Alejandro Calvillo
26/11/2019 - 12:04 am
Nestlé & Co. unidos para abusar de los niños
Desde 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a regular las estrategias de mercadeo dirigidas a los niños de productos altos en azúcares, grasas. sodio, calorías.
Nestlé, la mayor corporación de alimentos ultraprocesados en el mundo, se lanza otra vez contra las políticas de salud pública para enfrentar la epidemia de sobrepeso y obesidad entre los niños mexicanos. Siempre ocultándose, siempre moviendo, a través de sus hilos, a asociaciones empresariales, a instituciones de investigación a las que financia, a asociaciones de profesionales de la salud, a funcionarios, e, incluso, a secretarios de Estado y altos funcionarios. Nestlé es, sin duda, una de las corporaciones que ha secuestrado la política de salud pública para proteger sus intereses, sus ventas, sus ganancias.
A pesar de la estrategia de Nestlé de no dar la cara, la filtración de una carta que recién envió esta corporación multinacional a sus proveedores para que se opongan al etiquetado frontal de advertencia en México, desnuda de forma clara sus pretensiones de:
1.– Seguir aprovechándose de la “credulidad e inexperiencia de los niños” mexicanos, abusando de ellos a través de sus estrategias de mercadeo.
2.– Mentir a sus propios proveedores al decirles que este proyecto de etiquetado violará acuerdos de comercio internacionales y sus derechos de propiedad.
La mayor preocupación de Nestlé frente al proyecto de norma de etiquetado en México se expresa en la carta señalando a sus proveedores que: “transgrede los principios establecidos en tratados comerciales internacionales, particularmente en temas referentes a propiedad intelectual y obstáculos técnicos al comercio”. Y expone como primer punto que tiene todo el derecho a seguir abusando de los niños:
*“El proyecto de norma incluye entre sus disposiciones la prohibición del uso de personajes, dibujos, celebridades, regalos, ofertas, juguetes o concursos…en productos que cuenten con sellos de advertencia”
Añade:
*“Esta disposición viola tratados internacionales, en materia de protección a los derechos de propiedad intelectual e industrial ya que implica la modificación de los empaques de los propios productos, protegidos por estos acuerdos, al igual que sus estrategias de comercialización y mercadotecnia”
Nestlé, que al inicio de su carta a sus proveedores en México, señala que “tenemos más de 85 años de brindar nutrición, salud y bienestar a las familias mexicanas”, habla solamente de protección de derechos comerciales, de protección de sus estrategias de comercialización y mercadotecnia. No se refiere al uso de personajes y promociones en sus productos como una forma muy efectiva de persuasión para que los niños consuman sus productos con muy altas cantidades de azúcar, productos extremadamente dulces, como una forma efectiva de generar el vínculo del niño con el producto, incluso, como una forma para que los padres consideren el producto adecuado para los niños.
Nestlé es una de las corporaciones que más productos y publicidad dirige a los niños a escala global. Uno de los productos más publicitados a los niños en México son los cereales de caja de Nestlé. Estos productos basan su imagen en personajes infantiles que hacen parecer a estos productos, más que alimentos, cajas de juguetes o portada de libros para niños. Pasar por un pasillo de cereales en un supermercado es casi similar a pasar por el pasillo de una juguetería o el pasillo de una librería en la sección para niños, lleno de imágenes dirigidas a ellos. Bastaría ver el efecto de reacción inmediata de un niño pequeño que se estira desde el carrito para querer tomar estas cajas.
Nestlé es una de las empresas que más personajes infantiles utiliza en sus etiquetas y envases, como el conejo de Nesquick en cereales, chocolate y bebidas; la abejita de Cheerios; el conejo de Trix en cereales y yogurts; el duende de Lucky Charms, el lobo de Cookie Crisp, el oso de Zucosos, los niños de los productos Milo y los diversos personajes de Aguitas de Nestlé, entre otros. Son los peores cereales los dirigidos a niños, los que más azúcar tienen, los que más dulces son. Y las agüitas de Nestlé, similares a las Epuritas de Pepsico, son bebidas extremadamente dulces, con colorantes artificiales ya prohibidos en otros países, con saborizantes artificiales y con edulcorantes no calóricos que no se recomiendan para niños. Los peores productos en el mercado son los que se comercializan, justamente, para los niños, y esto se hace con estrategias altamente persuasivas, aprovechándose de su vulnerabilidad a la publicidad.
Todos estos productos contienen altas cantidades de azúcares y edulcorantes que llevan a la deformación del gusto de los niños por alimentos y bebidas intensamente dulces, deformación que se convierte en hábito y adicción que suele permanecer de por vida. Enfrentar esta adicción, evitarla, es uno de los principales retos para enfrentar las epidemias de obesidad y diabetes. Nestlé ha jugado un papel central en generar esta deformación del gusto desde muy temprana edad entre los niños mexicanos.
El Instituto de Medicina de los Estados Unidos en 2008 y el Grupo de Trabajo para la Prevención de la Obesidad creado por la Casa Blanca en el año 2010, reconociendo el potencial persuasivo del uso de personajes, señalaron que éstos deberían ser utilizados de manera exclusiva para la promoción de alimentos saludables para los niños.
Nestlé habla de derechos de propiedad intelectual, del derecho de seguir usando sus estrategias de mercadeo a niños. En su carta no habla del derecho a la salud, de los derechos de los consumidores y del interés superior de la infancia. ¿Cómo puede decir Nestlé en su misma carta que “tenemos más de 85 años de brindar nutrición, salud y bienestar a las familias mexicanas”, sin reconocer estos derechos?, cuando en realidad actua en su contra.
