En 2018, mantener las 32 legislaturas costará 14 mil millones de pesos. En gran medida esto se debe a que hay casos en los que un Diputado local sale más caro que uno federal.
De acuerdo con el Informe Legislativo 2018 del IMCO, los peores resultados los concentra la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, que es dos veces más cara que el Congreso Nacional de España.
El estudio refiere que si los congresos tuvieran un gasto similar al del Congreso de Puebla (ubicado en no más de 500 mil pesos), se tendría un ahorro de 10 mil 503.8 millones de pesos.
Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).- Los privilegios que gozan los diputados federales son iguales o incluso menores de lo que ocurre en varios congresos locales. Tan solo en 2017, 27 congresos gastaron mil 340 millones de pesos adicionales, y sin justificación alguna, a su presupuesto asignado; en periodo electoral, ese es un aumento del 24 por ciento en su presupuesto electoral.
Además, en 25 congresos se gastaron mil 915 millones de pesos en “ayudas sociales”, partida que no forma parte de las funciones de un legislador.
De acuerdo con el Informe Legislativo 2018, realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), los peores resultados los concentra la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, que es dos veces más cara que el Congreso Nacional de España, que tiene 350 diputados, mientras que la representación legislativa de la Ciudad de México tiene 66.
En 2018, mantener las 32 legislaturas costará 14 mil millones de pesos. En gran medida esto se debe a que hay casos (en Ciudad de México, Michoacán, Estado de México, Sonora, Baja California, Quintana Roo y Jalisco) en los que un Diputado local sale más caro que uno federal.
“Hay una oportunidad con la propuesta del nuevo Gobierno de ajustar entre 25 hasta 40 por ciento el presupuesto, reducir comisiones, los moches y eliminar gastos de seguros médicos, telefonía celular, vales de gasolina, comida, uso de vehículos y contrataciones de despachos”, comentó Juan Pardinas, Director del Imco.
Manuel Guadarrama, coordinador de finanzas publicas del IMCO, comentó sobre la necesidad de profesionalizar los congresos, ya que encontraron que en promedio se deben tener 441 trabajadores en un Congreso, pero el de la CDMX tiene 2 mil y el del Estado de México, 2 mil 500 trabajadores. Por otro lado, Coahuila y Sonora no tienen ni 100 empleados.
En la CdMx hay 30 personas trabajando por diputado. En Coahuila o Colima, cuatro personas por legislador.
Entre las conclusiones del informe está la mala planeación del gasto, ya que esos 14 mil 480 millones de pesos que absorberán los congresos este año, es 1.4 veces el costo del programa Escuelas de Tiempo Completo de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Los presupuestos han crecido 11 por ciento por año. Los que más crecen son la CDMX, más de 2 mil millones de pesos de gasto, cuando en promedio se pueden gastar 400 millones de pesos. Las variaciones presupuestales no tienen ninguna justificación. Es despilfarro legislativo. La Asamblea Legislativa, sólo de servicios personales, aumentó más de 200 millones de pesos el monto de ayudas sociales. Hay una brecha de más de mil millones de pesos entre lo que ha gastó y lo que debió haber gastado. Es un aumento de 24 por ciento en un año”, explicó Guadarrama.
De acuerdo con las cifras del estudio, si los congresos tuvieran un gasto similar al del Congreso de Puebla (ubicado en no más de 500 mil pesos, se tendría un ahorro de 10 mil 503.8 millones de pesos, el equivalente al 27 por ciento del programa de Pensión para Adultos Mayores en 2018.
Ramiro Suárez, también investigador del IMCO, abundó en el tema de los “presupuestos de juguete”. Son los casos de Oaxaca, que gastó 86 por ciento más de lo presupuestado; Hidalgo, 30 por ciento más; Tamaulipas, 30 por ciento; Guanajuato, 19 por ciento y Guerrero, 17 por ciento.
El sobre ejercicio de Oaxaca es un monto mayor a lo que se destinó al Fondo de Reconstrucción de esa entidad por los sismos de septiembre de 2017.
En este estudio no se abordó el caso del congreso de Durango porque no respondió a ninguna de las solicitudes de información realizadas por el Instituto.