cambio, me revuelco en un ataque de risa loca cuando afirman que éste gobierno es de izquierda.

-Tenemos a la “izquierda” movimientista. Su figura por excelencia es AMLO y se articula desde una militancia que se identifica profundamente con su líder. A todos los que se preguntan qué ha sido de él, deben considerar que tiene la cualidad de llegar en el momento preciso, a saber: volverá en la próxima legislatura, cuando se traten la reforma fiscal y la energética. Como su nombre lo indica, esa izquierda crea capital político mediante acciones –en el caso, de resistencia pacífica– y se cohesiona en torno a la personalidad carismática de su caudillo.

-Siempre hay izquierda fuera de las instituciones. Su punto de partida es un cuerpo de ideas que han inspirado desde el cubículo estudiantil hasta proyectos insurgentes, pasando por todos los matices en la voluntad de cambio y los métodos de lucha. Esa izquierda ha dado brújula a los movimientos sociales de transformación radical y es la matriz ideológica en procesos de liberación y emancipación –que no son lo mismo– a lo largo de nuestra historia. Sistemáticamente se mantiene fuera de las vías liberales de acceso y ejercicio del poder y se robustece captando a generaciones de desencantados, que se suman a las filas de la “deserción democrática”. Si bien existen diferencias muy agrandes entre los que han aterrizado en ésta categoría, el objetivo no es hacer una taxonomía, sino trazar grandes categorías para un ejercicio analítico.

Así las cosas, yo no soy de izquierda ni de derecha: soy de abajo y soy de mí.

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“Romper vitrinas para combatir injusticias es un problema táctico. Romper cabezas para defenderlas es un problema moral
Óscar de Pablo

En lo que respecta al Protocolo de Actuación Policial para el Control de Multitudes, considero que es uno de los efectos del PRImero de diciembre, porque tras el evento, la presión sobre el nuevo Jefe de Gobierno por parte de los poderes y empresas afectados tiene que hacerse notar –lo cuestionable es que ceda a ellas– bajo la forma de “garantías”. Además, teniendo en puerta la reforma fiscal y energética, el DF será punto de encuentro y arribo de la resistencia, por lo que tiene claras vistas en ello.

El documento se desglosa en capítulos: la Conducción de Multitudes, el Resguardo de Instalaciones, Contención de Multitudes, Restablecimiento del Orden Público y Liberación de Vialidades. Se especifican técnicas y tácticas para la cobertura en marchas y mítines, la dispersión de “multitudes violentas”, así como la neutralización de “personas agresivas”, entre otras cosas. La novedad es el uso de armas incapacitantes no letales, como “sustancias irritantes en aerosol” para el restablecimiento del orden público, en el marco de una escala de operación que va de la disuasión verbal hasta el uso de armas de fuego letales –bajo principios de legalidad, racionalidad, congruencia, oportunidad y proporcionalidad– cuando “no es posible disuadir la acción violenta en que incurre la multitud”. Se ofrece respeto a los derechos humanos, pero sin duda conduce a una zona frontera, donde aumenta la capacidad de abuso de las autoridades. De preocupar también es la identificación a las personas con actitud agresiva, que serán “neutralizadas”. Con las experiencias que tenemos a cuestas, ¿no es posible usar este planteo para capturar a personas específicas, así como para crear situaciones de conflicto mediante la cooperación entre infiltrados y policía, como el PRImero de diciembre? Por eso, debe quedar claro que durante una manifestación pacífica, es responsabilidad del contingente el control de las personas que en él participan, no de la policía ni de un agente externo.

En sentido general, lo que debemos tener claro es que el régimen se desplaza a la concentración de poderes y facultades formales e informales, que pueden conducir a desenlaces autoritarios, implementados para obtener los consensos que no puede agenciarse mediante las vías democráticas. Habrá que recordarles que protestar es un derecho y reprimir es un delito.

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Respecto al incremento de las tarifas de transporte público, son producto de los gasolinazos –aumentos graduales y aparentemente discretos de los costos de la gasolina– ante los que la población se insensibiliza, pero que eventualmente conducen a situaciones de insostenibilidad que culminan en alzas de los precios. El problema es que el gobierno no intervenga mediante subsidios para que el aumento no sobrevenga, afectando a los sectores más desfavorecidos, que respecto a su ingreso real pierden mayor capacidad adquisitiva.

Por otra parte, es fundamental racionalizar el uso de recursos como el agua, pero disminuir las instancias de esparcimiento que habían tenido un efecto positivo, como las Playas Artificiales, parece más plena ignorancia de sus efectos positivos que una acción eficiente en torno a una dinámica de ahorro y eficientación de su consumo. Como distractor, elevaba el índice de desarrollo humano de la ciudad y era una alternativa para franjas de la población que no pueden granjearse una salida a las costas del país.

Habrá que aceptar que mientras que las decisiones que tomen nuestros gobernantes no les afecten, seguirán ejerciendo el poder sin sensibilidad ni en favor de las mayorías. Con los mecanismos que contamos ahora, nos resta elevar los costos políticos de tales decisiones, así como movilizarnos para que sepan que no haremos concesiones en las libertades que nos corresponden. Pero habrá que ir más lejos…

César Alan Ruiz Galicia
en Sinembargo al Aire

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