Moody’s redujo la calificación de la refinería Deer Park días después de que Pemex la compró.
Ciudad de México, 27 de mayo (SinEmbargo).– La calificadora Moody’s redujo de Baa2 a Baa3 la calificación de la refinería Deer Park tres días después de que Petróleos Mexicanos (Pemex) la adquirió.
La agencia explicó que la calificación de Deer Park se impulsará “principalmente por su dinámica crediticia independiente y el perfil crediticio mucho más débil de Pemex”.
Moody’s explicó que pese a estar en Baa3, Deer Park aún se beneficia de una mejora de calificación de varios niveles, “principalmente vinculada a Shell y también tiene en cuenta varios acuerdos de mejora crediticia, incluidos préstamos para accionistas y acuerdos de respaldo de liquidez, comprometidos tanto por Shell como por Pemex”, expuso la calificadora.
Además, la agencia informó que evaluará las enmiendas a los términos del compromiso con Shell.
La revisión contempla evaluar la nueva estructura de capital después de que Pemex adquiriera la refinería.
El 24 de mayo, Pemex adquirió la totalidad de la refinería Deer Park, que era propiedad de Shell Oil Company.
“Esta decisión se inscribe en la nueva política de negocios de Pemex, planteada por el Presidente de México, que consiste en lograr en el corto plazo, producir todos los combustibles que requiere el país”, dijo Pemex en un comunicado.
La transacción fue por 596 millones de dólares, “lo cual es un monto pagado en efectivo y un monto representado por la eliminación de la participación de Shell en la obligación de deuda de la sociedad”.
Agregó que “esta adquisición será financiada por el Gobierno federal y se tiene programado que la operación de compra-venta se cierre en el último trimestre del año, sujeta a la aprobación de las instancias reguladoras del Gobierno de Estados Unidos”.
Este jueves, el Secretario de Hacienda y Crédito Público dijo que México no ha visto “un peso” desde que adquirió el 49 por ciento de las acciones de la refinería Deer Park en 1993, cuando Carlos Salinas de Gortari era el Presidente. Arturo Herrera agregó que la única opción era comprar el resto a Shell, porque el contrato prohibía venderle a un tercer actor.