La marca de un autor

28/02/2015 - 12:00 am

Hace unos días se estrenó a nivel mundial el cortometraje La llamada, protagonizado por el renombrado actor danés Mads Mikkelsen. Una película de romance y suspenso alrededor de una misteriosa conversación vía telefónica entre el histrión y una dama. En el corto, Mikkelsen y la actriz sueca Malin Buska arriban a una mansión bellamente amueblada en donde tendrá lugar una apasionada batalla a raíz de las enigmáticas llamadas. No se exhibirá en festivales de cine, se trata de la primera de dos películas que Mikkelsen ha actuado para la cadena internacional de muebles de diseño BoConcept. El protagonista de la serie Hannibal se suma así a las celebridades que han unido su nombre e imagen a una marca de renombre.

La lista es inacabable e incluye a directores de la altura de Martin Scorsese, quien dirigió a Matthew McConaughey y a Scarlett Johansson en el cortometraje Street of dreams, filmado en blanco y negro. La pareja recorre las calles de Nueva York a borde de un convertible, una atmósfera romántica idónea para promover la fragancia The one de Dolce & Gabbana.

Por su parte, el director británico Joe Wright dirigió a la musa de sus filmes Orgullo y prejuicioAnna Karenina (2012), la grácil Keira Knightley, en el cortometraje Coco Mademoiselle: The Film para la casa Chanel. La actriz interpreta a una modelo que seduce al fotógrafo de una sesión de modas.

Desde la época dorada de Hollywood, las industrias tabaqueras desembolsaban millones de dólares a estrellas como John Wayne, Clark Gable, Joan Crawford y Bette Davis por anunciar sus marcas una vez corroborado el incremento de ventas que suponía la asociación. Humphrey Bogart impulsó la venta de lentes Ray-Ban antes de ser publicitada por James Dean, Marlon Brando o Tom Cruise. Se estima que tan sólo en la película Negocios riesgosos (1983), el modelo de gafas Wayfarer que lucía Cruise se popularizó al grado de vender 360 mil unidades. Negocio insuperable cuando portó el modelo aviador en Top gun (1986), las ventas se incrementaron hasta un 40 por ciento. Marilyn Monroe será asociada eternamente a la fragancia Chanel No. 5 desde la célebre declaración de dormir cubriendo su piel sólo con unas gotas del perfume. Publicidad impagable para la firma francesa. Recientemente, la Casa Chanel recuperó el audio original de la entrevista realizada a la legendaria rubia por el periodista Georges Belmont en 1960 y ha rememorado el evento con una campaña publicitaria que incluye imágenes del símbolo sexual bajo las sábanas mientras en el buró descansa un frasco de Chanel.

Otro mito erótico pero del cine francés, Catherine Deneuve, sería embajadora del mítico perfume a finales de los años setenta. Su lugar ha sido ocupado por Carole Bouquet, Nicole Kidman, Keira Knigthley y… Brad Pitt, quien recibió 7 millones de dólares por ser el primer hombre en promocionar dicha esencia femenina. Figuras masculinas con aromas (y contratos) millonarios: Jude Law y Robert Pattinson para la casa Dior; Simon Baker para Givenchy; Jared Leto para Hugo Boss y Tobey Maguire para Prada.

El mercado es vasto: fragancias, ropa, relojes, autos, tarjetas de crédito, cremas, maquillaje, vinos o cervezas. Ahí están los anuncios de Sylvester Stallone para Tecate invitando a los hombres a ver más Box. Leonardo DiCaprio lo mismo luce Polo de Ralph Lauren que los elegantes relojes de TAG Heuer. La casa L’Oreal París otorgó al ex agente 007, Pierce Brosnan, una delicada misión: representar su línea de productos para el cuidado de las pieles varoniles. En tanto, otro legendario James Bond, Sean Connery, conduce un automóvil Citroën mientras va rejuveneciendo hasta lucir el físico de sus años mozos gracias a la magia digital. El rey es George Clooney, un día nos vende trajes de Emilio Tucci; otro, nos invita a celebrar con Martini; y a la mañana siguiente, a degustar un café Nespresso.

La marca White Label ha logrado un desfile insuperable de rudos y guapos de Hollywood: Ed Harris, Robert DeNiro, Edward Norton, Jeremy Irons, Benicio del Toro, John Malkovich, Liam Neeson y hasta Quentin Tarantino. Tónica Schweppes hace lo suyo con Eduardo Noriega, Adrien Brody o Hugh Laurie, éste último, investido como el dr. House, afirma que “un punto amargo es sexy”.

El lado femenino sucumbe ante ropa, bolsos, joyería, fragancias, cremas, maquillajes y tintes capilares. La edad no es impedimento, a sus 69 años,

Helen Mirren se ha convertido en la nueva imagen de L’Oreal, antes lo fue  Rachel Weisz. Sharon Stone, de 56, ha firmado para Dior. Más jóvenes: Gwyneth Paltrow quien publicita la esencia Pleasures, de Estée Lauder. Hilary Swank representa a Insolence, de Guerlain; Emily Blunt a Opium de YSL; Eva Mendes el perfume Angel de Thierry Mugler; Catherine Zeta-Jones el aroma de Elizabeth Arden. Para Lancôme: Emma Watson, Julia Roberts, Penélope Cruz y Anne Hathaway.

Los rostros Revlon Halle Berry, Jessica Alba, Jessica Biel, Emma Stone y Olivia Wilde. En otro rubro Madonna, Angelina Jolie, Jennifer López y Michelle Williams han sujetado bolsos de la casa Louis Vuitton. Y la lista sigue. Las luminarias cambian de aparador. ¿Será que actuar en Hollywood ha dejado de ser  redituable? Aún muertos, rostros famosos continúan siendo negocio: veinte años después del fallecimiento de Audrey Hepburn, la diva fue resucitada con magia digital para protagonizar un anuncio de los chocolates Galaxy. Otro caso, el de Bruce Lee, al cumplir cuarenta años de su partida, la leyenda de las artes marciales revivió mediante tecnología CGI para un comercial de Johnnie Walker. Una práctica lucrativa y polémica, sin duda. Lo cierto, es que fama y firma aseguran ingresos millonarios.

Rosalina Piñera
Periodista egresada de la UNAM. En su pesquisa sobre el cine ha recorrido radio, televisión y publicaciones como El Universal. Fue titular del programa Música de fondo en Código DF Radio y, actualmente, conduce Cine Congreso en el Canal del Congreso.
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