Lo que no dice Nestlé es que estos argumentos contra el proyecto de etiquetado en México fueron sus mismos argumentos contra el etiquetado de advertencia en Chile y la regulación de la publicidad dirigida a la infancia. No dice que perdió cuando trato de demandar estos derechos de propiedad intelectual y mercadeo, que sus demandas no prosperaron y el caso se resolvió a favor de la salud.
Nestlé no informa que en la propia Organización Mundial de Comercio se establece la prioridad de los derechos a la salud por encima de los derechos comerciales, de la propiedad intelectual. En Chile, donde ya se aplica un etiquetado similar al propuesto en México, los personajes de Nestlé ya no están en los productos que portan un sello que advierte al consumidor la alta presencia de azúcares, grasas saturadas, sodio y/o calorías.
Para poner un ejemplo entre muchos otros, sobre la prioridad del derecho a la salud por encima de los derechos comerciales y de propiedad intelectual, está el párrafo 4 de la Declaración de Doha referida al acuerdo de los ADPIC (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) y la Salud Pública:
“4. Convenimos en que el Acuerdo sobre los ADPIC no impide ni deberá impedir que los Miembros adopten medidas para proteger la salud pública. En consecuencia, al tiempo que reiteramos nuestro compromiso con el Acuerdo sobre los ADPIC, afirmamos que dicho Acuerdo puede y deberá ser interpretado y aplicado de una manera que apoye de derecho de los miembros de la OMC (Organización Mundial de Comercio) de proteger la salud pública…”
En cuanto se filtró la carta que exhibía a Nestlé a los medios de comunicación, esta corporación recibió el respaldo de ConMéxic. Esta asociación, que agrupa a las grandes corporaciones de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, se ha opuesto a todas las políticas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para combatir la epidemia de obesidad y ha sido la principal cabildera para bloquear iniciativas en el Congreso dirigidas a reducir el consumo de estos productos. No es de extrañar el pronunciamiento de ConMéxico, una de sus principales financiadoras es Nestlé, junto con Femsa-Coca Cola.
El respaldo de ConMéxico a Nestlé, significa que todas las grandes corporaciones la respaldan en ir en contra de esta regulación que protege, de manera especial, una estrategia de mercadeo dirigida a los niños, una estrategia que abusa de su condición de vulnerabilidad frente a la publicidad. Defienden una estrategia dirigida a que los niños consuman alimentos con exceso de azúcares, grasas, sodio, productos altamente calóricos y con muy bajo valor nutricional, ingredientes que son la principal causa de las epidemias de sobrepeso, obesidad y diabetes que se viven en México.
Desde 2004, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a regular las estrategias de mercadeo dirigidas a los niños de productos altos en azúcares, grasas. sodio, calorías. En 2010, la OMS presentó una serie de recomendaciones a los gobiernos para que protejan a la infancia de la publicidad, mercadeo, patrocinios y promociones de estos productos.
Informes de los relatores especiales de Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación y el Derecho a la Salud, han llamado a la prohibición de estas estrategias de mercadeo dirigidas a la infancia. En 2015, el Fondo de Naciones Unidas por la Infancia llamó a los gobiernos a implementar políticas públicas para proteger a la infancia de estas estrategias como una acción para prevenir la epidemia de obesidad.
Llamamos a los proveedores de Nestlé y de otras empresas, y a las empresas medianas y pequeñas de nuestro país, a no sumarse a este bloqueo de las políticas de salud pública, a esta violación flagrante de los derechos de la infancia, en un país que vive bajo declaradas emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes, en un país donde se estima que uno de cada dos niños desarrollará diabetes a lo largo de su vida, si no actuamos.
La OMS señaló en 2014 que estas estrategias de mercadotecnia “se aprovechan de la credulidad e inexperiencia de los niños”, nosotros decimos que estas corporaciones abusan de las niñas y los niños. Les pedimos que como empresas mexicanas, no se sumen a ese abuso, a esa violación al interés superior de la infancia.
Existe una gran corporación mexicana, presente en gran parte del mundo, que debería poner el ejemplo: Bimbo. Las demás empresas tienen sus casas matrices en otras naciones y aquí nada deciden. Bimbo si lo puede hacer de forma voluntaria, antes que entre en vigencia la norma, que exprese su compromiso a retirar todas las estrategias de mercadotecnia dirigida a la infancia. Las demás corporaciones que lo terminen haciendo de manera obligatoria, cuando se publique y entre en vigor el proyecto de la norma, como debe ser.
Para conocer parte de la historia negra de la mayor corporación de alimentos ultraprocesados (prácticas de mercadeo de sucedáneos de leche materna que llevaron a la muerte a miles de bebes en África, acaparamiento de fuentes de agua vitales para poblaciones, segundo contribuidor mundial en basura plástica, proveedores de materias primas con prácticas esclavistas, deforestación para abastecerse de cacao y aceite de palma, casos de prácticas anticompetitivas, entre otras) puede revisarse este artículo que los resume (en inglés): https://cutt.ly/QeBajXt o las páginas http://www.iuf.org/cms/ y https://www.ibfan.org/the-issue/ , ésta última aborda las prácticas de Nestlé para comercializar sus sucedáneos de leche materna violando el Código Internacional de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna.
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