Por Carlos Brown Solà

El segundo mayor protagonista del inicio del gobierno del Presidente López Obrador, después del mismo presidente, ha sido el presupuesto público. Durante el último año, cada semana hemos escuchado noticias y polémicas en medios y redes sociales sobre cambios, alzas, recortes y eliminaciones de temas en el presupuesto federal. Algunas personas aplauden esos cambios como necesarios ante la forma en que se hacían las cosas a la fecha, mientras muchas otras los rechazan por meterse con aquello que consideran prioritario. Por ello, el Paquete Económico 2020 estará en la mira de muchas de ellas.

Pero ¿qué es el paquete económico? El 8 de septiembre de cada año, quien encabeza la Secretaría de Hacienda –el año pasado fue Carlos Urzúa, este año se espera sea Arturo Herrera– entrega a quien preside la Cámara de Diputados –en este caso, Porfirio Muñoz Ledo– una enorme caja que contiene tres documentos, que exhiben la postura económica del Presidente y las decisiones de política fiscal –es decir, sobre el dinero público– para el siguiente año.

Sin embargo, desde hace algunos años, se presenta de manera simultánea un micrositio web que permite consultar el contenido de la caja en tiempo real.

El primer documento de la caja son los Criterios Generales de Política Económica, que especifican los supuestos y proyecciones sobre los que se construye el presupuesto del próximo año: nivel de ingresos, tipo de cambio, precio del barril del petróleo, entorno macroeconómico internacional, crecimiento económico esperado, entre otros.

El segundo es la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación, que contiene la forma en que se espera recaudar los ingresos durante el año, así como los posibles cambios a los impuestos y su marco legal –la conocida “miscelánea fiscal”. Por último, el tercer documento es el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, que muestra la forma en que se espera gastar el dinero público durante el año, desglosado por quién, en qué y para qué se gastará.

De esta manera, cuando hablamos de los posibles cambios al presupuesto del próximo año, nos referimos al contenido de cualquiera de los tres documentos dentro de dicha caja. Es decir, tanto de las proyecciones económicas –externas e internas– del gobierno federal, como de los ingresos y los gastos que esperan tener el próximo año; así como los cambios en sus posturas al respecto de dichas líneas.

A principios de abril de cada año, obtenemos una mirada previa a los posibles cambios de postura económica y fiscal del gobierno para el siguiente año por medio de un documento conocido como “Pre-Criterios”, en cumplimiento al artículo 42 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y como preámbulo del primer documento mencionado dentro de la caja. Así, los Pre-Criterios 2020 nos dan algunas señales de cómo vendrá el ejercicio del gasto durante el próximo año.

Entonces, ¿qué podemos esperar del Paquete Económico 2020? En primer lugar, dado que nos encontramos en un entorno global de desaceleración económica y con uno nacional de casi nulo crecimiento, se espera que el gobierno federal utilice el dinero público para amortiguar la ralentización y que ésta no tenga impacto en la vida de las personas.

Sin embargo, esto se hará en un entorno con ingresos públicos estables, dado que los ingresos presupuestarios apenas aumentarían en 0.6 por ciento. Ya que el presidente ha prometido no asumir más deuda, no subir impuestos, ni crear nuevos, el presupuesto se comporta como un juego suma cero: lo que gana un sector, lo pierde otro. Entonces, si se siguen priorizando sectores específicos –como ocurrió en 2019– será a costa de recortes en otros sectores que quizá son prioritarios.

Esto nos lleva a los recortes y cambios vistos hasta el momento en temas sociales prioritarios, como las acciones contra la violencia de género, la protección del medio ambiente, la lucha contra la crisis climática, y la cultura y recreación. Estos temas suelen ser los primeros afectados en los presupuestos públicos cuando las prioridades cambian o el dinero escasea –no sólo en México, sino a escala global–, por lo que debemos poner atención a posibles cambios en su financiamiento federal. Sobre todo, porque los grandes ganadores del presupuesto 2020 fueron el sector energético basado en combustibles fósiles y los programas sociales de transferencias directas de dinero.

Por último, se espera que se mantengan los programas y proyectos prioritarios del presidente López Obrador con prácticamente el mismo presupuesto que el año pasado, excepto la Pensión para Adultos Mayores: además de ser el programa prioritario con mayor presupuesto, será el único que espere un incremento sustancial –de casi 20 por ciento– respecto al presupuesto que tuvo en 2019.

Sin embargo, dado el lento ejercicio de los recursos destinados a los 30 programas y proyectos prioritarios, será importante ver cualquier posible cambio dentro de los mismos.

El próximo domingo 8 de septiembre sabremos la escala de los posibles cambios al presupuesto, así como las inercias que mantendrá. Lo importante es recordar que aquello que es invisible al presupuesto público lo es para el gobierno en turno.

Por ello, desde Fundar daremos seguimiento al Paquete Económico 2020, tanto con propuestas de política pública como con análisis de lo presentado, siempre desde una mirada desde los derechos humanos y el combate a las desigualdades.

*Carlos Brown Solà es coordinador del programa de Justicia Fiscal en Fundar

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Centro de Análisis e Investigación, para la capacitación, difusión y acción en torno a la democracia en México.

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