Trilogía: Seguridad Nacional, Narcotráfico y Violencia

26/12/2013 - 12:00 am

Como lo planteamos la semana pasada el narcotráfico en México es un problema de seguridad nacional, que genera corrupción e inhibe la producción.

El narcotráfico es un fenómeno muy complejo que tiene muchas lecturas, pero sobre todo tiene un vínculo directo con la seguridad nacional. Sin duda debemos pensar en las estrategias de seguridad y sobre todo en las referentes al fenómeno del narcotráfico en los sexenios de Felipe Calderón y del actual gobierno de Enrique Peña Nieto.

Muchos son los elementos que acentúan la complejidad del narcotráfico y que constituyen una amplia lista de actores estatales y no estatales involucrados: agencias especializadas, aparato de justicia, ejército, campesinos, técnicos procesadores de drogas, traficantes, negocios e instituciones bancarias, políticos, especialistas en el tema, consumidores, legisladores, sistemas de salud, crimen organizado, beneficiarios de la derrama de narcodinero, fabricantes de precursores químicos, etc.

En este sentido debemos advertir que los operativos por llamarlos de alguna manera “panistas” es decir de los gobiernos de Vicente Fox y Calderón centraron sus energías en disminuir la narcoviolencia intentando dotar al país de un sistema de seguridad pública nacional fuerte. Sin duda se llevaron acciones altamente eficaces, se dieron decomisos importantes que hoy están lejos de la memoria colectiva, pues la estrategia de Calderón fue hacer de cada captura, abatimiento o acción anti narco una noticia nacional, distante a la estrategia mediática del gobierno actual que evita a toda costa el tema.

El problema y la pregunta que todos nos hacemos es ¿por qué el narcotráfico ha penetrado la esfera política del estado?, sin duda estoy convencido que la unidad de análisis primigenia es la raíz municipal, no es suficiente el decomisos de armas, dinero y drogas, la destrucción de cultivos y captura de sicarios y capos, estamos ante la presencia de una capacidad importante de operatividad a nivel municipal y sobre todo gubernamental fundado en la madre de todas las enfermedades la “corrupción”, en este sentido podemos advertir que el Fondo Monetario Internacional, estima que en México se lavan 25 mil millones de dólares anuales.

Todo lo anterior nos sitúa en la trilogía y es aquí donde se incorpora el elemento de la violencia asociada al crimen organizado, específicamente en el ámbito municipal del cual hacía referencia la semana pasada.

La violencia asociada al crimen organizado puede ser de tres tipos: 1) La provocada por el consumo de drogas (quienes delinquen para mantener su vicio); 2) Por rivalidad delincuencial (la que existe por el enfrentamiento entre los mismos cárteles) y 3) La que se da por el enfrentamiento militar entre los cárteles y las fuerzas de seguridad, policías, fuerzas militares, así como la que se genera en persecución de narcotraficantes.

Dentro de estas formas de violencia contabilizamos los hechos violentos a nivel municipal y los desagregamos de la siguiente manera:

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47 Atentados han sufrido a la fecha presidentes municipales en algún municipio del país, 11 tienen el carácter de expresidentes, 9 han sido candidatos a Presidentes Municipales, un sólo suplente, como parte del estadístico y control de la investigación que realizó 2 son funcionarios de planilla entendidos como síndicos o regidores y 4 son Presidentes electos que no llegaron a tomar protesta al cargo.

Bajo este panorama se advierte que en el caso del  primer tipo de violencia es igual a la generada por drogas de clase legal, como tabaco o el alcohol, por lo tanto no habría razón para considerar el problema como de seguridad nacional. En cuanto al segundo tipo de violencia, se tiene que hacer una diferencia entre la derivada del enfrentamiento entre narcotraficantes, Estado y la que se da como resultado del enfrentamiento entre bandas rivales de narcotraficantes. La primera resulta de una política de confrontación del Estado con los traficantes de drogas y se refleja en muertes de funcionarios gubernamentales y las provocadas por atentados terroristas de los narcotraficantes para presionar al Estado.

El narcotráfico tiene gran poder corruptor que toca todas las instituciones sociales, desde el gobierno, ejército, aparato de justicia e incluso las iglesias. Esta capacidad corruptora permite la argumentación de su naturaleza amenazante a la seguridad nacional. En sentido weberiano, la corrupción es un fenómeno que se da en una sociedad organizada de acuerdo a una racionalidad jurídica. Ello presupone que los Estados tienen interés en aplicar la ley y funcionan como Estados mediante dicha aplicación; que no existe una separación estructural entre las leyes positivas y las reales con las que funciona la sociedad, de igual manera presupone que la estabilidad y existencia misma del Estado-nación descansan en las instituciones formales y que un atentado por tanto compromete la seguridad nacional.

En este tenor, estimado lector podemos concluir que este año la violencia no disminuyó siendo los estados de Guerrero, Chihuahua, Estado de México, Jalisco, Sinaloa y Nuevo León, donde se concentró el mayor número de ejecuciones sin dejar de lado el grave caso de Michoacán que presenta: “fuertes confrontaciones entre bandas criminales, la multiplicación de grupos civiles de autodefensa y los reiterados ataques en contra del Ejército y Policía Federal”.

En el primer año de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto sólo 2 meses reportan un saldo blanco en cuanto a asesinatos o atentados contra funcionarios municipales julio y agosto, para llegar al cierre de 14 víctimas mortales sólo en cuanto a presidente municipales se refiere, debemos advertir que muchos datos de victimas a nivel nacional, los informes por parte del Secretariado Ejecutivo, de la Secretaría de Gobernación y de la propia Presidencia de la República no cuadran y desde mi humilde punto de vista se están dilapidando conceptos y estadísticos que sólo confunden, difuminan la realidad y gravedad nacional.

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Este año no nos deja una sensación de seguridad y paz en los mexicanos, este año que termina tampoco nos deja herramientas constitucionales, gubernamentales y operativas para combatir y sobre todo abatir este cáncer que corroe a México, esperamos el año venidero se replantean las políticas y estrategias, se informe debidamente pero sobre todo se piense y trabaje por y para los ciudadanos que habitamos México.

Desde este espacio agradezco al equipo de sin embargo y a mis amables lectores su tiempo, sus comentarios y le deseo un año 2014 lleno de bendiciones y parabienes.

Nos vemos el próximo año…

Raúl Flores Rodríguez
Doctorando en Gobierno y Administración Pública por la Universidad Complutense de Madrid, Maestro en Gobierno y Gestión Pública por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) Santander, España, Licenciado en Derecho, Especialista en Derecho Electoral, Calidad de la Democracia, Consultoría Política-Electoral, Narcotráfico y Seguridad, Director General de Nexo Estudios.
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